por admin » Lun Oct 27, 2014 1:12 pm
El error que ayudó a ampliar la distancia entre ricos y pobres en EE.UU.
Millones de estadounidenses cometieron, sin quererlo, un clásico error de inversión que contribuyó a la creciente desigualdad económica de hoy: compraron cuando los precios estaban altos y vendieron cuando bajaron.
En el último tramo de los mercados alcistas de la década de los 90 y de la siguiente, más familias estadounidenses se abalanzaron a las bolsas al ver el alza de los índices. Luego, cuando las bolsas se tambalearon, muchos vendieron sus acciones y asumieron las pérdidas. Los inversionistas que aguantaron durante los recientes colapsos recogieron los frutos, conforme las acciones casi se han triplicado entre 2009 y hoy.
Este camino dividido es uno de los motores de la cruda desigualdad en Estados Unidos. Muchos trabajadores han registrado una disminución de su patrimonio e ingresos a pesar de más de cinco años de expansión económica en el país norteamericano. Algunos temen que la brecha, que se ha ampliado desde hace décadas, pueda fracturar la sociedad y desacelere el potencial de EE.UU. para crecer a largo plazo.
“Un efecto desafortunado de las recesiones y los declives del mercado de acciones es que induce a la gente a salir del mercado justo en el momento equivocado”, dice Dean Maki, economista jefe para EE.UU. de Barclays Capital y ex investigador de la Reserva Federal sobre los balances de los consumidores. “De todas formas, en retrospectiva, lo correcto habría sido comprar más acciones en el punto más bajo, no vender”.
En momentos en que los mercados se vuelven a tambalear después de medida década de alzas, hay riesgo de que el patrón se repita. El índice
S&P 500 descendió hasta 7,4% desde su máximo de mediados de septiembre hasta mediados de octubre, lo que inquietó a algunos inversionistas.
Nuevas investigaciones de la Fed y la Universidad de Michigan muestran el papel que jugó el pánico en torno al mercado en la ampliación de la desigualdad de patrimonio.
El sondeo de la Fed sobre las finanzas de los consumidores muestra que entre los hogares que constituyen el 90% más bajo de la escala, muchos se retiraron de la bolsa entre 2007 y 2010 (el estudio del banco central estadounidense se realiza cada tres años) y entre 2010 y 2013. La cuota total con activos bursátiles bajó en 4,4 puntos porcentuales. Eso equivale a 5,4 millones de familias que vendieron acciones, incluso cuando el mercado repuntaba. Sólo los hogares en el 10% más alto de la escala han aumentado sus probabilidades de poseer acciones.
Cabe aclarar que algunos de los hogares que vendieron acciones tenían pocas opciones. La recesión de 2007 a 2009 llevó la tasa de desempleo a 10% justo cuando los títulos bursátiles cayeron más de 50%. Las familias que perdieron empleos o tenían problemas hipotecarios no tuvieron más remedio que vender y asumir las pérdidas.
No obstante, los datos sugieren que algunos inversionistas simplemente vendieron en el momento equivocado. “Incluso en el peor momento de la recesión, la mayoría de la gente aún tenía empleo”, explica Maki. “Ciertamente algunas de las personas que salieron del mercado bursátil lo hicieron por temor en vez de necesidad”.
Esa es también la conclusión de una nueva investigación de los economistas Bing Chen y Frank Stafford de la Universidad de Michigan. El par analizó el Panel Study of Income Dynamics, un sondeo que hace seguimiento a los mismos hogares para evaluar los factores detrás de la fluctuación los ingresos y el patrimonio.
Los hogares con el nivel de educación más alto y portafolios sólidos desde el principio eran más propensos a seguir comprando acciones durante el declive, según descubrieron. Aquellos con un nivel de educación más bajo y balances de cuentas más pequeños se mostraron más inclinados a vender durante la recesión. Cuando tuvo lugar el repunte, los ya ricos se volvieron más ricos.
La desigualdad en EE.UU. tiene muchas causas, algunas de las cuales precede los recientes auges y caídas. La ampliación de la brecha en los ingresos data de casi tres décadas y media atrás. El desempleo a largo plazo subió durante la recesión y aún no se ha recuperado. Y el declive del mercado inmobiliario afectó a muchas familias de clase media que ahorraron buena parte de su patrimonio en sus casas.
Además, muchos hogares nunca tuvieron acciones. Por ejemplo, entre las familias con ganancias que se ubican en el quinto más bajo del escalafón, 89% no posee acciones, frente a 86% en 2007.
Puede suceder que un colapso de las acciones esté a la vuelta de la esquina y aquellos que permanecieron en el mercado terminen perdiendo aún más dinero que los que vendieron en 2009. Tal vez esta vez sea diferente y el pánico esté justificado.
Hay señales de que los inversionistas pueden estar regresando a las acciones desde el último sondeo que condujo la Fed. El año pasado fue el más sólido en cuanto al ingreso de dinero a fondos de inversión en renta variable desde 2004, según Lipper, una firma que hace seguimiento a los fondos.
De todas formas, los declives del mercado siguen asustando a algunos inversionistas que venden asumiendo grandes pérdidas.
“No hemos encontrado una solución para prevenir que la gente lo haga”, dice Shai Akabas, economista del Bipartisan Policy Center en Washington y quien trabaja en la iniciativa de ahorro personal del centro. “Pero ciertamente hay una brecha que se amplía en términos del retorno que las personas con mayores ingresos están recibiendo en el mercado”, indica Akabas. “Las personas con ingresos bajos y medianos no están al tanto de esas ganancias. Esto es exacerbado por el hecho de que muchos de ellos han sacado su dinero del mercado bursátil”.Y este es el motivo por el que los ricos se hacen mas ricos y los pobres mas pobres.
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