ACUERDO POR EL TECHO DE DEUDA PÚBLICA
A no equivocarse: USA solo puso un parche y habrá más problemasQue el Legislativo de USA haya aprobado la elevación del tope de deuda pública no resuelve los problemas de fondo. Y al menos 1 de las 3 calificadoras de riesgo, le reduciría el AAA de sus bonos, en breve. Es importante tenerlo presente.La reacción de los inversores ante el acuerdo bipartidista sobre el techo de gasto en USA no fue de algarabía.
La verdad es que los dirigentes de USA no se merecían festejos por lo mucho que dilataron una respuesta favorable a las necesidades de su país.
Pero, además, la amenaza de la rebaja de la calificación de la deuda persiste y la economía de USA sigue lejos de la recuperación.
En general, los economistas más perspicaces consideran que el acuerdo sólo pospone las decisiones más difíciles hasta finales de año. Ahí hay una conclusión:
es un parche temporal. El acuerdo contempla una reducción del déficit en al menos US$ 2,5 billones durante los próximos 10 años. Pero se establecerá en 2 fases.
En la 1ra., se impone un recorte del déficit por valor de US$ 1 billón, a lo largo de una década en gastos domésticos no imprescindibles. No especifica qué programas se reducirán aunque se especula con recortes al programa de Defensa, básicamente.
Posteriormente, un nuevo comité bipartidista en el Congreso se encargará de presentar, antes de noviembre, un plan que reduzca el déficit en US$ 1,5 billón adicional.
Por tanto, de momento quedan sin respuesta las preguntas más complicadas:
>
qué tamaño debe tener el gobierno federal,
> cómo combinar el aumento de impuestos y el recorte en los gastos, y
> la mejor manera de sostener el crecimiento económico.
"Es una gran oportunidad perdida", aseguró
Maya MacGuineas, de la Comisión No Partidista para un Presupuesto Federal Responsable, en declaraciones al The Wall Street Journal.
"Llegar tan cerca como hemos estado del impago de la deuda, para luego, en el último minuto, no ser capaces de solucionar el déficit global...", reflexionó.
El economista Nouriel Roubini, famoso por sus vaticinios catastróficos, cumplidos en el inicio de la crisis subprime y la recuperación que no llega, aseguró que "aún está todo sobre la mesa", refiriéndose a la comisión bipartidista que tendrá que decidir, a finales de año, recortes suplementarios por US$ 1,5 billón.
Los congresistas tendrán entonces que volver a negociar entre el aumento de impuestos que quieren los demócratas y los mayores recortes que piden los republicanos.
"Hay una probabilidad de 2/3 de que en noviembre no logren un nuevo pacto, aunque hoy firmen un acuerdo. La batalla política podría durara hasta el año que viene", dijo Roubini.
"Esto tendrá un mínimo impacto en la economía. Los recortes no se llevarán a cabo durante los dos primeros años, lo que te lleva a preguntarte si es que realmente van a ocurrir", explicó Peter Morici, profesor de economía de la Universidad de Maryland.
"Ahora volvemos a las batallas normales sobre el presupuesto, donde nosotros luchamos por nuestra visión y ellos por la suya, pero ya nadie puede utilizar la amenaza de la primera suspensión de pagos de nuestra nación para salirse con la suya", opinó Gene Sperling, presidente del Consejo Económico Nacional, la noche del domingo.
"Es un acuerdo que disipa la nube de incertidumbre sobre la economía y no vamos a volver a repetir este episodio otra vez en cinco o seis meses", añadió el principal asesor político de la Casa Blanca, David Plouffe. Semejante situación lleva a una 2da. conclusión: las calificadoras de riesgo mantendrán su amenaza de bajar la nota de los bonos de deuda pública estadounidense.
Sigue existiendo la posibilidad de que USA pueda perder la calificación triple A de su deuda, lo que aumentaría los costes de financiación.
Roubini no espera que la rebaja de la calificación sea inmediata: "Las agencias estarán a la espera hasta finales de año. Pero si entonces no se logra la segunda fase del acuerdo, bajarán la calificación".
Michael Hewson, de CMC Markets, comparte en que el parche no las hará cambiar de opinión: "Los inversores seguirán nerviosos hasta que el acuerdo se apruebe en las dos cámaras y lo firme el presidente. Otra cosa es si este acuerdo es suficiente para evitar una posible rebaja de las calificaciones en las próximas semanas. Parece poco probable, dado los recientes comentarios de S&P's y Moody's, que han puesto a USA bajo vigilancia por la incapacidad del Congreso para acordar y adoptar de forma creíble una consolidación fiscal a medio plazo que sea compatible con el rating de triple A".
Julia Jessop, economista jefe de Capital Economics, quien habló antes de que se alcanzara el acuerdo, dijo que si eso sucedía, nada cambiaba: "Estoy bastante segura de que USA perderá su calificación triple A".
Si en noviembre no hay un pacto y no se logra un acuerdo para reducir más el déficit, el paquete legislativo sólo incluirá ahorros por US$ 2,2 billones, la mitad de lo que las agencias exigen para mantener la calificación crediticia de triple A.
Todo esto ocurre en un escenario de permanente debilidad económica de USA.
Numerosos economistas consideran que la perspectiva de más recortes no es lo que necesita la economía estadounidense en estos momentos.
La semana pasada se conoció que la economía de USA creció sólo +0,41%, anualizado, en los primeros 3 meses del año y +1,3% en el 2do. trimestre. El sector manufacturero, por su parte, registró en julio su ritmo de expansión más débil en 2 años, 50,9 puntos frente a los 55,3 de junio, según datos del Instituto de Gestión de Suministros. El ritmo de crecimiento tan lento se debe, en parte, a los recortes que ya han puesto en marcha los gobiernos estatales y locales y que ahora, con el nuevo acuerdo, también pondrá en marcha el gobierno federal.
