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Expansión de gasoducto, detenida por inseguridad en selva Perú
jueves 2 de agosto de 2012 19:47 GYT
Imprimir[-] Texto [+] Por Marco Aquino
LIMA (Reuters) - Las "graves" condiciones de inseguridad y la amenaza de insurgentes de Sendero Luminoso en la selva de Perú impiden reanudar el plan de expansión del gasoducto que trae el combustible a Lima desde los campos de Camisea, dijo el jueves una fuente de la empresa operadora del transporte de gas.
La fuente de la firma Transportadora de Gas del Perú (TGP), que pidió anonimato, afirmó que el hostigamiento incluso ha impedido los trabajos de mantenimiento y de "buena parte" del proceso de operación del sistema actual de transporte de gas, aunque sin afectar el traslado del fluido.
Asimismo, la brasileña Odebrecht tiene planeado la construcción de otro gasoducto desde los campos de Camisea hasta el sur del Perú, que implicará una inversión de unos 6.000 millones de dólares y que permitirá desarrollar un polo petroquímico en el sur del país.
En abril, un grupo de remanentes de Sendero Luminoso secuestró a 36 trabajadores de empresas contratistas que operan el sistema de transporte de gas de Camisea, que movilizó a más de 1.500 policias y militares en busca de los rehenes en la provincia de La Convención, en la región sureña del Cusco.
Tras seis de días de cautiverio, los trabajadores fueron liberados sanos y salvos por sus mismos captores, en un desafío al Gobierno del presidente Ollanta Humala y que tuvo como consecuencia la renuncia de sus ministros de Defensa e Interior.
En la búsqueda de los guerrilleros, 10 policías y militares perdieron la vida en enfrentamientos con los rebeldes.
La fuente de la compañía dijo que la amenaza imposibilita realizar actividades de manera segura en la zona, como ocurrió también en junio cuando trabajadores de mantenimiento de TGP fueron interceptados por miembros de Sendero Luminoso en la localidad de Echarate, en la región de Cusco.
"Estas graves condiciones de inseguridad siguen presentes en la zona", dijo a Reuters la fuente de TGP. Otra fuente cercana a los trabajos de la compañía confirmó que por las amenazas no pueden reanudar las labores de expansión paralizadas en abril.
La expansión, que incluye la instalación de un ducto paralelo y una planta compresora, busca atender la creciente demanda de empresas de generación de electricidad y de firmas mineras que son consideradas claves para la economía del país.
ZONA CLAVE
Las acciones de hostigamiento de Sendero Luminoso ocurren en momentos en que el Gobierno ha anunciado que convocará antes de fin de año a una licitación internacional para construir un nuevo gasoducto en la selva sur del país, como parte de su plan para garantizar la seguridad energética local.
Perú tiene un sólo gasoducto, de unos 800 kilómetros de longitud total, que trae el combustible desde los campos de Camisea, en Cusco, hasta la costa central de Perú, a Lima.
Los campos de gas de Camisea son explotados por un consorcio liderado por la argentina Pluspetrol y conformado por la española Repsol, la estadounidense Hunt Oil, la surcoreana SK, la argelina Sonatrach y la argentina Tecpetrol.
Si bien los rebeldes no representan un riesgo potencial para la estabilidad del Estado peruano, sus esporádicos ataques y emboscadas han dejado en los últimos cuatro años al menos 60 policías y militares muertos tras una ofensiva militar.
Sendero Luminoso tuvo su apogeo en las décadas de 1980 y 1990, periodo cuando el país sudamericano sufrió una guerra interna con un saldo de unos 69.000 muertos y desaparecidos.
Tras la captura de su líder y fundador, Abimael Guzmán, el grupo guerrillero quedó prácticamente derrotado y se replegó a zonas remotas de los Andes y Selva del país, principalmente en el denominado Valle del Río Apurimac, Ene y Mantaro (VRAEM).
La toma de rehenes en abril fue el mayor secuestro en la zona del VRAEM desde el 2003, cuando los rebeldes retuvieron a 70 trabajadores de la empresa argentina Techint y luego los liberaron sanos y salvos tras un día de cautiverio.