por admin » Lun Oct 04, 2010 2:15 pm
¿Por qué a algunas personas les cuesta tanto tomar una decisión?
Text Por Shirley S. Wang
.Algunas personas se conocen, se enamoran y se casan rápidamente. Otras pueden pasar horas en la zona de venta de medias de una tienda por departamentos, analizando los pro y los contra de comprar un par a rombos y de lana en vez de uno a rayas y de algodón.
Ver el mundo en blanco y negro, de forma que las opciones parezcan claras o verlo en tonos de gris puede afectar el discurrir de la gente por la vida, tanto en lo que tiene que ver con su trabajo y sus relaciones como en lo vinculado al candidato por el que votan, dicen los investigadores. Las personas que frecuentemente tienen sentimientos encontrados respecto a las situaciones tienen más de lo que los psicólogos llaman ambivalencia. Quienes tienden a tener puntos de vista inequívocos tienen menos ambivalencia.
La alta ambivalencia puede ser útil en algunas situaciones y la baja en otras, consideran los investigadores. En general, las personas que tienden a la ambivalencia lo hacen consistentemente en diferentes áreas de sus vidas.
Por décadas los psicólogos en general ignoraron la ambivalencia porque no pensaban que fuera significativa. Pero ahora los investigadores están estudiando cómo la ambivalencia, o la carencia de ella, afecta a la vida de las personas y cómo estas podrían ser capaces de tomar mejores decisiones. En general, pensar en tonos de gris es una señal de madurez. Es "entender la complejidad del mundo", dice Jeff Larsen, un profesor de psicología de la Universidad Tecnológica de Texas en Lubbock.
En un estudio reciente, se le pidió a un grupo de estudiantes universitarios que escribiera un ensayo en el que debían argumentar a favor o en contra de un asunto polémico, vinculado a la forma en que una ley laboral afectaba a los jóvenes. Otro grupo de estudiantes podía escribir tanto sobre los pros como sobre los contras del asunto. Los estudiantes que fueron forzados a tomar una posición dijeron sentirse más incómodos, incluso transpiraban más , dijo Frenk van Harreveld, psicólogo social de la Universidad de Amsterdam.
Si no hay una respuesta fácil, es probable que la gente ambivalente dude y evite tomar una decisión, por ejemplo, respecto a si tomar o no un nuevo empleo, dice van Harreveld. Pero si luego de una consideración cuidadosa una persona todavía no puede decidir, entonces lo que indica el instinto es lo que debería hacer. van Harreveld dice que en estas situaciones él lanza una moneda al aire y si su reacción inmediata cuando la moneda cae en cara es negativa, entonces sabe qué debe hacer.
Los investigadores no están seguros de por qué algunas personas tienden hacia una mayor ambivalencia. Algunas características de la personalidad juegan un rol. Las personas con una fuerte necesidad de llegar a una conclusión en una situación determinada tienden a tener un pensamiento más en blanco y negro mientras que las personas ambivalentes tienden a sentirse más cómodas con la incertidumbre. Las personas que crecen en ambientes donde los padres son ambivalentes o inestables pueden crecer experimentando ansiedad y ambivalencia, según algunos psicólogos.
La cultura también puede jugar un papel. En las culturas occidentales, ver simultáneamente lo bueno y lo malo "infringe nuestra visión del mundo, nuestra necesidad de poner cosas en cajas", dice Larsen. Pero en las filosofías orientales, podría ser menos problemático debido a que hay un reconocimiento de dualismo, el que una cosa puede ser otra a la vez.
Debido a nuestros puntos de vida fuertemente negativos o positivos, los pensadores en blanco y negro tienden a ser más rápidos para tomar decisiones. Pero si se quedan en un punto de vista y no pueden tener otros, el pensamiento en blanco y negro puede generar conflicto con otros o pensamientos o conductas no saludables.
Las personas con depresión clínica, por ejemplo, frecuentemente se ven atascadas en una visión negativa del mundo. Podrían interpretar una acción neutral cómo el que un amigo no les salude como una indicación de que su amigo está molesto con ellos y tienen problemas para pensar en explicaciones alternativas.
La gente ambivalente, por otro lado, tiende a sistemáticamente evaluar todos los aspectos de un asunto antes de tomar una decisión.
La capacidad de las personas ambivalentes de ver todos los aspectos de algo y sentir emociones contradictorias parece traer algunos beneficios. Pueden ser más capaces de sentir empatía con los puntos de vista de otros, por un lado. Y cuando la gente puede sentir emociones encontradas, tales como esperanza y tristeza, tiende a tener estrategias más saludables para sobrellevar una situación como el fallecimiento de su pareja. También tienden a ser más creativos debido a que las diferentes emociones los llevan a considerar ideas que de otra forma habrían descartado.
Es probable que la gente que duda con respecto a una decisión se beneficie de reducir los detalles que inciden y seleccionar uno o dos valores importantes en los que basar su resolución, dice Richard Boyatzis, un profesor de conducta organizacional, psicología y ciencia cognitiva en la Universidad Case Western Reserve.
En el lugar de trabajo, los empleados que son muy ambivalentes respecto a sus empleos son los más erráticos en su rendimiento, dice René Ziegler, un profesor de psicología social y organizacional en la Universidad de Tübingen en Alemania. Un gesto positivo hacia una persona altamente ambivalente, como subirle el salario, mejorará su rendimiento más que en el caso de alguien que no lo es, explica.
Las personas que no son ambivalentes respecto a su trabajo rinden bien si les gusta y mal en caso contrario. Ziegler sugiere que quienes piensan en blanco y negro tienden a concentrase en aspectos centrales de su trabajo, como cuánto se les está pagando o cuánto les gusta su jefe, y no en el conjunto de las características de su empleo para determinar si están contentos.
Quienes no ven los grises pueden reconocer los aspectos negativos y positivos de una relación. Pero generalmente optan por fijarse en algunas cualidades que les importan.
Por el contrario, la gente que es verdaderamente ambivalente en una relación no puede quitar de su mente lo negativo. Pueden preocuparse de ser heridas o abandonadas incluso en momentos en que su pareja está siendo cariñosa, afirma Mario Mikulincer, decano del New School of Psychology del Centro Interdisciplinario Herzliya en Israel.
Quienes ven los grises y tienen esos matices tienden a tener problemas en sus relaciones. Sus relaciones suelen ser más largas, incluso aquellas en las que la persona es abusada y suponen más peleas. También es más probable que se divorcien, dice Mikulincer.
Reconocer que su pareja tiene fortalezas y debilidades es normal, dice Mikulincer. "Un cierto grado de ambivalencia es una señal de madurez", dice.