por admin » Lun Ago 15, 2011 12:45 pm
Un texano se alía con mineros bolivianos para eludir al Estado
Por MARTíN AROSTEGUI
LA PAZ—En medio de un descontento popular, el gobierno de izquierda de Bolivia ha incrementado el control estatal sobre partes clave de la economía, ha intentado nacionalizar varias operaciones mineras privadas y podría elevar los impuestos al sector minero este año.
Pero todo eso no asusta a un texano, que lleva adelante un plan con el potencial de reconstruir el estancado sector minero boliviano.
William Petty, presidente ejecutivo de Franklin Mining Inc., dice que puede eludir la hostilidad del gobierno a la empresa privada a través de acuerdos directos con cooperativas mineras de indígenas, cuyo control sobre las ricas reservas de minerales está contemplado en la nueva Constitución socialista de Bolivia.
"Estamos haciendo historia. Será un modelo no sólo para Bolivia, sino para el mundo entero", dijo Petty a representantes de cooperativas mineras en una ceremonia en abril donde ambas partes sellaron la creación de una sociedad para desarrollar la mina de oro La Joya en los Andes.
Bajo los términos del acuerdo, Franklin Mining, con sede en San Antonio, Texas, invertirá US$8 millones para construir una planta que procesaría alrededor de 20.000 onzas de oro al mes. Los mineros y Franklin Mining se repartirán las ganancias por igual. Con el actual auge del oro, Petty espera márgenes de ganancia de hasta 70%.
Este año, Bolivia impulsó la idea de renegociar los contratos con las mineras y darle a la estatal Comibol el control en las empresas conjuntas. Pero el gobierno dio un paso atrás ante la oposición de algunas cooperativas y grupos sindicales.
Bolivia generó 6% de la producción mineral global en 2009 y compañías como la estadounidense Coeur D'Alene Mines Corp. y la suiza Glencore International PLC están entre los principales inversionistas extranjeros en el país. Pero Bolivia sigue rezagado con respecto a productores regionales más grandes como Perú y Chile en cuanto a producción e inversión extranjera, en parte debido a la incertidumbre alrededor de las intenciones del gobierno.
Cerca de 80% de los trabajadores mineros en Bolivia pertenecen a cooperativas, formadas en los años 80 cuando un desplome global en los precios de los commodities provocó una contracción general en la inversión.
Los mineros de las cooperativas apoyaron al candidato presidencial Evo Morales, quien les prometió inversiones necesarias en tecnología para mejorar sus métodos rudimentarios o semimecanizados. A pesar de sus promesas electorales, el mandatario ha tendido a descuidar los intereses mineros, dicen los cooperativistas. Hace poco, los mineros bloquearon la nacionalización de dos grandes minas de propiedad extranjera argumentando que el Estado no contaba con el apoyo de los sindicatos ni tenía los recursos financieros como para administrar los activos.
"El gobierno no tiene estrategia para reactivar el sector minero", dijo Albino García, el líder nacional de los cooperativistas. Funcionarios del gobierno, incluido el ministro de Minas, José Pimentel, niegan esa acusación.
La nueva Constitución de 2008 otorga a las comunidades indígenas que viven en zonas ricas en minerales —y no solamente al Estado— una gran influencia en la administración de los recursos. El documento es la mejor protección legal contra la nacionalización, dice Petty.
Los expertos en minería en Bolivia dicen que quizás Petty tenga razón. "Hay un gran vacío aquí", dice José Padilla, jefe de minería e hidrocarburos para el gobierno de Santa Cruz, la región boliviana más próspera e importante económicamente.
Algunas empresas tienen dificultades para lidiar con las cooperativas y creen que no se puede confiar en ellas. Victor Barúa, director gerente en Bolivia de la australiana Republic Gold Ltd., dice que su compañía está a punto de perder una mina de oro debido a una disputa con los mineros. "Los cooperativistas quieren una forma rápida de mejorar sus operaciones a través de las inversiones y el capital. Y cuando llega el momento en que tienen que cumplir, no lo hacen y te sacan... No están reguladas y el gobierno no interviene, así que se corre un riesgo", dice el ejecutivo.
Sin embargo, Petty no parece preocupado. "Hasta ahora, los cooperativistas siempre han cumplido su palabra porque nosotros hemos mantenido la nuestra".
Petty les ha prometido a los cooperativistas de La Joya transformar su aldea de casas de barro y ladrillo en las faldas de una montaña que contiene 13 millones de onzas de oro y plata en una comunidad moderna y próspera.