Carta a Ollanta HumalaPor Gonzalo Zegarra Mulanovich
Señor Presidente electo:
Felicitaciones por su legítimo triunfo, el cual respeto pero no celebro. Formo parte del casi 53% que no votó por usted. Esa mayoría de peruanos desconfiamos todavía de sus propuestas. A diferencia acaso de quienes decidieron votar por usted en los últimos cuatro días y “voltearon” así la tendencia de las encuestas, para nosotros ni el apoyo ni los entusiasmos de Alejandro Toledo, los Vargas Llosa y demás intelectuales no representa ni remotamente garantía suficiente de que gobernará usted con respeto por nuestras libertades.
En un régimen presidencialista como el peruano, sólo la conducta que usted despliegue en los próximos cinco años podrá convencernos de que respetará usted la democracia y el libre mercado, como ha prometido. Incluso si cumple usted sus promesas, lo cual espero de todo corazón, generar confianza será una tarea ardua. La economía probablemente se frene bruscamente en las próximas semanas, y no podría ser de otra manera. Sus mensajes han sido nefastos primero (plan de gobierno de Félix Jiménez) y equívocos después (declaraciones y documentos contradictorios en la campaña de segunda vuelta). Incluso al tan mentado ex presidente Lula del Brasil, con mucho más capital político que usted, le costó larguísimos meses apaciguar a los mercados. Tenga paciencia y persevere en eso. Las siguientes humildes sugerencias podrían ayudarle:
1. Tome las riendas. Gobierne usted. Escuche a quien crea usted conveniente, pero decida solo. Para eso ha sido elegido. Su deber fiduciario con los electores debe prevalecer sobre sus lazos familiares, simpatías ideológicas y amistades. Un estadista, entre el país y sus afectos, escoge siempre al país (y el país no quiere que indulte a su hermano Antauro).
2. Ni un día más. Planifique su gobierno desde hoy y trabaje cada día pensando en el 28 de julio del 2016 como su fecha de caducidad.Muchos lo tentarán a prorrogarlo; no los oiga. Si se va ese día, tal vez hasta pueda regresar.
3. Gobierne para todos. Ceda espacios de poder. Nombre un gabinete plural y convocante, incluso con un fujimorista moderado si es posible. Negocie inteligentemente en el Congreso. Evite polarizar (más) el país. Si lo hace, éste será ingobernable. Distinga los nombramientos políticos de los tecnocráticos. Para los primeros, es legítimo el reparto partidario; en los demás (TC, Defensor, BCR) deben primar los técnicos.
4. Dé continuidad. Reconozca hidalgamente y mantenga lo mejor del gobierno de Alan García: la política macroeconómica (que ha reducido la pobreza como ningún otro) y la política exterior. Ratifique a Julio Velarde como presidente del BCR, y asegúrele un directorio independiente y ortodoxo. Nombre un ministro de economía del vuelo de Luis Carranza. No se engañe; los mercados le exigirán a usted mucho más que a Alejandro Toledo. Nombre a José Antonio García Belaunde en RREE: él es quien mejor gestionará el fallo de La Haya, que se producirá durante su mandato.
5. Modifique la Constitución. Pero no en el capítulo económico, que es el que mejor funciona, sino en cuestiones vinculadas a representatividad política (distrito electoral uninominal, bicameralidad, renovación por tercios del Congreso, voto voluntario) y eficiencia del Estado. Asegúrese primero, eso sí, de que tiene capital político para hacerlo.
Me despido deseándole más éxito que suerte. Desde esta tribuna le recordaremos permanentemente su promesa de respetar la democracia y el mercado. Y lo enfrentaremos con entereza en el negado supuesto de que se aparte usted de ella.
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