por admin » Dom Sep 12, 2010 5:57 pm
SPANISHSEPTEMBER 12, 2010, 3:34 P.M. ET
La violencia en Monterrey provoca un éxodo de extranjeros y mexicanos adinerados
Por David Luhnow
MONTERREY, México—Un aumento de la violencia relacionada al narcotráfico en este centro industrial está causando un éxodo de mexicanos adinerados así como de grandes cantidades de estadounidenses y ciudadanos de otros países, lo que asesta un golpe a una ciudad que desde hace tiempo se enorgullecía de ser una de las más ricas y seguras de América Latina.
La situación de la seguridad es tan alarmante en Monterrey, una ciudad bautizada como "La Sultana del Norte" por su poder industrial, que el alcalde envió a su familia a vivir a Dallas, en Estados Unidos, según personas al tanto de la situación. La oficina del alcalde no respondió a pedidos de comentarios.
En las dos últimas semanas, el fabricante de maquinaria agrícola estadounidense Caterpillar Inc. les ordenó a los ejecutivos con hijos que dejaran la ciudad, tras una medida similar por parte del Departamento de Estado de EE.UU. para diplomáticos estadounidenses aquí. Otras firmas de EE.UU. les están permitiendo a sus empleados irse de forma voluntaria.
Agence France-Presse/Getty Images
Soldados mexicanos escoltan a una mujer que fue secuestrada en Monterrey, el 23 de agosto de 2010. Tres hombres fueron detenidos y seis rehenes liberados, informó la policía.
"Según consejos recientes del Departamento de Estado, Caterpillar les informó a los empleados expatriados en algunas regiones de México (incluida Monterrey) que ellos y sus familias deberían volver al país lo antes posible", indicó Jim Dugan, el jefe de voceros de Caterpillar, en un e-mail a The Wall Street Journal. La medida afecta a alrededor de 40 empleados, sostuvo.
Monterrey está atrapada en una guerra entre dos carteles del narcotráfico poderosos y sedientos de sangre, el Cartel del Golfo del estado vecino de Tamaulipas y los Zetas, un grupo disidente que solía proveerle seguridad. Las dos bandas iniciaron una guerra abierta a comienzos de este año, afirman funcionarios y analistas mexicanos.
Monterrey es un territorio valioso para las bandas narcotraficantes porque se encuentra a sólo 215 kilómetros de EE.UU. y puede ser usada como una base para contrabandear drogas hacia el norte.
La batalla ha estremecido a la ciudad, que históricamente tenía tasas de homicidio más bajas que el promedio en EE.UU. Más de 274 personas han sido ejecutadas en ataques de las bandas del narcotráfico en lo que va del año, según funcionarios locales.
Sus residentes no sólo corren el riesgo de ser víctimas del enfrentamiento, sino que también las bandas llevan adelante una ola de secuestros y extorsiones a empresas locales, exigiendo dinero a cambio de protección.
Los problemas en Monterrey contribuyeron a que México cobrara más relevancia en la agenda del presidente estadounidense, Barack Obama, afirman funcionarios de ese país. Esta semana, funcionarios del gobierno indicaron que buscarán impulsar la cooperación militar para ayudar a México a combatir lo que algunos funcionarios estadounidenses llamaron una amenaza creciente de "narco-insurgencia", con lo que sugirieron que el gobierno mexicano había perdido el control en partes del país.
En Monterrey, autos con hombres armados de los Zetas patrullan las calles por las noches. Los residentes hablan de un toque de queda informal de las 10 de la noche, cuando muchos taxistas dejan de trabajar.
Algunos empresarios mexicanos aseguran que el pánico sobre Monterrey es exagerado. "Este lugar solía ser como Suiza, pero es el cambio lo que preocupa a la gente", dijo un empresario.
Los temores, sin embargo, se están propagando. Un joven ejecutivo del gigante del cemento Cemex SAB, que tiene su sede central en Monterrey, afirmó que puede contar por lo menos 20 familias de su círculo de amigos que se han marchado, casi todos al cercano estado de Texas, en EE.UU. "Es una carrera para salir", indicó.
Tanta gente se marcha que el empresario líder de la ciudad, el presidente ejecutivo de Cemex, Lorenzo Zambrano, hace poco usó su cuenta de Twitter para instar a los otros regios, como se llama a los habitantes de Monterrey, a poner fin al éxodo.
"Quien se va de Monterrey es un cobarde. Hay que luchar por lo que creemos. Tenemos que retomar nuestra gran ciudad!", escribió.
El declive de Monterrey representa el mayor desafío hasta el momento para el presidente Felipe Calderón en los tres años y medio desde que asumió el poder y le declaró la guerra a los poderosos carteles del narcotráfico. La ciudad de 3,7 millones de habitantes es la tercera mayor del país detrás de la Ciudad de México y Guadalajara, representa 10% de la producción económica anual del país, y es un símbolo de modernidad para el resto de México.
"México no puede darse el lujo de perder Monterrey", afirma Raúl Ramírez, un experto en seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México, la mayor del país.
Funcionarios en el estado de Nuevo León, donde se encuentra Monterrey, sostienen que hacen todo lo que está a su alcance para combatir el crimen organizado, mejorar la coordinación con el ejército, eliminar la corrupción en las fuerzas policiales locales y lanzar programas para mejorar las condiciones sociales en vecindarios pobres.
"No vamos a entregarles las llaves de la ciudad a estos grupos", asegura Javier Treviño, el secretario general de gobierno de Nuevo Léon.
El año pasado, Monterrey aún tenía una tasa de homicidio relativamente baja, de 6,5 muertes por 100.000 residentes, muy por debajo del promedio en México, y comparable con la de Nueva York. Sin embargo, este año ha ocurrido una seguidilla de homicidios.
En los últimos meses, la violencia se ha trasladado a los barrios más exclusivos de Monterrey. Incluso residentes estadounidenses que han vivido por muchos años en Monterrey se están yendo. "Sé cómo será la última escena de esta película y no me quedaré aquí para verla", dijo un prominente empresario estadounidense que ha residido en esta ciudad durante 20 años. Agregó que se mudará a la Ciudad de México dentro unos meses y planea irse del país poco tiempo después.
El empresario dijo que es pesimista sobre la capacidad de México de crear una policía honesta y un sistema judicial que funcione para debilitar los carteles narcos.
"Vamos a descubrir cómo habría sido Colombia sin Uribe y sin EE.UU.", lamentó, haciendo referencia al presidente colombiano, a quien muchos adjudican el haber traído estabilidad al país andino.