El premio Nobel de Economía, Paul Krugman, afirmó que el acuerdo legislativo es un "desastre", y que los recortes en los gastos serán negativos para la recuperación.
"El desempleo será más alto de lo que habría sido de otra manera", aseguró Mohamed El-Erian, director ejecutivo de Pimco, consultado por la cadena de noticias ABC.
"El crecimiento será menor de lo que habría sido. Y la desigualdad será mayor de lo que habría sido. Tenemos una economía muy débil, así que reducir más los gastos en este momento, la debilitará aún más", agregó.
En cambio los ejecutivos de empresas, por el contrario, consideraron que el acuerdo evita daños mayores.
La comunidad empresaria supone que algo es mejor que nada. Y que lo que se logró es superior al default selectivo que hubiese sobrevenido.
"Este acuerdo eleva el límite de la deuda para cumplir con nuestras obligaciones. Tiene recortes de gastos y pone en marcha un proceso para poner a nuestro país en un camino fiscal responsable", aseguró John Engler, presidente de Bussiness Round Table, una asociación de CEOs que incluye a American Express Co., Alcoa Inc. y Exxon Mobil Corp.
El presidente de la Cámara de Comercio de USA, Thomas J. Donohue, destacó que "este acuerdo reducirá el gasto más de lo que aumenta el techo la deuda, proporciona un mecanismo viable y aplicable para asegurar que los recortes en realidad tienen lugar, permite una votación sobre una reforma significativa del proceso presupuestario, y evita un incumplimiento por parte del gobierno de USA que crearía un daño económico enorme".
Pero lo cierto, en cualquier caso, es que a USA le fascina vivir al borde del precipicio.
Y ese también es un motivo para el pesimismo.
Hay otros argumentos para alimentar la conclusión:
> Mientras el acuerdo de urgencia era de esperar, pervive la gran duda: su implementación.
> Aunque USA no caerá ya por el barranco, la montaña de deuda sigue siendo elevada: US$ 14,3 billones.
> En el mejor de los casos, el acuerdo irá solamente hasta finales de 2012 con un objetivo que, en líneas generales, es muy optimista: reducir el gasto en US$ 2,4 billones en 10 años, postergando el verdadero ahorro hasta una futura recuperación económica.
Que el pacto no incluya subidas fiscales acabó por disparar las dudas sobre su eficiencia, pues es un freno para el crecimiento del PIB y perpetúa los bajos tipos de interés de la Fed, que impiden reconstituir el ahorro.
Es una huida hacia delante.
Lo dice Standard & Poor's: “Desde 2008, los políticos no han logrado atender a las presiones a largo plazo”.
Fitch directamente ha anunciado que la amenaza no depende del acuerdo. Simplemente “vamos a incorporarlo al análisis y haremos un comentario en agosto”.
¿Que las agencias han demostrado su incapacidad tras la crisis?
Muchos economistas lo piensan. Pero también la mayoría cree que, al menos 1 de las 3 agencias rebajará la AAA, pues la disputa fiscal ya ha dañado a la economía.
Luego, el lenguaje corporal de Barack Obama cuando anunció a los estadounidenses el compromiso alcanzado sobre el techo de deuda con los líderes republicanos puso de manifiesto que el Presidente no está contento con lo que anunciaba.
Los líderes del Partido Republicano consideran una gran victoria la propuesta, que ha frenado la subida de impuestos que pretendía el Gobierno y que evitará el default, que hubiese sido un argumento relevante de Obama contra el movimiento del Tea Party y el 'Partido del No'.
Sin embargo, el portavoz de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, reconoció que el acuerdo no es el mejor, pero cumple con los principios republicanos sobre fiscalidad y gasto.
El hecho de no conseguir una subida de impuestos a los ricos hará que Obama sufra la presión de la izquierda de su propio partido a 1 año de las próximas elecciones presidenciales.
Y dado que los republicanos han dejado claro que no permitirán sacar adelante ninguna norma que implique una subida de impuestos, el Presidente deberá poner en marcha un plan para impulsar el empleo que horrorizará a muchos demócratas si quiere salir reelegido, según los analistas consultados por el canal de noticias financieras CNBC: reducir la carga impositiva y las presiones legislativas sobre las empresas.
Obama se encuentra en una posición muy difícil tras haber cedido respecto a los impuestos en el acuerdo con los republicanos y el movimiento del Tea Party.
Además, teniendo en cuenta la desaceleración económica de USA, tendencia que se espera que se mantenga los próximos meses, el desempleo no va a reducirse lo suficientemente rápido para que Obama pueda beneficiarse del dato en las elecciones.
De todos modos, no hay que ser tan pesimistas con Obama.
El Presidente podría esperar una ayuda significativa de la Reserva Federal, que ha indicado que está preparada para actuar si se produjera un notable deterioro de la economía. Es cierto que el viernes 05/08 se publicará el dato de empleo en USA correspondiente a julio y los economistas prevén que solo se hayan creado 100.000 puestos de trabajo, una cifra que no servirá para bajar la tasa de desempleo a 8%, nivel que muchos expertos consideran necesario para que Obama consiga un 2do. mandato.
Pero existe el Tea Party. Tras el éxito que esos fundamentalistas acaban de conseguir, se sentirán envalentonados y dedicarán los próximos meses a disputar el control del Partido Republicano.
Esa previsible división de los conservadores es evidente.
También lo es que sería necesario un profundo cambio en el panorama político estadounidense para que un candidato respaldado por el Tea Party consiguiera llegar a la Casa Blanca. En el escenario de disputa abierta en el Partido Republicano, y sin ganadores claros, Obama podría lograr, por estrecho margen, un 2do. mandato.
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