por admin » Mié May 27, 2015 11:34 pm
El escándalo de la FIFA coloca a América Latina bajo la mira
Agentes de la FBI se preparan para entrar las oficinas de la Concacaf, la confederación de fútbol que rige a Norteamérica, Centroamérica y el Caribe, en Miami Beach, Florida, el miércoles. Reuters
SÃO PAULO—Los arrestos de ejecutivos y ex ejecutivos de la FIFA en una amplia investigación de Estados Unidos ha abierto la ventana a la corrupción y mala gestión integradas que están poniendo trabas al fútbol en uno de sus campos más fértiles, América Latina.
De 14 personas —funcionarios de la FIFA, ex funcionarios y ejecutivos de la TV deportiva— que enfrentaron cargos de crimen organizado, fraude electrónico y conspiraciones por lavado de dinero, 13 pertenecían a organizaciones de América Latina y el Caribe. Esto no lo pasaron por alto los aficionados del fútbol desde Brasil a México, países donde los equipos profesionales están en rojo, los escándalos de corrupción son comunes y la violencia arruina los juegos.
“El fútbol es una de las mayores corporaciones del mundo, y siempre ha habido sospechas sobre este tipo de vínculos, que está gestionado por personas que no tienen que responder al sistema de justicia”, indicó Roberto Bermudez, un profesor de periodismo deportivo en Buenos Aires y ex asesor deportivo en el Congreso de Argentina. “Creemos que la corrupción está matando al juego, y la violencia también”.
En Brasil, el senador Romario Faria, que ayudó a liderar a Brasil a su cuarto Mundial en 1994, dijo, “quiero felicitar al FBI y a la policía suiza por su operación”, refiriéndose al trabajo en equipo que condujo a las detenciones en Zúrich.
Hinchas de Ecuador durante el Mundial 2014. Getty Images
La formulación de cargos del Departamento de Justicia de EE.UU., que abarca delitos que se habrían llevado a cabo a lo largo de 24 años, comunicó que los directivos de fútbol recibieron más de US$150 millones en sobornos y coimas de ejecutivos de marketing deportivo a cambio de derechos de transmisión y marketing. Fue en Sudamérica, que produce algunos de los mayores jugadores del mundo —incluyendo el argentino Lionel Messi y el brasileño Neymar—donde se centró gran parte de la corrupción.
Para los hinchas de la región, el deporte es parecido a una religión, con estadios vendidos por completo y partidos transmitidos en horario estelar por todo el continente. Pero el fútbol, dicen expertos e hinchas, está en problemas, enlodado en el escándalo y la mala gestión.
En algunos países, los juegos son considerados demasiado peligrosos para que los hinchas ordinarios asistan. En Argentina, cuatro jugadores del club River Plate fueron recientemente hospitalizados después de que los fans del equipo opositor, Boca Juniors, los rociaran con gas pimienta. En Perú, Manuel Burga, que dirigió la Federación Peruana de Fútbol durante 12 años, fue obligado a salir el año pasado después de acusaciones de mal manejo, y tras haber superado una tasa de desaprobación de 80% en una encuesta del periódico El Comercio.
En Brasil, un país con una enorme base de fans, los principales 20 equipos profesionales vieron un alza en la deuda de 18% en 2014 frente al año anterior, indicó la consultora del negocio deportivo BDO. Los problemas monetarios acosan a los clubes locales, aunque las federaciones de fútbol que dirigen el deporte son consideradas gallinas de huevos de oro.
Para muchos observadores que siguen el deporte de cerca, los problemas del fútbol en América Latina provienen de corrupción en organizaciones con una inadecuada responsabilidad y una limitada rotación de directivos que gestionan millones de dólares de lucrativos acuerdos de patrocinios y transmisiones de TV.
Hector Aguilar Camin, un prominente escritor mexicano e hincha del fútbol, dijo que no era sorprendente que la mayoría de los sospechosos en el escándalo vienen de la región. “Cuando revisas los procesos en nuestros países, ves tantos conflictos de intereses, cadenas de corrupción y compras ocultas”, dice. “El futbol es una de las actividades más visibles del planeta, y económicamente de las más opacas”.
El dinero que el fútbol genera en países con débiles sistemas judiciales ha sido un catalizador para sobornos y mordidas.
La inclusión de equipos mexicanos desde principios de los 1990 en torneos de fútbol sudamericanos como la Copa Libertadores y la Copa América, aunado a la creciente popularidad del deporte en EE.UU., alimentó varios complots a medida que los ejecutivos deportivos intentaron retener lucrativos derechos de medios y marketing, según la acusación.
Según la acusación del Departamento de Justicia de EE.UU., los argentinos Alejandro Burzaco, Hugo Jinkis y Mariano Jinkis habrían acordado pagar US$110 millones en sobornos a funcionarios de fútbol para obtener valiosos derechos de transmisión de la Conmebol, la confederación sudamericana de fútbol, y Concacaf, la confederación de Norte y Centroamérica y el Caribe. En mensajes separados el miércoles, tanto la Conmebol como la Concacaf declararon su apoyo y su disposición a colaborar con las investigaciones.
Datisa, una empresa de propiedad de tres empresarios argentinos, firmó un contrato de US$317,5 millones en 2013 con la Conmebol y otro de US$35 millones con la Concacaf para obtener derechos exclusivos mundiales para las ediciones de 2015, 2019 y 2023 de la Copa América. Los contratos también incluyen la Copa América Centenario de 2016, que se llevará a cabo en ciudades en EE.UU. e incluirá a la selección nacional de EE.UU. y otros equipos de la Concacaf.
Datisa acordó hacer pagos a más de cinco funcionarios de la confederación de fútbol a lo largo de los contratos. “Al menos US$40 millones se han pagado hasta la fecha”, afirmó la acusación.
“Cuando veo tanto dinero en juego, no me sorprende que haya personas en el medio que están involucradas”, indicó un prominente ejecutivo que ha trabajado con Torneos y Competencias SA, una empresa de transmisión deportiva mencionada en la acusación y liderada por Burzaco.
La implicación tiene una amplia importancia en Brasil, en donde la presidenta Dilma Rousseff dijo que “servirá para ayudar al fútbol brasileño”.
Quizás las acusaciones más significantes de posibles delitos que incluye a brasileños giran en torno a la empresa de marketing deportivo Traffic. La empresa negoció los derechos internacionales de televisión para los partidos de clasificación para el Mundial de 2014, que se llevó a cabo en Brasil, y colaboró con una firma llamada World Sport Group para comprar los derechos internacionales de TV de la Copa de Oro y la Liga de Campeones de la Concacaf, según su sitio web.
El dueño de la firma, el empresario brasileño José Hawilla, está cooperando con la FBI en su investigación de la FIFA, dijo un abogado de Hawilla. Bajo el acuerdo, Hawilla ha reconocido delitos de lavado de dinero, fraude, extorsión, y ha acordado devolver US$151 millones. Su cooperación podría tener un impacto de alto alcance en la investigación su firma tiene los derechos de la Copa Libertadores.
Las acusaciones de corrupción han rondado entorno al deporte durante años en Brasil, un país que ha jugado un papel enorme en el desarrollo del fútbol global, tanto en la cancha como en la junta directiva de la FIFA.
El fútbol global fue dirigido por el empresario de Rio de Janeiro João Havelange durante dos décadas hasta 1998, cuando se retiró de la FIFA. También era miembro del Comité Olímpico Internacional, puesto que dejó en 2011 entre acusaciones de corrupción. Un comité de ética después halló que había aceptado sobornos, que Havelange, de 99 años, niega.
—John Lyons contribuyó a este artículo.