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Opinión: Las lecciones de Michigan para Ontario
Rick Snyder, gobernador del estado de Michigan. ENLARGE
Rick Snyder, gobernador del estado de Michigan. Photo: Associated Press
Mary Anastasia O’Grady
domingo, 21 de agosto de 2016 19:48 EDT
“Es maravilloso estar de regreso en Michigan”, dijo Hillary Clinton el 11 de agosto durante el inicio de un discurso en Warren, un suburbio de Detroit. Luego, sin ningún rastro de ironía, añadió: “Se puede sentir la energía y el dinamismo que está impulsando la recuperación de este estado”.
Michigan se está levantando de las cenizas, pero no gracias a los demócratas. La recuperación ha sido liderada por el gobernador republicano Rick Snyder, quien asumió su cargo en 2011 e implementó una serie de reformas para promover el crecimiento. Esas políticas son lo opuesto a la agenda de más impuestos, más gastos y más regulaciones que la candidata Clinton quiere imponer desde Washington.
La semana pasada, Clinton volvió a dar muestras de que no tiene idea qué las razones detrás del casi colapso de Michigan cuando nombró como miembro de su equipo de transición a la ex gobernadora de ese estado Jennifer Granholm, que lideró el descenso económico de Michigan de 2003 a 2010.
Un nuevo reporte del Instituto Fraser de Canadá, Ontario vs. Michigan: Policy Lessons from the Wolverine State, (algo como Ontario vs Michigan: Lecciones de política del estado guepardo), describe la recuperación de Michigan desde 2011. Aunque la economía de Ontario alguna vez superó la de su contraparte estadounidense, la situación se ha revertido y el giro coincide con reformas tributarias, de gasto y laborales de Michigan. Las comparaciones entre Ontario y Michigan son aptas porque las dos regiones tienen amplias bases manufactureras y han tenido problemas para crecer bajo la carga de un excesivo gobierno.
Como lo indica el reporte de Fraser, la economía de Michigan tuvo un desempeño dramáticamente inferior al promedio de Estados Unidos durante los inicios y mediados de la década de 2000. Por ejemplo, durante el período 2000-2007 cuando el PIB real de EE.UU. creció a una tasa promedio anualizada de 2,5%, el PIB de Michigan se expandió apenas 0,2%. De 2008 a 2010, el PIB anual de Michigan se contrajo 2,8% frente a un promedio nacional de 0,4%. Pero desde 2011 hasta 2014, la economía de Michigan tuvo un desempeño superior al promedio de EE.UU., 2,1% vs 1,9%.
La recuperación es aún más impresionante si se considera que Michigan fue el único estado de EE.UU. en tener una pérdida neta de población en la década de 2000, según el reporte. De 2003 a 2010, la tasa de desempleo promedio de Michigan fue 1,7 puntos porcentuales más alta que el promedio nacional.
“De 2000 a 2011, Michigan tuvo un desempeño inferior al de EE.UU. en el sector privado en la mayoría de los años”, dice el informe. También anota que el estado “estaba perdiendo empleos en el sector privado en términos absolutos, es decir que la tasa de crecimiento era negativa, incluso en 2006 y 2007”. Sólo en 2012 se materializó un “fuerte repunte” en el empleo del sector privado.
In 2006 y 2007, la economía de Michigan se contrajo, mientras que la de Ontario se expandió. Michigan perdió más terreno que Ontario en los años de recesión de 2008 y 2009. De todas formas, desde que la Gran Recesión terminó, el crecimiento de Michigan ha sido más veloz que el de Ontario a pesar del crecimiento significativamente más rápido de la población en la provincia canadiense. En 2013, el PIB de Michigan creció 2,8% mientras que el de Ontario apenas 1,3%.
Los planificadores centrales argumentan que Michigan se recuperó gracias al Programa de Alivio de Activos en Problemas (TARP, por sus siglas en inglés) del gobierno central dirigido a la industria automotriz y a su programa conocido como “dinero por chatarra”. Es verdad que GM, Chrysler y otras empresas del sector automotor se beneficiaron de los préstamos TARP y que Ford recibió un préstamo separado de US$5.900 millones. Pero esos programas, como mucho, sólo “previnieron una catástrofe”, dice el reporte.
Esos programas no explican el crecimiento más rápido de la economía y el empleo del estado en años subsecuentes, y podría haber tenido el efecto opuesto. Por ejemplo, el plan de “dinero por chatarra”, que subsidiaba las compras de autos, estaba diseñado para “adelantar las ventas” y probablemente se benefició de un crecimiento futuro. También vale la pena considerar la posibilidad de que sin la protección de los rescates, las grandes automotrices podrían haber salido “con una base más sólida” de los procesos de bancarrota, anota el reporte, citando el trabajo de Dan Ikenson, del Instituto Cato.
Tres grandes reformas bajo el gobernador Snyder han cambiado el entorno para el emprendimiento. En primer lugar, en marzo de 2013 Michigan se convirtió en el estado número 24 en declarar el “derecho al trabajo” (RTW, por sus siglas en inglés), lo que significa que los sindicatos no pueden obligar a los trabajadores no sindicalizados a pagar cuotas de afiliación. El informe cita datos de entre 2001 y 2013 de estados que adoptaron una legislación RTW antes de 2001. El estudio muestra, en promedio, un mayor crecimiento del empleo privado no agrícola, producción económica e ingresos personales reales. La relación causal entre RTW y estos resultados no se ha probado. Pero Michigan perdió previamente una gran cantidad de inversión que fue dirigida en cambio a estados con RTW y la adopción del derecho en Michigan coincide con un regreso del interés de los inversionistas en el estado.
Una segunda reforma de Snyder, en enero de 2012, redujo y simplificó los impuestos a las empresas.
Una tercera reforma ese año redujo el gasto y la contratación de empleados del estado, lo que mantuvo baja la deuda. El gobernador incrementó el fondo de emergencia estatal, que se había evaporado durante el gobierno de Granholm.
Ontario no ha tenido ninguna reforma laboral, fiscal o de gasto remotamente comparable. Su deuda neta se ha duplicado desde 2007 y su economía se ha pulverizado mientras que Michigan está volviendo a descubrir su magia de crecimiento. Esta es una lección para los vecinos del norte y para los estadounidenses. Las soluciones de gran gobierno que propone Clinton es populismo de izquierda fallido. No funcionó en Michigan y no va a funcionar para todo el país.
Escriba a O’Grady@wsj.com