por admin » Mar Ene 08, 2013 11:49 am
La frontera del crédito en América Latina
Por AMY GUTHRIE
Mauricio Palos for The Wall Street Journal
Clientes de BBVA Bancomer en Puebla, México.
CIUDAD DE MÉXICO—Los bancos latinoamericanos registran una drástica alza de los créditos de nómina, que se descuentan de los salarios de los empleados. Estos préstamos, que a menudo son pequeños y representan un riesgo relativamente bajo, sirven como una primera aproximación que le permite a las instituciones decidir si desean profundizar su relación con un deudor.
Los créditos de nómina se han extendido desde México a Brasil. Los bancos conceden los préstamos y son pagados a través de una deducción automática quincenal del salario del cliente. La popularización de estos instrumentos —impulsada por ofertas preaprobadas en cajeros automáticos y, en algunos casos, tasas de interés competitivas—podría contribuir a que la creciente clase media de la región obtenga acceso a financiamiento. El riesgo, sin embargo, es que también podrían alejar a los consumidores de los préstamos o, como algunos temen, provocar un incumplimiento generalizado en otros tipos de deuda.
Los créditos de nómina crecieron 16,5% en Brasil entre septiembre de 2011 y de 2012 para ascender a cerca de US$88.000 millones, según los datos del banco central. La cifra equivale a 60% del crédito personal en la mayor economía de América Latina.
En México, estos préstamos treparon 32% en el mismo período para superar los US$9.000 millones, duplicando el crecimiento de las tarjetas de crédito. Tres de los bancos más grandes de México indican que uno de cada cinco de sus clientes con cuentas de nómina ha obtenido estos créditos.
Itaú Unibanco Holding SA, ITUB4.BR +0.49% el principal banco privado brasileño, unió fuerzas el mes pasado con la entidad de tamaño mediano Banco BMG SA para incursionar en el mercado de créditos de nómina. La operación conjunta busca otorgar unos US$14.000 millones en esta clase de préstamos en los próximos cuatro años, indican sus ejecutivos.
Los bancos latinoamericanos han buscado durante años formas de extender crédito a clientes que han tenido dificultades para obtener financiamiento. Los créditos de nómina, en particular, tienen tasas de impago más bajas que las tarjetas de crédito y pueden servir como una introducción fácil al crédito. En teoría, estos préstamos deberían ofrecer tasas de interés más bajas que las tarjetas de crédito, ya que su pago se descuenta del sueldo.
En el caso de Brasil, el interés de los créditos de nómina gira en torno a 20%, frente al 40% de otros tipos de préstamos de consumo. En México, las tasas de interés anuales son similares al 35% de la mayoría de la deuda de tarjetas de crédito, pese a que la tasa de impago de los créditos de nómina es menor, alrededor de 3%, comparado a 5%.
Algunos bancos mexicanos, que sufrieron pérdidas importantes debido a un alza en la tasa de créditos impagos en 2008, consideran los créditos de nómina, conocidos coloquialmente como "credinómina", como apuestas más seguras en un país en que la educación financiera es limitada y el historial de pago de las personas dista de ser estelar.
Javier Arrigunaga, presidente ejecutivo de la división Banamex de Citigroup Inc., C -0.69% el segundo mayor banco de México, afirma que la información de los clientes de nómina, como los ingresos y los retiros, permite a Banamex proporcionar un crédito "mucho más sano".
No obstante, estos préstamos también tienen el potencial de ahuyentar a los clientes nuevos. Félix Escobar, un representante de ventas de 40 años en una empresa de bebidas en el Estado de México, asumió un crédito de unos US$2.500 de Banamex hace cinco años cuando se enfermó su padre. Escobar pensó que el préstamo ya había sido pagado cuando se trasladó a otra empresa que le depositaba su salario en un banco de la competencia. Hace un año, volvió a cambiar de empleo y se integró a una compañía que usaba Banamex para su nómina. De repente, Banamex descontó más de US$600 de su cuenta, esgrimiendo que Escobar no hizo un pago hace unos años y que, con el interés acumulado, al banco le correspondía un 24% del crédito original. Escobar, que no tiene tarjeta crédito, dice que la experiencia le sirvió como una "mala lección" y que los créditos de nómina sólo deberían ser usados como último recurso.
Un vocero de Banamex manifestó que los contratos con sus clientes le dan al banco la facultad y el derecho de retirar pagos atrasados directamente de las cuentas de sus clientes.
—Luciana Magalhães y Rogerio Jelmayer contribuyeron a este artículo.