por admin » Lun Sep 24, 2012 12:38 pm
Es hora de que los optimistas del euro se dispersen
Por NICHOLAS HASTINGS
Durante gran parte del verano boreal, los optimistas sobre el euro estuvieron en ascenso.
El Banco Central Europeo prometía una gran bazuca para resolver la crisis de la deuda, y Alemania parecería estar respaldándolo.
Además, aunque la economía mundial aún se estaba desacelerando, las perspectivas de mayor liquidez por parte de los principales bancos centrales del mundo eran suficientes para alentar las expectativas del mercado de que lo peor de la crisis financiera había pasado.
Reuters
Pero ahora, el optimismo del mercado llega a su fin.
La gran bazuca del BCE resultó tener un defecto fatal y las nuevas dosis de liquidez no han tenido el impacto deseado sobre el crecimiento mundial.
Por lo que, para el euro, esto podría significar el fin del optimismo, donde los pesimistas están ganando más terreno en el mercado del que tenían antes de que comenzara la escalada del verano.
En cada momento de los últimos días, las perspectivas para el euro se han ido deteriorando un poco más.
Vale mencionar la gran bazuca, o, como la denomina el banco, las Transacciones Monetarias Directas (OMT, según las siglas en inglés).
Este programa de compras de bonos fue diseñado para reducir los costos de endeudamiento de los deudores clave, como España e Italia, y evitar que la crisis de la deuda se expandiera aún más.
Pero, al reducir los costos de endeudamiento, el anuncio de las OMT le ha dado tiempo a España para atrincherarse en su rechazo a las condicionalidades. Esto significa que es menos probable que el país adopte las reformas fiscales que son necesarias para hacerlo más atractivo para los inversionistas en el más largo plazo, y que la crisis de la deuda podría volverse aún más difícil de resolver que antes.
El éxito de la subasta de bonos españoles de esta semana, en la cual el país fue capaz de obtener fondos más baratos que antes en los extremos corto y largo del mercado, sólo significa que las OMT seguirán vigentes por más tiempo.
A nivel mundial, el entusiasmo por la largamente esperada decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de lanzar un mayor expansionismo cuantitativo también demostró ser de corto impacto, pese a la promesa del banco central estadounidense de dejar el ejercicio con final abierto.
Y la medida de relajamiento monetario de Japón que los siguió esta semana, la cual incluye compras de activos adicionales por 10 billones de yenes, no tuvo ningún impacto positivo sobre las expectativas de crecimiento.
Para empeorar las cosas para el euro, así como para la percepción mundial del riesgo, la serie de datos económicos publicados en todo el mundo muestra pocas señales de una mejoría. De hecho, los datos parecen haber decepcionado las expectativas del mercado en muchos casos.
Ciertamente, algunos datos recientes del mercado de la vivienda en Estados Unidos fueron ligeramente mejores de lo anticipado, pero el impacto sobre la percepción se diluye frente a las noticias procedentes de otras partes del mundo.
Tan sólo el jueves hubo malas noticias de China, donde el último índice de la actividad de las manufacturas del sector privado aún apunta a una contracción; de Japón, donde las exportaciones continuaron sufriendo por la fortaleza del yen; y de la eurozona, donde los últimos índices de gerentes de compras mostraron que la actividad industrial se está contrayendo más de lo anticipado.
Para los optimistas, todas estas noticias son lo suficientemente malas en sí mismas.
Pero, lo que realmente los hace dispersarse al viento ahora es darse cuenta que, habiendo disparado parte de sus armas más pesadas hasta el momento, los autoridades tal vez no tengan muchos ases en la manga para mejorar la confianza nuevamente.