CUANDO EL RÍO SUENA…
El Diálogo entre Colbert y Mazarino, ministros de Luís XIV de Francia, dice así:
Últimamente circulan mucho por los foros de la red, un supuesto diálogo entre Jean Baptiste Colbert y el Cardenal Mazarino y una cita atribuida al presidente americano Thomas Jefferson.
El Diálogo entre Colbert y Mazarino, ministros de Luís XIV de Francia, dice así:
Colbert: Para conseguir dinero, hay un momento en que, engañar al contribuyente ya no es posible. Me gustaría, Señor Superintendente, que me explicara cómo es posible continuar gastando cuando ya se está endeudado hasta al cuello...
Mazarino: Si se es un simple mortal, claro está, cuando se está cubierto de deudas, se va a parar a la prisión. Pero el Estado es distinto. No se puede mandar el Estado a prisión. Por tanto, el Estado puede seguir endeudándose.
Colbert: ¿Usted piensa eso? Con todo, precisamos de dinero. ¿Y cómo hemos del obtenerlo si ya creamos todos los impuestos imaginables?
Mazarino: Se crean otros.
Colbert: Pero ya no podemos lanzar más impuestos sobre los pobres.
Mazarino: Es cierto, eso ya no es posible.
Colbert: Entonces, ¿sobre los ricos?
Mazarino: Sobre los ricos tampoco. Ellos no gastarían más y un rico que no gasta, no deja vivir a centenares de pobres. Un rico que gasta sí.
Colbert: ¿Entonces cómo hemos de hacer?
Mazarino: Colbert ¿Tú piensas como un queso de gruyere o como el orinal de un enfermo? Hay una cantidad enorme de gente entre los ricos y los pobres. Son todos aquéllos que trabajan soñando en llegar algún día a enriquecerse y temiendo llegar a pobres. Es a ésos a los que debemos gravar con más impuestos. Ésos, cuanto más les quitemos, más trabajarán para compensar lo que les quitamos. Son una reserva inagotable.A su vez, la cita atribuida al presidente Jefferson (1801 – 1809) dice:
"Pienso que las instituciones bancarias son más peligrosas para nuestras libertades que ejércitos enteros listos para el combate. Si el pueblo americano permite un día que los bancos privados controlen su moneda, los bancos y todas las instituciones que florecerán en torno a los bancos, privarán a la gente de toda posesión, primero por medio de la inflación, en seguida por la recesión, hasta el día en que sus hijos se despertarán sin casa y sin techo, sobre la tierra que sus padres conquistaron".
Colbert (1619 – 1683) además de un eficiente gestor y ministro, fue precursor del colberismo, doctrina política antecesora del dirigismo, según la cual el gobierno ejercita una fuerte influencia directiva en los sectores económicos, generalmente no a través del intervencionismo o de la estatización sino del uso de incentivos para promover prácticas que son de interés público o general. Y en muchas economías modernas puede observarse algún grado de "dirigismo", por ejemplo, el gobierno subsidia estudios y desarrollos científicos o técnicos o promueve la industria nacional a través de programas fiscales; por ejemplo, producción y compra de material militar, sanitarios, educativos, etc.
Aunque he intentado sin éxito contrastar la autenticidad de ambos textos, no las juzgo disparatadas, sino, al contrario, muy verosímiles. Y, si así fuera, podríamos decir que, a pesar del tiempo y de la distancia, en nuestra España de hoy, la Historia se repite. Y así deben de reconocerlo, todos los que se refieren a ellas en medios tan diversos. Y, como dice el refrán español: “cuando el río suena agua lleva”.
Así, entre los pensadores y algún comentarista, vemos que ya aflora de nuevo la idea de la necesaria regeneración de la nación española con la misma necesidad que surgió el regeneracionismo de comienzos del siglo XX como camino para que no se repita la historia y tropecemos otra vez con la misma piedra.
¿Por qué no repetir la historia también nosotros? De cara a las próximas elecciones generales, los españoles, en vez de optar entre las propuestas que nos machacan con economía, economía y más economía, ese bien intangible cuya resolución ya se escapa de las competencias exclusivamente políticas y estatales, deberíamos, cambiar de criterio y escuchar atentos otras propuestas de regeneración de España, ya que arreglar el resultado que nos deja un gobierno más equivocado que otros, dentro de una errónea forma de Estado, pasa porque España exista como un concepto histórico, jurídico anímico y de coherencia social. Y esto sí que está en las manos de los españoles y de nuestros futuros votos y cargos electos. A ver quién nos lo ofrece.
PEDRO SÁEZ MARTÍNEZ DE UBAGO