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Brasileño Temer pide confiar en la recuperación del país, insta a la unidad
jueves 12 de mayo de 2016 22:52 GYT Imprimir [-] Texto [+]
La suspendida presidenta de Brasil Dilma Rousseff saluda a sus partidarios a las afueras del palacio Planalto en Brasilia, Mayo 12, 2016. Una desafiante Dilma Rousseff se apartó de la presidencia de Brasil el jueves, después de que el Senado la suspendiera para someterla a un juicio político por supuesta violación de las leyes presupuestarias, una decisión histórica en un país sumido en una profunda recesión y un gran escándalo de corrupción.
REUTERS/Adriano Machado
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Por Lisandra Paraguassu y Alonso Soto
BRASILIA, 12 mayo (Reuters) - Michel Temer le pidió el jueves a los brasileños tener confianza en que el país saldrá de su grave crisis, horas después de asumir interinamente la presidencia en sustitución de Dilma Rousseff, apartada del poder para enfrentar un juicio político por presuntamente violar leyes presupuestarias.
El político centrista de 75 años llamó a apoyar a un gobierno de "salvación nacional" que buscará sacar a la mayor economía de Latinoamérica de una profunda recesión y resolver la inestabilidad política y los escándalos de corrupción.
"Es urgente que calmemos al país y unamos a Brasil", dijo Temer tras la ceremonia en la que presentó a su gabinete. "Partidos políticos, líderes, organizaciones y el pueblo de Brasil cooperarán para que el país salga de esta grave crisis".
Temer, quien viene de ser el casi desconocido vicepresidente de Brasil, dijo que su Gobierno será amigable con los mercados y mantendrá los populares programas sociales que marcaron los 13 años del Partido de los Trabajadores (PT) en el poder.
Su asunción representa un dramático cambio de guardia en Brasil. Rousseff, una izquierdista que lleva en el cargo desde 2011, abandonó el Palacio Presidencial de Planalto, en Brasilia, horas después de la votación del Senado.
Temer, un constitucionalista de 75 años que lleva décadas en el Congreso y tuvo un amargo desencuentro con Rousseff el año pasado, enfrenta el desafío de rescatar a la novena economía mundial de su peor recesión desde la Gran Depresión.
El presidente interino nombró como ministro de Hacienda al ex jefe del Banco Central Henrique Meirelles, dentro de un gabinete reducido de 23 carteras, con el mandato de reformar el costoso sistema de pensiones.
El Senado deliberó por más de 20 horas antes de votar poco después del amanecer del jueves por 55-22 en favor de enjuiciar a Rousseff por cargos de que maquilló el tamaño del déficit presupuestario para que la economía pareciera más saludable antes de su reelección en 2014.
Rousseff afirmó que luchará para demostrar su inocencia en un proceso que podría prolongarse durante seis meses. En un desafiante discurso antes de irse, reiteró su postura de que el juicio político es "fraudulento" y lo volvió a calificar como un "golpe" de Estado.
"He cometido errores, pero no he cometido ningún crimen", afirmó. El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, enfrentado ahora a cargos por corrupción, permaneció detrás de Rousseff, contemplando abatido el fin a la estadía del PT en el poder.
Rousseff estuvo flanqueada por decenas de ministros salientes. Aunque muchos lloraron, ella se mantuvo impasible.
"Nunca imaginé que sería necesario luchar de nuevo contra un golpe en este país", afirmó en referencia a su combate contra la dictadura militar de Brasil cuando era joven. Poco después, le habló a miles de seguidores que la esperaban, muchos vestidos con el tradicional rojo del PT y gritando "¡Fuera Temer!".
"Es una hora trágica para el país", aseguró Rousseff, quien calificó su suspensión como un intento de los conservadores de acabar con los avances sociales y económicos del PT.
La formación surgió del movimiento laboral de Brasil y en los años de presidencia de Lula desde 2003 ayudó a sacar a millones de personas de la pobreza antes de que el país cayera en la recesión y los escándalos, con muchos líderes implicados en investigaciones por corrupción.
Rousseff, una economista de 68 años y ex integrante de un grupo guerrillero marxista que se convirtió en la primera mujer presidenta del país, negó haber cometido irregularidades y aseguró que las acusaciones tienen motivaciones políticas.
Pese a su promesa de batallar, es improbable que sea absuelta en el juicio. La amplitud de su derrota mostró que la oposición tiene el apoyo para alcanzar los dos tercios que necesita para condenarla y apartarla del cargo definitivamente.
Como jefa de Estado suspendida, Rousseff podrá seguir viviendo en su residencia oficial, tener personal a su servicio y usar un avión de la Fuerza Aérea.
RETOS ECONÓMICOS
Asesores de Temer afirmaron que su Gobierno anunciará pronto medidas de austeridad para ayudar a reducir el gigantesco déficit presupuestario. Meirelles sostuvo que hará anuncios "a su debido tiempo" y que el viernes dará una rueda de prensa.
Los mercados locales llevan semanas al alza por la expectativa de un gobierno más amigable con las empresas. La Bolsa de Sao Paulo ganó el jueves un 1 por ciento.
Tras la votación en el Senado se lanzaron fuegos artificiales en varias ciudades. El país estuvo en calma, con algunas personas celebrando en Sao Paulo y otras ciudades envueltas en la bandera de Brasil.
El proceso contra Rousseff es el primer juicio político a un presidente de Brasil desde 1992, cuando Fernando Collor de Mello enfrentó enormes protestas que pedían su remoción por cargos de corrupción. Collor de Mello renunció luego de que el Senado votó a favor de iniciar el procedimiento y años después fue absuelto.
Collor de Mello, que es actualmente senador, votó el jueves a favor del juicio político a Rousseff, según medios locales.
Temer debe estabilizar la economía y restaurar la calma en momentos en que los ciudadanos, cada vez más polarizados, cuestionan si las instituciones pueden cumplir con sus promesas.
Además del gran déficit, equivalente a más del 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), Brasil sufre por el creciente desempleo, el desplome de la inversión y la contracción económica proyectada de más de 3 por ciento este año.
Pero estos cambios, incluyendo una reforma a las leyes de pensiones, tributarias, laborales y una iniciativa que unifique a los fragmentados partidos en el Congreso, podrían ser difíciles de aplicar en momentos de turbulencias.
Moody's Investors Service dijo el jueves que es probable que la prolongada tensión política complique la puesta en marcha de reformas. "Brasil se enfrenta aún a retos crediticios significativos, incluida la necesidad de revertir la actual contracción económica y lograr una consolidación fiscal destacable", indicó la agencia calificadora.