por Fenix » Mar Feb 17, 2015 2:27 pm
Grecia-UE: Uno de los conflictos más impredecibles
Las bolsas europeas caen moderadamente a la espera de acontecimientos
Mi�rcoles, 11 de Febrero del 2015 - 17:41:21 CET
Moderadas caídas al cierre de las bolsas europeas, aunque fuertes descensos en las bolsas periféricas con caídas de la bolsa griega por encima de los cuatro puntos porcentuales, y del Ibex de más del punto porcentual. Los rumores que apuntan a que las autoridades europeas se han mostrado escépticas con las nuevas medidas económicas del gobierno heleno han provocado estos descensos.
En una jornada de ausencia casi completa de noticias macro y microeconómicas de importancia, dos han sido los factores que han monopolizado el interés de los inversores. Por un lado las reuniones que se están produciendo en Bielorrusia para intentar reducir la tensión en Ucrania (no ha trascendido nada por ahora del resultado), y por otra la reunión extraordinaria del Eurogrupo sobre la crisis griega.
En este último punto, el de mayor incidencia ahora en los mercados, los líderes de la UE están analizando el programa presentado por el gobierno griego para ver si puede llegar a un punto de acuerdo.
Siendo este el tema más destacado de las últimas semanas (desde la victoria de Syriza en las elecciones griegas), y que previsiblemente lo seguirá siendo en las próximas semanas, vamos a recoger dos interesantes análisis de situación en este cierre de mercado, donde se expone por parte de los analistas de M&G Valores y por parte del director general de Renta 4 Banco, donde nos encontramos actualmente en la crisis griega y cuales son las posibles opciones. M&G Valores señala:
La teoría de juegos sugiere que uno de los conflictos con resultado más impredecible es el que tiene lugar entre un jugador débil, pero muy determinado porque tiene mucho que perder, y otro fuerte pero no tan comprometido en la lucha. Más o menos la situación que se da en el actual conflicto entre Grecia y la UE representada por Alemania.
En los últimos días Varoufakis ha mantenido su estrategia agresiva negándose a aceptar un nuevo rescate sobre las bases del anterior, y exigiendo un crédito puente hasta negociar una nueva propuesta. Esta posición parece más bien una amenaza de autoinmolarse si no se accede a sus peticiones, pues en ausencia de apoyo de la UE, el sistema bancario de Grecia quebraría en pocos días y con él el país en su conjunto. Pese a que Varoufakis es un experto en la teoría de juegos, su estrategia no es precisamente la óptima que se desprendería de la teoría, que pasa por buscar un acuerdo de mínimos y no tratar de imponer una posición buscando que el contrario ceda.
El planteamiento inicial de Grecia contemplaba una fuerte quita de deuda entre las medidas, y aquí se ha encontrado con una línea roja que Alemania no va a aceptar bajo ningún concepto. Por otra parte, lo que realmente debería interesar a los griegos no es tanto el volumen total de la deuda sino las condiciones de devolución, que es lo que afecta directamente a sus finanzas en el día a día. Para Grecia y los votantes de Syriza la prioridad es más bien aliviar el esfuerzo de austeridad desde la exigencia actual de un superávit primario del 4,5% anual a otro del 1%.
Suavizar el esfuerzo de ajuste del déficit es algo que se ha permitido recientemente a otros países, entre ellos España. En consecuencia, un acuerdo sería posible si ambas partes ceden en lo secundario para lograr lo realmente importante. Es decir Grecia tendría que asumir que no habrá quitas y que la financiación de la UE implica condiciones como hasta ahora. Por otra parte, Alemania podría ceder en la cuestión del superávit y confiar en que eso favorecerá una mayor recuperación de la economía que ayudará a reducir la deuda a largo plazo.
