por admin » Lun Jul 19, 2010 6:01 pm
El verdadero efecto ecológico del derrame comienza a conocerse
Por Jeffrey Ball
Ahora que ha sido detenido, al menos por el momento, el escape de petróleo en el Golfo de México, se puede empezar a hacer un balance de los daños causados a uno de los ecosistemas más valiosos y vulnerables de Estados Unidos.
Conocer con exactitud las consecuencias ecológicas de los millones de barriles de petróleo vertidos al Golfo en estos tres meses podría tomar años. Y la región ya ha sobrevivido a décadas de incursiones humanas manteniendo una biodiversidad legendaria. Pero los primeros indicios de los daños causados por el derrame de petróleo de BP PLC son alarmantes, dicen los expertos.
Desde el inicio del vertido, en abril, casi 2.200 aves han sido halladas muertas, la mayoría en Louisiana, junto con casi 500 tortugas, la mitad de ellas en Mississippi, según datos federales. Casi 950 kilómetros de costas del Golfo están impregnadas de petróleo, la mayor parte en los pantanos de Louisiana. Esto pone en peligro, al menos temporalmente, explotaciones pesqueras de importancia económica crucial en la región, como el camarón y el cangrejo.
Mar adentro, científicos han hallado petróleo y metano sumergido. Algunos creen que estos globos tóxicos están disminuyendo el nivel de oxígeno en el agua, y que esto podría poner en peligro la fauna y la flora marinas, aunque no existe consenso en la cuestión.
Entretanto, nuevas investigaciones apuntan a que el petróleo estaría a punto de entrar en la cadena alimentaria del Golfo. Científicos de la Universidad de Southern Mississippi y la Universidad de Tulane han hallado partículas de petróleo en cangrejos jóvenes en varios puntos de la costa del Golfo. Los cangrejos "son presa de muchos de nuestros peces y de otros cangrejos, así que existe la posibilidad de que otras especies ingieran el petróleo a través de los cangrejos", dijo Harriet Perry, directora de investigación pesquera del Laboratorio de Investigación de la Costa del Golfo en la Universidad de Southern Mississippi, una de las científicas involucradas en el trabajo.
Pruebas de laboratorio deberían determinar en el plazo de una semana si las partículas de petróleo provienen del pozo de BP, dijo Perry.
Los investigadores están más preocupados por el efecto del petróleo sobre los cangrejos y los organismos que se alimentan de ellos que por la posibilidad de que la personas coman pescado o marisco contaminado, agregó la científica estadounidense Perry. Eso se debe a que el gobierno ha clausurado la mayoría de explotaciones pesqueras de la costa.
Alrededor del 35% de las aguas federales de EE.UU. en el Golfo están cerradas; el 55% de la zona de explotación pesquera comercial en aguas saladas de Louisiana también está cerrado. Representantes del gobierno dicen que, según sus pruebas, la pesca proveniente del Golfo que llega al mercado, procedente de zonas pesqueras todavía abiertas, es segura para el consumo humano.
Equipos del gobierno y representantes de BP están caminando por las playas, volando sobre las ciénagas y recorriendo la costa en barcas para contabilizar los efectos medioambientales del derrame. Las pruebas que acumulen serán usadas para determinar —tal vez judicialmente— cuánto deberá pagar BP para restaurar el ecosistema del Golfo.
Pero el proceso es impreciso y sujeto a juicios individuales. Por una parte, algunos animales hallados cubiertos en petróleo probablemente murieron de causas naturales, y algunos probablemente no habrían sido encontrados de no ser de la intensa labor detectivesca que se está llevando a cabo como consecuencia del derrame, según apuntan funcionarios del gobierno federal. Por otra parte, muchos de los animales fallecidos a causa del vertido nunca serán encontrados, dicen expertos.
Los terrenos pantanosos de Louisiana han sufrido el mayor impacto del petróleo en la costa, y limpiarlos es mucho mas difícil que raspar el petróleo de las playas de Florida, Alabama y Mississippi.
Las ciénagas han sido dañadas pero no han muerto, dijo Kerry St. Pe, director del Programa Nacional de Estuarios de Barataria-Terrebonne, en el sur de Louisiana. Muchos de los camarones y peces jóvenes que estarían madurando en las ciénagas en estos momentos probablemente estén muertos, dijo, y los manglares negros, una planta de pantano cuyos tubos verticales son particularmente sensibles al petróleo, han sufrido muchos daños. Sin embargo, dijo, "sabemos que estos pantanos sobrevivirán".
En las últimas semanas, el huracán Alex ha sido de ayuda, al crear oleaje que ha empujado parte del petróleo fuera de las ciénagas. Pero el petróleo presente en el agua presenta sus propios problemas.
Embarcaciones científicas que recorren el Golfo han detectado columnas sumergidas de petróleo, metano y "agentes dispersores", rociados sobre el petróleo para intentar desintegrarlo e impedir que alcance la costa.
Los científicos temen que el petróleo y los gases sumergidos reduzcan el oxígeno subacuático necesario para sostener la gran variedad de vida marina, ya que las bacterias naturales que consumen el petróleo y el metano sumergido consumen mucho oxígeno.
El gobierno federal de EE.UU. ha dicho que un grupo de investigadores halló una de estas aglomeraciones, pero también comprobaron que los niveles de oxigeno en la zona se mantenían por encima de los niveles mínimos recomendados. Sin embargo, investigadores universitarios que examinaron una de estas columnas en otra parte del Golfo dijeron que detectaron niveles de oxigeno mucho más bajos.
Uno de estos investigadores, Samantha Joye, oceanógrafa de la Universidad de Georgia, apuntó que ella y sus colegas hallaron niveles reducidos de oxigeno sólo en áreas determinadas cerca del petróleo y metano sumergido. Todo el Golfo, dijo, "no se va a convertir en un pequeño Mar Negro".