Antanas Mockus se mantiene firme en su promesa de elevar impuestos si llega a ser elegido presidente en Colombia
Por Inti Landauro y Darcy Crowe
CÚCUTA, Colombia— El candidato presidencial Antanas Mockus, que cuando ocupó la alcaldía de Bogotá le pidió a sus residentes que pagaran más impuestos de manera voluntaria, está haciendo una promesa de campaña que pondría a temblar a muchos políticos: impuestos más altos.
Mockus está cabeza a cabeza en las encuestas con el ex ministro de Defensa del presidente Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos, quien es visto como el heredero político de Uribe. Las encuestas más recientes indican que Mockus ganaría en segunda vuelta.
El asesor de Mockus, Salomón Kalmanovitz, ex presidente del Banco de la República, el banco central de Colombia, y quien es considerado como candidato a ministro de Hacienda, dijo que un gobierno de Mockus pondría fin a las exenciones de impuestos y las lagunas fiscales que permiten que las empresas paguen mucho menos que el 33% de impuesto corporativo.
La promesa de elevar los impuestos puede ser popular entre los pobres del país, que pagan pocos impuestos y se verían menos afectados que los ricos con los planes de Mockus, pero también está avivando los temores de que un gobierno de Mockus se aleje de algunas de las políticas a favor de los mercados de Uribe que han ayudado a Colombia a atraer inversiones extranjeras.
Santos, mientras tanto, promete desmantelar un impuesto a las transacciones financieras. Su plataforma económica, que se centra en fortalecer la infraestructura del país, no menciona un alza de los impuestos. La campaña de Santos ha atacado el plan económico de Mockus, asegurando que no crearía empleos.
Mockus ha respondido que continuará atrayendo la inversión extranjera y que cree en el libre mercado. A lo largo de la campaña, las alzas de impuestos han estado en el centro de sus propuestas económicas.
Críticos de izquierda han calificado a Mockus de conservador debido a sus esfuerzos por controlar el gasto público durante su gestión en la alcaldía de Bogotá y por supervisar la privatización parcial de las empresas de servicios públicos. Los detractores en la derecha dicen que su plan para subir los impuestos podría poner en aprietos el crecimiento económico.
Su campaña presidencial rechazó una buena parte de la financiación estatal que los partidos políticos colombianos reciben y dijo que el dinero debería ser gastado en construir escuelas.
"Somos fiscalmente prudentes. Los fondos públicos deberían ser atesorados y usados con mucho cuidado", dijo Kalmanovitz.
En una entrevista con Dow Jones Newswires, Kalmanovitz dijo que "para mantener el crecimiento económico, se necesita incrementar la recaudación de impuestos".
Para Mockus, que tiene una maestría en filosofía, elevar los impuestos no es sólo una cuestión de economía, sino también de ética. "Todos pagamos impuestos por el bien común", dijo Mockus en una entrevista reciente. "Si queremos que se garantice una serie de derechos consignados en la constitución, necesitamos más fondos y más honestidad".
"No hay oposición a ese nivel de impuestos, al contrario, hay más demanda por mejores servicios públicos", agregó.
Declaraciones como esta han asustado a algunas empresas en Colombia.
"Consideramos que el nivel actual de tasas impositivas es bastante alto", dijo Carlos Urrea, vicepresidente del mayor fabricante de ropa interior femenina del país, Leonisa SA. "El país debe seguir siendo competitivo en cuestión de impuestos".
Además de los cambios a las leyes tributarias para empresas, el equipo económico de Mockus planea ampliar el rango de productos a los que se les cobra el impuesto al valor agregado, así como elevar los impuestos a los ricos.
"El impacto sería muy perjudicial", dijo Andrés Jiménez, analista de la firma de corretaje local Interbolsa SA. "El próximo presidente debería concentrarse en conseguir que más gente pague impuestos y combatir la evasión, no en subir los impuestos a las compañías y la gente que ya pagan por todo".
Una de las exenciones de impuestos más polémicas es para las zonas francas, el cual reduce la tasa de impuestos corporativos a 15%. Las compañías que invierten en estas zonas también quedan exentas de pagar impuesto al valor agregado y aranceles sobre bienes importados y algunas materias primas.
Mockus desea dejar de entregar nuevas zonas francas y conseguir que las empresas paguen todos sus impuestos, pero dice que las zonas francas actuales se mantendrían intactas. Incluso la gente que trabaja en estas zonas considera que el sistema es demasiado generoso.
"Cuando usted gana bien, puede pagar impuestos", dijo el director financiero de una empresa extranjera que trabaja en una zona franca y quien solicitó no revelar su nombre. "El país necesita más gasto en infraestructura, incluyendo vías y puertos, así como en educación para obtener mano de obra calificada", agregó.
Según Mockus, la competitividad no depende de las tasas impositivas. "Creemos que un país no solo es atractivo por su nivel de impuestos o sus exenciones. Creo que el estar protegido contra la corrupción y la violencia es más importante que uno o dos puntos de impuestos corporativos", dijo.
Algunos economistas dicen que impuestos más altos, si se gastan bien, podrían mejorar la competitividad de Colombia a mediano plazo, pero reconocen que hay incertidumbre sobre la forma en que un eventual gobierno Mockus trasladaría sus teorías a la práctica.
Muchos empresarios dicen que esta será una medida difícil de implementar, debido a que los colombianos, especialmente los acaudalados, serán reacios a pagar más impuestos a corto plazo.
"Nadie que tiene dinero y un buen ingreso desea pagar impuestos más altos", dijo Jiménez, de Interbolsa SA.