El lavado de dinero ahuyenta a la banca de EE.UU. de la frontera con México
Banamex USA, que pertenece a Citigroup, cerró a finales de 2013 su sucursal en Nogales, Arizona. El lugar sigue vacío. Emily Glazer for The Wall Street Journal
NOGALES, Arizona—Chuck Thomas envía todos los días unas 6.000 cajas de tomates, pepinos y otras frutas y verduras a supermercados estadounidenses desde el negocio que por tres generaciones ha pertenecido a su familia, que es un baluarte del próspero sector agrícola de esta ciudad fronteriza con México.
Por eso le extrañó que el banco con el que ha trabajado desde hace años, J.P. Morgan Chase JPM -1.11% & Co., le informara que ya no quería tenerlo de cliente. “Primero me enardecí y después eche humo durante varios días”, relata. “He estado con ellos durante 40 años, ¿y ahora salen con esto? Es doloroso”.
Thomas, de 59 años, no es el único que tiene problemas bancarios en Nogales, una ciudad con una población de alrededor de 21.000 habitantes y una valla de acero que la separa del estado de Sonora, en México. En los últimos meses, J.P. Morgan, Bank of America Corp. BAC -1.49% y Banamex USA, de propiedad de Citigroup Inc., C -1.33% han cerrado un total de cuatro sucursales en Nogales, con lo cual redujeron casi a la mitad el número de casas de grandes bancos en la ciudad. En forma separada, las cuentas bancarias de cientos de clientes de Chase y Wells Fargo WFC -0.61% & Co., algunos dueños de empresas familiares de segunda o tercera generación, han sido canceladas. Los representantes de los prestamistas declinaron comentar al respecto.
Las medidas coinciden con la preocupación de la banca sobre el lavado de dinero. Wall Street quiere evitar las grandes multas que podrían surgir si las entidades financieras se ven involucradas en el flujo de dinero sucio.
Nogales podría ser el ejemplo de mayor perfil de cómo estos esfuerzos se están implementando a lo largo de la frontera entre EE.UU. y México, dónde el tráfico de humanos y drogas es una preocupación constante y el lavado de dinero es prevalente.
Los temores en torno al tráfico no son hipotéticos. Las autoridades han descubierto varios túneles en años recientes, incluyendo un pasadizo de unos 150 metros hallado el año pasado que fue considerado uno de los más largos y sofisticados detectados en la historia de Nogales.
Esta actividad puede involucrar a los bancos sin su conocimiento si los traficantes les pagan a sus colaboradores y otros proveedores de servicios en el lado estadounidense de la frontera. Estos depósitos son a menudo enmascarados y presentados como parte de actividades empresariales legítimas, dicen ejecutivos de los bancos y otros expertos.
Los bancos han pagado miles de millones de dólares en años recientes por transgresiones que van desde valores hipotecarios hasta operaciones de divisas y han invertido cuantiosas sumas en sistemas para cumplir normativas, empleados nuevos y otras iniciativas para prevenir problemas. Aunque los bancos han combatido el lavado desde hace mucho tiempo, los esfuerzos han cobrado nueva urgencia tras una actualización regulatoria en noviembre por parte del Consejo Federal de Inspección de Instituciones Financieras (FFIEC, por sus siglas en inglés), un organismo regulatorio que monitorea el posible lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo.
La primera actualización en casi cinco años ejerce mayor presión sobre los bancos para identificar a clientes sospechosos y clausurar cuentas con perfil de riesgo.
En Nogales, sin embargo, muchas personas se quejan de que las severas medidas están perjudicando su economía. Varios ganaderos dicen que tienen problemas para pagar a sus empleados, muchos de los cuales son mexicanos cuyas cuentas han sido cerradas en los últimos meses. “Está matando nuestro negocio”, lamenta un ganadero.
Otras empresas dicen que están siendo atacadas injustamente por su proximidad a México. “No envío nada de dinero al otro lado de la frontera (…). Todas las operaciones bancarias que hago son dentro de EE.UU.”, resalta Thomas, agregando que su abuelo era cliente de Chase o de sus predecesores a mediados de los años 60.
