Freeport-McMoRan apuesta a la esencialidad del cobre.
Por TATYANA SHUMSKY y JOHN W. MILLER
Richard Adkerson, presidente de Freeport-McMoRan Copper & Gold Inc., dirige un imperio minero que se extiende a cuatro continentes y produce uno de los metales más importantes del mundo: el cobre.
Componente clave del cableado, tuberías y chips de computadoras, el cobre se encuentra prácticamente en todos los aparatos electrónicos portátiles y proyectos de construcción, por lo que constituye un indicador económico que se sigue muy de cerca. Sin embargo, su extracción no es tarea fácil.
Richard Adkerson, presidente de la minera Freeport.
.El mayor desafío de Adkerson es encontrar reservas de alta calidad, algunas en regiones volátiles y empobrecidas, como la República Democrática del Congo, y llevarlo al mercado de una manera ecológicamente segura y rentable. Con ese fin, pasó el último mes de diciembre en Indonesia, donde ayudó a resolver una huelga que había recortado la producción de la cuprífera más grande y lucrativa de la compañía.
Oriundo de una zona rural de Mississippi e hijo de un gerente de una tienda por departamentos, Adkerson barría los pisos del local cuando tenía ocho años. "No vengo de una familia de dinero", dice ahora, a los 65 años de edad. En 2012, la remuneración total de Adkerson ascendió a US$22,5 millones.
Recientemente habló con The Wall Street Journal sobre Freeport y la demanda mundial de cobre.
WSJ: Su compra de Phelps Dodge, en 2007, una centenaria minera de Arizona, fue criticada por haberse endeudado para adquirir viejos activos. ¿Qué fue lo que permitió el giro de sus activos en Estados Unidos?
Adkerson: Los altos precios del cobre impulsados por el crecimiento global. Fue este punto de vista que desarrollamos, de que el mundo iba a necesitar cobre, lo que nos llevó a cerrar el acuerdo con Phelps Dodge. Y fue una gran apuesta.
.WSJ: ¿Cómo ve los precios del cobre este año?
Adkerson: No manejamos nuestro negocio en función de las expectativas de los movimientos de precio a corto plazo, porque tomamos decisiones de inversión a muy largo plazo.
A más largo plazo, uno tiene la demanda, que ahora está dominada por China, y que probablemente será el factor más importante en los próximos años. Y más allá de China, están las economías emergentes en Asia, que están teniendo un significativo crecimiento.
Con televisión satelital e Internet en los países más pobres del mundo, la población puede ver cómo vive la gente en las sociedades desarrolladas. Y si bien hay cuestiones políticas, religiosas y sociales, lo que subyace es una aspiración real a un mejor estilo de vida.
WSJ: ¿Hacia dónde ve que se dirige la demanda china?
Adkerson: En los años 90, China representaba 10% del consumo mundial de cobre. Hoy, representa 40%. En contraste, EE.UU., representa entre 12% y 15%. Si uno observa el plan quinquenal anunciado el año pasado por el gobierno chino, incluye la construcción de instalaciones eléctricas, viviendas e infraestructura para el transporte que apuntan a una demanda muy grande de cobre.
WSJ: ¿Ve una inversión creciente de la minería China en el extranjero?
Adkerson: China no tiene importantes fuentes internas de suministro de cobre. Y es fundamental para alcanzar sus objetivos de crecimiento, por lo que es un importante comprador de las empresas que producen el metal. También es activo en la búsqueda de proyectos cupríferos en todo el mundo para invertir.
WSJ: ¿Cree que es injusta la mala reputación que tiene la minería? ¿Qué puede hacer Freeport al respecto?
Adkerson: Muchas de nuestras minas tienen más de 100 años. El procesamiento de metales preciosos se llevaba a cabo en tiempos en que la gente no era consciente o sensible a los impactos ambientales. Creo que una justa valoración diría que la industria minera tardó mucho en afrontar con decisión cuestiones que se volvieron cada vez más importantes. La industria minera es en la actualidad mucho más responsable.