La última oportunidad de España
Por RICHARD BARLEY
LONDRES (EFE Dow Jones)--España --y la eurozona-- se están quedando sin camino. La rebaja de Moody's a España hasta niveles cercanos a la categoría "basura", con la posibilidad de realizar otro recorte en los próximos tres meses, significa que la eurozona no puede mantener su estrategia de ir saliendo del paso. De sufrir más rebajas de calificaciones, España podría verse excluída de los mercados de bonos, lo que supondría una enorme amenaza para la eurozona y para la superviviencia del euro.
España tiene suerte que Moody's se detuvo en la calificación de Baa3. La agencia calificadora dijo en su día que aquellos países que dependan de fondos de rescate no deberían tener calificaciones de grado de inversión. España se ha salvado de tres cargos: sigue financiando el gasto del Gobierno en los mercados; tiene una enorme y diversificada economía; y su paquete de rescate, de hasta el 10% del PIB, es mucho más pequeño que el de Irlanda, Grecia y Portugal.
Pero las calificaciones de España se encuentran ahora en un punto en el que pueden desencadenar acontecimientos que intensifiquen la crisis. Si la pequeña agencia de calificaciones, DBRS, rebajara a España a la categoría de triple B --y está considerando una rebaja-- las quitas de la deuda estatal española comprometidas como colateral al Banco Central Europeo aumentarán en cinco puntos porcentuales. Una mayor quita exigiría a los bancos comprometer mayores colaterales, reduciendo aún más la liquidez. Los préstamos netos del BCE a los bancos españoles aumentaron un 9% en mayo a 287.300 millones de euros.
Una rebaja a la categoría de basura sería un gran evento dado que España tiene 600.000 millones de euros en bonos estatales y en otros gastos pendientes de pago. Esta situación llevaría a plantearse preguntas sobre la permanencia de España en los principales índices de bonos, la mayoría de los cuales utilizan el umbral de grado de inversión para determinar su idoneidad. Estar excluido de estos índice supondría un enorme problema: la salida de Portugal del índice World Government Bond de Citigroup hizo repuntar la rentabilidad del bono a 10 años por encima del 15%, y es difícil saber cómo el país recuperará el acceso al mercado.
La propia España puede hacer poco respecto a sus calificaciones crediticias en estos momentos. Depende de la eurozona encontrar una manera de garantizar que la cuarta mayor economía del mundo puede pedir dinero prestado con unos términos asequibles: la rentabilidad de los bonos españoles a 10 años se acercó al nivel del 7% el jueves. Si no lo consigue, entonces la atención se trasladará rápidamente hacia Italia, el tercer mayor mercado de bonos estatales del mundo.