17:29 El FOMC tratará de averiguar que decir sobre el camino que seguirán los tipos
Evans de la Fed
Charles Evans, presidente de la Reserva Federal de Chicago, ha declarado que el FOMC tratará de averiguar que decir sobre el camino que seguirán los tipos de interés. Añade:
- Los fundamentales de EE.UU. parecen bastante buenos en estos momentos.
- La perspectiva de inflación no ha cambiado mucho desde septiembre.
- Otros intentos fallidos de elevar los tipos por parte del Banco Central han creado nervios.
- Habrá que mucho que evaluar en los primeros seis meses tras la primera subida.
Uno de los principales males de nuestro tiempo
Jueves, 12 de Noviembre del 2015 - 18:00:00
Me refiero, claro, a la desigualdad. O “el mayor reto de nuestro tiempo” (Obama). Hablar de desigualdad en la distribución de la renta y riqueza es entrar en un terreno complicado, especialmente a nivel ideológico. Pero, con evidentes connotaciones a nivel económico. Y financiero.
Hace dos días, en el debate entre candidatos del Partido republicano en USA, se mencionó a la desigualdad provocada por las políticas de la Fed. No es una acusación nueva, constantemente rebatida por los bancos centrales. Evidentemente, la desigualdad en la distribución de la riqueza es mucho mayor que en la distribución de la renta.
Pero lo cierto es que la desigualdad ha crecido en los países desarrollados con la Crisis, siendo los actuales niveles los más elevados en las últimas décadas. Su evolución en el caso de las economías emergentes ha sido más ambigua, en línea con su fuerte crecimiento económico y la propia desigual respuesta de sus autoridades con respecto al acceso a educación, sanidad y a la propia financiación.
En un reciente trabajo del FMI se analiza el desarrollo de la desigualdad social, pero desde una perspectiva empírica de su impacto en el crecimiento. A mayor desigualdad, más riesgo de que el ritmo de crecimiento no sea sostenible. Y esto desde una triple perspectiva: económica, social y política. Me temo que muchos de las tensiones geopolíticas y políticos que sufrimos en estos momentos tienen mucho que ver con la desigualdad y falta de perspectivas de crecimiento, en un círculo vicioso de difícil salida. De forma paralela, los resultados del estudio de la Institución Supranacional muestran:
1. El progreso tecnológico y el mayor gap en salarios en función de la educación, han sido claves en la mayor desigualdad en las economías desarrolladas. Mientras, la globalización, especialmente financiera, ha contribuido al aumento de la desigualdad en las economías en desarrollo
2. Políticas económicas enfocadas en las rentas más bajas y en la clase media son eficientes para luchar contra la desigualdad (y cómo decía antes, son positivas para el crecimiento)
3. Las políticas a aplicar no responden a un único modelo: es importante ser flexible en su aplicación. Capital humano y formación son claves para reducir la desigualdad en las economías más desarrolladas. Sin olvidarnos de la aplicación de una política fiscal más progresiva. En el caso de las economías en desarrollo, el mejor acceso a la financiación y su mayor profundidad son importantes. En general, buscar políticas que complementen crecimiento y mayor igualdad en la distribución de los ingresos y riqueza.
Un tema más: la desigualdad es inherente al crecimiento económico. Genera incentivos para el desarrollo y para el crecimiento. El problema surge cuando crece la desigualdad aumenta en un entorno de bajo crecimiento. O cuando aumenta muy por encima del propio desarrollo. También cuando este crecimiento de la desigualdad se ve acompañado de un menor acceso al desarrollo. Con menores oportunidades. Al final, los excesos sin margen para una mejora se traducen en un deterioro del crecimiento: un aumento de los ingresos del 1 % en el 20 % de la población más rica es compatible con un descenso del ritmo de crecimiento del 0.08 % en los siguientes cinco años; un aumento de los ingresos del mismo porcentaje en la población más pobre es compatible con un crecimiento del 0.38 % en el producto a medio plazo.
La desigualdad excesiva conlleva mayor riesgo de escasa movilidad social; una mayor desigualdad, estable, ha sido compatible en el pasado con crisis financieras (exceso de apalancamiento) y desequilibrios, como los de la balanza de pagos. Naturalmente, la desigualdad prologada conlleva menor cohesión social e inestabilidad política. Esto, ya lo sabemos, puede traducirse en respuestas erróneas (desde una perspectiva de medio plazo) en términos de política económica.
Dicen que la confianza tarda mucho tiempo en alcanzarse, pero es muy rápida en perderse. Conflictos militares regionales, nacionalismos, populismos….al final, radicalismos. Es importante luchar contra la desigualdad.
José Luis Martínez Campuzano
Estratega de Citi en España