El tema está atrayendo mayor atención. Los senadores de Arizona, los republicanos John McCain y Jeff Flake, solicitaron audiencias y enviaron cartas a los bancos, y el personal de la Corporación Federal de Seguro de Depósitos se reunió recientemente en Nogales con autoridades locales y propietarios de empresas.
Los bancos indican que Arizona es una de tres regiones riesgosas de la frontera. Las otras dos son el sur de California y el Valle del Río Grande en Texas. A los bancos les preocupa la persistencia del contrabando de drogas en Nogales, pese a los esfuerzos de las autoridades de seguridad pública, afirmó un ejecutivo bancario que trabaja en temas de lavado de dinero.
Los bancos, en consecuencia, realizan una diligencia debida más acuciosa para entender quiénes son sus clientes y sus negocios. En algunos casos, es más fácil cerrar cuentas que invertir el tiempo y dinero necesarios para tener la certeza de que una cuenta es segura.
“Nos hemos fijado en Nogales de alguna manera porque los narcotraficantes se han fijado en Nogales”, comentó el ejecutivo. “Están utilizando a Nogales para ingresar sus cosas (…) Nosotros sólo podemos meternos en problemas por no ofrecerles servicios bancarios de manera perfecta”.
Al igual que en muchas ciudades fronterizas, la economía de Nogales está entrelazada con la de su contraparte mexicana, una ciudad de unos 300.000 habitantes del mismo nombre. Alrededor de 1.500 camiones cruzan a diario por uno de los tres puntos de entrada, transportando productos agrícolas por un valor de casi US$3.000 millones en 2013, según la Fresh Produce Association of the Americas, sin mencionar las manufacturas, la ganadería y otros negocios.
Hay 180 depósitos entre Nogales y la ciudad cercana de Rio Rico, en Arizona, abastecidos con toda clase de productos agrícolas desde pimientos hasta sandías que recorren EE.UU. y, en ocasiones, llegan a Canadá.
La empresa familiar de Chris Ciruli, Ciruli Brothers Inc., que se especializa en mangos Ataúlfo, distribuye a grandes cadenas minoristas como Safeway Inc. y Whole Foods Market Inc. WFM +0.35% Ciruli relata que su empresa ha tenido que prestarles dinero a los empleados cuyas cuentas bancarias fueron cerradas y que no tenían acceso a efectivo mientras buscaban cambiar de banco.
Lo peor, enfatiza, es que su familia tiene más de 40 hectáreas de tierra virgen que no puede desarrollar porque los grandes bancos no están dispuestos a financiar proyectos en Nogales y los bancos más pequeños ofrecen lo que califica como tasas de interés que “no son razonables”. Ciruli cuenta que su padre estructuró acuerdos de bienes raíces comerciales con los bancos locales hace años. “Esas oportunidades definitivamente no parecen estar presentes ahora”, se lamenta.
Muchos residentes locales han trasladado sus actividades bancarias a Washington Federal Inc., WAFD -0.69% un banco de Seattle que compró dos sucursales de Bank of America y los depósitos relacionados en Nogales. Otros bancos que quedan incluyen varias sucursales de bancos regionales, una sucursal de Chase y dos de Wells Fargo.
Mexicanos que trabajan y hacen compras en Nogales están pasando apuros. Hay más restricciones para los empleadores estadounidenses, cuyos bancos podrían limitar o prohibir transferencias electrónicas a México. La mayoría de los empleadores no les dan cheques a sus empleados, ya que a menudo enfrentan problemas para cobrarlos en los bancos mexicanos. Algunos ganaderos también emplean un sistema de intercambio de dinero, que a menudo cobra tarifas altas y se lleva una tajada mediante honorarios. Los ganaderos a veces transfieren dinero a CIBanco, un banco en México que ha permitido ese tipo de transferencias.
Bruce Bracker, de 51 años, la tercera generación en operar al minorista Bracker’s Department Store, que se encuentra a 75 metros de la frontera con México, ha visto un descenso en el negocio en los últimos meses a medida que los bancos han cerrado las cuentas de los mexicanos. Los bancos “no pueden impedir el acceso al capital y el acceso a los servicios bancarios y esperar que la economía crezca y las comunidades prosperen”, advirtió. “No nos tomen a todos por narcotraficantes y lavadores de dinero. También hay dueños de negocios legítimos”.