¿Es demasiado tarde para este acuerdo? El problema es que la estrategia agresiva e unilateral del gobierno griego lo único que ha conseguido es que Alemania se cierre en banda ante unas exigencias irreales de Grecia y ahora ambos jugadores han avanzado demasiado en sus estrategias de confrontación. El lenguaje de Varoufakis que oscila entre un claro desafío a las normas de la UE y otros momentos de aparente conciliación ha perdido toda credibilidad y ahora va a ser difícil dar marcha atrás. Sin duda la UE no va a hacer ninguna concesión en estas condiciones desafiantes, por lo que la única opción para un acuerdo pasa porque Grecia dé marcha atrás en las medidas aprobadas y acepte mantenerse en el programa de rescate a cambio de una cierta relajación en la austeridad.
No sé si el Gobierno griego será capaz de dar esta marcha atrás con el coste político que puede tener para ellos. O si va a seguir hasta el final obligando al BCE a cortar la ayuda a su sector bancario poniendo en marcha una crisis de consecuencias impredecibles. Hasta ahora todos los gobiernos que han tratado de enfrentarse a la UE han acabado cediendo en el último momento, pero sin duda ninguno había ido tan lejos en sus amenazas como el griego.
La situación de Grecia mantiene a los mercados en un compás de espera moviéndose desde hace un tiempo en rangos laterales.
Por su parte Jesús Sánchez Quiñones, director general de Renta 4 Banco, afirma sobre esta crisis:
Los mercados financieros se están mostrando muy complacientes con la situación helena, previendo un desenlace satisfactorio de las negociaciones entre las dos partes. La situación actual no se prolongará durante meses. Antes del 1 de marzo se sabrá hacia donde se encamina la resolución de la situación. Se da por hecho que existirá una ampliación del plazo de vencimiento de la deuda y una reducción de los intereses aplicados. La clave está en las condiciones impuestas a Grecia respecto a las ayudas adicionales que habrá que conceder al estado heleno, y la aceptación de las mismas.
Sintetizando, los posibles escenarios a partir de ahora son básicamente tres.
1. El gobierno griego sigue inamovible en sus posiciones, no solicita la ampliación del rescate antes del 28 de febrero y, en consecuencia, el BCE corta la línea de liquidez de emergencia a los bancos griegos. Grecia se quedaría sin liquidez y se vería obligada a emitir una nueva moneda. Sería equivalente a una salida del euro. Pese a que esta eventualidad tenga efectos positivos en el medio y largo plazo, al ser un aviso al resto de países integrantes del euro de que para estar en la moneda única hay que cumplir las reglas, inevitablemente generaría incertidumbre y turbulencias en el corto plazo. Aunque los efectos secundarios fuesen muy inferiores a los que se hubieran generado hace tres años, la volatilidad estaría garantizada, sobre todo en los mercados de renta variable de los países periféricos y especialmente en los sectores bancario y asegurador.
2. Se alcanza un acuerdo entre el gobierno griego y las autoridades europeas quedando Tsipras como ganador a efectos de la opinión pública. El mensaje lanzado sería pésimo: fortalecería a los partidos más extremistas y populistas de Europa: Frente Nacional en Francia; Movimiento 5 Estrellas en Italia; o Podemos en España. Los inversores reaccionarían con nervios y la volatilidad haría acto de presencia, sobre todo en las bolsas. La bolsa española sería de las más perjudicadas.
3. Se alcanza un acuerdo tras desdecirse Tsipras de la mayor parte de sus promesas y aceptar las condiciones exigidas por los socios europeos y por la "troika" o cualquier supervisor del acuerdo que le sustituya.
Este escenario sería el más favorable para los mercados financieros. Transmitiría al resto de integrantes del euro que las reglas hay que cumplirlas. Se puede ayudar a un miembro del euro en problemas, pero dentro de un marco previamente acordado y consensuado.
Una imagen vale más que mil palabras. Tsipras dijo que no volvería a utilizar corbata hasta que Grecia no hubiera salido de la crisis. En el caso de la firma de un acuerdo, si el presidente griego y su desenfadado ministro de economía, Varoufakis, llevaran corbata, sería una magnífica señal. Habrían cedido más de lo que hubieran deseado, quedando claramente de manifiesto que las promesas de gastos basadas en el dinero ajeno (de otros países) son irrealizables.
Mañana, con la conclusión del Eurogrupo, empezaremos a tener más pistas sobre el escenario al que nos enfrentamos.