por admin » Mié Dic 02, 2015 8:04 am
Las derivaciones de la corrupción crean más problemas a la gestión económica de Rousseff
El senador Delcídio do Amaral, en una foto de septiembre. ENLARGE
El senador Delcídio do Amaral, en una foto de septiembre. Photo: ueslei marcelino/Reuters
Por Trevisani y Reed Johnson
Miércoles, 2 de Diciembre de 2015 0:04 EDT
BRASÍLIA—El arresto la semana pasada de un poderoso senador brasileño ha abierto un frente más en las entrelazadas crisis económicas y políticas del país y probablemente prolongará una profunda recesión en la mayor economía de Latinoamérica.
El senador Delcídio do Amaral fue arrestado la semana pasada, junto al magnate de banca de inversión André Esteves, como parte de la enorme investigación de corrupción en el gigante estatal Petróleo Brasileiro S.A. , o Petrobras. Los fiscales alegan que los implicados obstruyeron la justicia al tratar de comprar el silencio de un testigo clave, cuyo testimonio los podría haber implicado a ellos y a otros miembros de la élite política y empresarial de Brasil. Amaral y Esteves han negado las acusaciones a través de sus abogados.
Amaral, jefe de bancada en el senado y miembro del oficialista Partido de los Trabajadores, era el hombre de confianza de Rousseff en la cámara alta del congreso y era considerado como crucial para obtener suficiente apoyo para aprobar sus impopulares recortes presupuestales.
Su arresto ha complicado el plan de ataque de la presidenta y retrasado la votación de las medidas de austeridad que muchos economistas consideran cruciales para restaurar la confianza de los inversionistas y reducir el elevado déficit de Brasil. También ha hecho que otros legisladores se preocupen más por la investigación que por resolver los problemas de la economía.
“El ambiente es muy tenso” como para hacer muchas cosas, dijo el senador Paulo Paim, un veterano del PT que no ha sido implicado en el escándalo.
La falta de consenso político en la capital del país está profundizando las dudas de los inversionistas. La agencia calificadora Standard & Poor’s ya rebajó la nota de la deuda soberana de Brasil al nivel chatarra y continúa mostrando preocupación sobre la parálisis en Brasilia.
Fitch Ratings también ha expresado pesimismo frente a la habilidad de los legisladores para enfocarse en resolver la crisis financiera. Una rebaja de calificación por parte de una segunda agencia podría hacer que los capitales abandonen el país.
El sombrío panorama económico de Brasil se extendió el martes con la publicación de las cifras del PIB, las cuales mostraron que el país se encuentra en una profunda recesión. La economía se contrajo 1,7% en el tercer trimestre, la tercera contracción consecutiva de trimestre a trimestre. Una encuesta reciente de economistas llevada a cabo por el banco central predice que la economía se contraerá este año en 3,19% y otros 2,04% en 2016.
Los mayores efectos políticos de los arrestos de la semana pasada se han concentrado en el partido de gobierno, elevando la posibilidad de que se presenten cargos de impugnación contra Rousseff y debilitando al Partido de los Trabajadores antes de las elecciones municipales del próximo año y la elección presidencial de 2018.
Los efectos del escándalo han salpicado a personas cercanas a Rousseff y a su predecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, ninguno de los cuales ha sido implicado. Un tercer arresto, el del ganadero José Carlos Bumlai, amigo cercano de da Silva, ha puesto a los líderes del PT a la defensiva, incluso en momentos en que da Silva se posiciona como un posible candidato presidencial para 2018. Bumlai ha negado las acusaciones.
Los arrestos también nublan las posibilidades de otros partidos políticos de Brasil, particularmente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño, o PMDB, uno de los principales del país. El PMDB, uno de los aliados clave del PT, también tiene a algunas de sus figuras bajo investigación, incluyendo el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, y su par del Senado, Renan Calheiros, que han negado haber cometido delito alguno.
Acusado de lavado de dinero y corrupción, Cunha enfrenta un intento de sus colegas de retirarlo del liderazgo de la Cámara, algo que él caracteriza como políticamente motivado. Cunha controla las palancas legislativas que podrían iniciar una impugnación contra Rousseff y ha señalado que iniciaría el proceso si su cargo se viera amenazado.
Las tácticas de Cunha, que podrían prolongar los problemas de Brasil, han sido criticadas, incluso por sus copartidarios. El martes, la comisión de ética de la cámara baja debatió por varias horas acerca de qué medida debería tomar con Cuña, pero pospuso su decisión en medio de un llamado a una sesión conjunta para votar aspectos claves del próximo presupuesto. La comisión tiene previsto volver a reunirse el miércoles.
“El líder de la Cámara ya debería haber renunciado para encargarse de su defensa”, dijo el senador Ricardo Ferraço, miembro del PMDB del estado de Espirito Santo. “Tiene a nuestro país como rehén de sus intereses”.
Mientras los líderes políticos discuten y retrasan las decisiones, y aumenta la ira del electorado, los legisladores se preguntan cuándo terminará esta parálisis.
“Cada día quedo más perplejo y avergonzado por lo que sucede”, dijo Paim.