por RCHF » Mar Jun 19, 2012 12:27 pm
Costo deuda española corto plazo llega a nivel alarmante
martes 19 de junio de 2012 11:03 GYT
Por Paul Day y Renee Maltezou
MADRID/ATENAS (Reuters) - España pagó el martes un precio récord en toda la era del euro para colocar deuda de corto plazo, acercándose a convertirse en el país de mayor envergadura de la zona euro en quedar fuera de los mercados de crédito.
La escalada del costo del financiamiento subraya la insuficiencia del acuerdo alcanzado este mes en el bloque para prestar a los bancos de España hasta 100.000 millones de euros (126.000 millones de dólares).
También ilustra cómo los problemas de Europa son mucho más profundos que las dificultades de Grecia, que se salvó por poco de caer en un incumplimiento de pagos tras los resultados de las elecciones parlamentarias del domingo.
Los líderes de las mayores economías del mundo, reunidos en una cumbre del G20 en Los Cabos, México, aumentaron la presión para que la zona euro adopte medidas decisivas hacia una unión fiscal y bancaria que cierre una crisis que ya lleva dos años y medio y afecta a la economía global.
La canciller alemana Angela Merkel, líder de la mayor economía europea, aceptó avanzar hacia un sistema bancario más integrado, según el borrador de un comunicado del G20, pero continúa descartando la posibilidad de hacer emisiones conjuntas de deuda europea.
España, la cuarta mayor economía de la zona euro, tuvo que pagar el 5,07 por ciento para vender letras del Tesoro a 12 meses, y 5,11 por ciento para colocar papeles a 18 meses, un incremento de unos 200 puntos básicos desde la última subasta por los mismos plazos, hace un mes.
Si bien los rendimientos de los bonos españoles a 10 años cedían ligeramente a alrededor del 7 por ciento tras la venta, la colocación puso de relieve los pedidos cada vez mayores del gobierno por la ayuda del Banco Central Europeo (BCE), dos días antes de que Madrid intente subastar bonos con plazos de 3 a cinco años.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, dijo el lunes que el BCE debería intervenir para combatir la presión del mercado, esencialmente, un llamado para que el banco compre de nuevo la deuda española, como hizo el año pasado.
Hasta ahora, esos pedidos no fueron atendidos, en parte debido a que el BCE piensa que puede tener poca influencia duradera en la confianza del mercado, a menos que los líderes políticos de la zona euro tomen decisiones firmes para reforzar la zona monetaria de 17 naciones.
El banco central, única institución federal con capacidad para actuar rápido y en forma decisiva, también está dividido entre el ala dura y una más moderada. Los alemanes, más estrictos, se oponen públicamente a nuevas compras de títulos públicos de naciones que cargan pesadas deudas.
El presidente del BCE, Mario Draghi, quien participa en la cumbre del G20, donde la crisis de deuda de Europa es el foco central de preocupación global, dijo este mes que son los políticos europeos los que tienen que actuar para arreglar a la zona euro.
Pero el viernes pasado insinuó que el banco pronto podría rebajar las tasas de interés, apuntando a fuertes riesgos a la baja para la economía europea, y diciendo que no había riesgo de inflación en ningún país del área del euro.
¿PENALIZANDO A ESPAÑA?
Hablando con los reporteros al margen de la cumbre del G20, el ministro de Economía español Luis de Guindos dijo que no se debía culpar a las políticas de Madrid por la pérdida de la confianza de los inversores.
"Creemos (...) que el modo en que los mercados están penalizando a España hoy no refleja los esfuerzos que hemos hecho ni el potencial de crecimiento de la economía", dijo De Guindos.
"España es un país solvente y un país que tiene la capacidad para crecer", agregó.
Algunos expertos del mercado decían que la fuerte demanda en la subasta de letras del martes reflejaba las expectativas de que España sería capaz de evitar un rescate completo del tipo que los prestamistas internacionales ofrecieron a Grecia, Irlanda y Portugal.
Un creador de mercado de bonos españoles, que se abstuvo de ser identificado por su nombre debido a que tiene una posición muy sensible, reconoció que es cada vez más difícil vender bonos españoles a medida que se disipa el impacto de la enorme suma de créditos baratos a 3 años que dio el BCE a los bancos a inicios de este año.
Pero dijo: "no creo que las cosas luzcan catastróficas para España ya que eventualmente se tendrá que hallar algún tipo de solución, o el BCE deberá intervenir de nuevo".
"A nadie le interesa que España sea rescatada, porque entonces habrá preguntas sobre si hay fondos suficientes, y preguntas sobre Italia", agregó.
Pero otros expresaron dudas de que España, una nación que fue una estrella de rápido crecimiento de la zona euro durante una década hasta el estallido de la burbuja inmobiliaria en el 2008, pueda evitar un rescate soberano.
"Parece que ahora el mercado se rompió. No creo que haya algo que los españoles puedan hacer para recuperarlo. No creo que el BCE pueda recuperarlo, (un rescate soberano total para España) es inevitable", dijo Harvinder Sian, estratega de tasas de RBS, con sede en Londres, hablando antes de la subasta del martes.
"Como no parece que la cumbre (del G20) vaya a producir algo particularmente dramático para ayudar en la situación de crisis, el mercado ya hizo su declaración. Tiene que haber un cambio en la forma que los europeos atacan a la crisis", dijo.
En Atenas, los jefes políticos se apresuraban para construir un gobierno de coalición liderado por el conservador líder de Nueva Democracia, Antonis Samaras, que buscaría renegociar los términos del acuerdo de rescate griego de 130.000 millones de euros con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.
Pero existía una amplia brecha entre los ambiciosos objetivos de ganar más tiempo y condiciones más flexibles, que tienen los partidos griegos pro rescate, y la disposición de los socios europeos para conceder ajustes menores al paquete de austeridad y reforma.
(reporte adicional de Nigel Davies y Fiona Ortiz en Madrid, Kirsten Donovan en Londres, Lesley Wroughton y Luke Baker en Los Cabos, Jan Strupczewski en Bruselas, Alexander Huebner y Stephen Brown en Berlín; escrito por Paul Taylor, editado en español por Gabriel Burin)