por admin » Mar Feb 12, 2013 12:47 pm
¿Cómo afecta la caída del dólar a los exportadores no tradicionales?
Hora11.02.13 | Ante la falta de datos, Día_1 analizó seis casos de exportadoras para determinar cuánto afecta el retroceso del tipo de cambio en mercado local
DARWIN CRUZ F. Para algunos es el culpable de todo y para otros lo es solo en parte. Lo cierto es que la tendencia a la baja del tipo de cambio sí afecta al sector exportador no tradicional, porque le quita rentabilidad al obtener menos soles por los dólares que reciben; pero a pesar de ser ampliamente denunciado y discutido, no existen datos estadísticos que cuantifiquen el daño. Para calcular el efecto se tendría que hacer un análisis de precios producto por producto y cruzarlo con el índice de costos en soles y el modelo de negocio de cada empresa exportadora, y eso es algo que según los especialistas no existe. En vista de esta dificultad, Día_1 conversó con seis exportadoras de los rubros textil-confecciones, agrícola y manufacturero –dos de cada uno– para conocer de primera mano cómo los impacta esta situación. LA (DIFÍCIL) TAREA DE VENDER ROPA
El sector textil-confecciones es de lejos el principal afectado con la caída del tipo de cambio. Es más, a noviembre del 2012 las exportaciones de este rubro cayeron casi 15% en comparación con el 2011, según el profesor de Centrum Católica Jorge Torres. Esto no solo por la menor demanda en el mundo, sino porque es uno de los sectores más expuestos a los vaivenes del tipo de cambio al emplear más mano de obra –no en vano el rubro confecciones representa el 14% del PBI manufacturero–, lo que implica que la mayor parte de sus costos están en soles. Luis Herrera, gerente de Creditex, una de las principales exportadoras de la categoría, afirma que sus gastos en soles en la producción de la línea textil llegan al 35% del total, pero en la de confecciones ascienden al 60% y esto encarece su producto restándole competitividad, porque la tendencia es a disminuir precios al consumidor y no subirlos como sucede con los commodities. “En soles tienes que pagar planilla, impuestos, insumos como el algodón, servicios, entre otros rubros. Todo esto encarece el producto”, explica el ejecutivo. De todos estos gastos, afirma Herrera, el componente pago de planillas representa entre el 40% y 45% de los costos totales. Pero este es un índice bastante variable y eso lo demuestra el siguiente dato: un ejecutivo de otra empresa del rubro, que pidió no ser identificado, señala que el pago de planillas representa entre el 70% y el 80% de sus costos operativos fijos. Sin duda, un índice bastante alto que puede llevar a la impopular conclusión de que generar empleo en este contexto resta competitividad. Si este es el escenario, ¿cómo son rentables? Para empezar, ambos ejecutivos aclaran que no es tarea fácil y tienen que hacer mil y un malabares para lograrlo. Entre ellos está incrementar la productividad de la empresa y, en el lado financiero, usar los instrumentos que existen en el mercado bancario, como el forward, para conservar sus márgenes de ganancia sin sacrificar puestos de trabajo. El forward permite al exportador, durante un período corto, vender sus dólares en una fecha futura y a un precio establecido independientemente de lo que suceda en el mercado. Pero esto también tiene un costo que debe ser medido por la empresa, porque en algunos casos implica el riesgo de que el tipo de cambio en lugar de bajar suba por encima del monto acordado. “Tenemos que hacer un manejo profesional de riesgos”, explica Herrera, de Creditex. Giorgio Bernasconi, vicepresidente de Mercado de Capitales de Interbank, coincide con Herrera y dice que estos instrumentos serán eficientes si es que se hace un análisis correcto sobre qué parte de los ingresos en dólares deben convertirse a soles y qué otra debe mantenerse en dólares, según la estructura de costos y gastos. Y parece que las empresas peruanas están aprendiendo a hacer este análisis. De acuerdo con Alberto Liu, gerente de Derivados del BCP, el uso de estos instrumentos registró un fuerte crecimiento en el 2012. Así por ejemplo, el stock de operaciones de forwards creció en 49,7% el año pasado. Otra alternativa financiera que plantea Juan Carlos Mathews, profesor de la Universidad del Pacífico, es comenzar a negociar en otras monedas como el euro o el yuan. “Esto permitiría amortiguar las caídas, aunque se debe anotar que la variable tipo de cambio solo explica un tercio de la caída de las exportaciones”, dice. A INCREMENTAR LA COSECHA
José Luis Noriega, director de Empresas Nobex –grupo dedicado a la producción, envasado y comercialización de aceitunas en el mercado local y extranjero–, explica que el sector agrícola también ha sido considerablemente afectado por la caída del tipo de cambio y toda la incertidumbre que esto genera. A la incertidumbre se suman dos factores: el incremento tanto de los sueldos de los trabajadores –según la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP) el porcentaje de trabajadores agrarios que recibe un sueldo mensual superior a la remuneración mínima subió de 23% en el 2000 al 29% en el 2010–, como de los insumos y el proceso de producción en sí mismo. Según Noriega, hace ocho años una java de aceitunas (24 kg) estaba a S/.3, lo que daba como resultado que el kilo costaba S/.0,125 y una tonelada S/.125. Hoy esta java cuesta S/.8, lo que implica que para adquirir una tonelada se tiene que desembolsar un poco más de S/.300. “Así, entre planillas, insumos, servicios y otros costos el 80% de mis ventas, que el año pasado llegaron a US$15,5 millones, sufre el impacto”, precisa. Para poder costear todo esto y no tener pérdidas, la empresa ha optado por incrementar su productividad con más tierras de cultivo y pasar de tener 150 a 300 hectáreas, cultivar otras variedades más demandadas, automatizar más sus operaciones ubicadas en Tacna y Arequipa, ampliar su participación en el mercado local y hacer uso de un forward que le asegura un tipo de cambio de entre S/.2,55 y S/.2,58. Agrícola San José, asentada en Piura y dedicada a la exportación de uvas y banano orgánico, también ha optado por incrementar la cantidad de hectáreas dedicadas a sus cultivos. De acuerdo con Rafael Coronado, jefe de logística y servicios de la firma, este año el terreno para el cultivo de uvas pasará de 200 a 400 hectáreas y las del banano de 127 a 157 ha. A este esfuerzo se une la adquisición de equipos de riego tecnificado, a través de un leasing financiero. Esto lo hacen para cubrir los costos, de los cuales la planilla es el mayor al representar el 40% del total. Otra medida que ayudaría a los agricultores a mitigar los efectos de la caída del tipo de cambio y que es tarea del Estado, es el desarrollo de infraestructura, cuyo déficit es estimado por la Asociación para el Fomento de la Infraestructura Nacional (AFIN) en US$88 mil millones. Esto también encarece los productos. “No hay buenas carreteras y el flete interno se ha encarecido”, afirma José Luis Noriega. Esto se condice con lo observado por el ministro de Comercio Exterior y Turismo, José Luis Silva: “Los que están descentralizados, demandan mucha mano de obra y compran más insumos locales son los más afectados por la apreciación del sol”. MANUFACTURA: CASO ESPECIAL
De los sectores consultados, el manufacturero es el que menos siente el impacto, según precisan dos empresas, una de plásticos, la cual pidió no ser identificada, y otra metalmecánica. El representante de la fábrica de plásticos dijo que su firma no siente el impacto porque los insumos y la maquinaria los importan y su producción es mayoritariamente dirigida al extranjero. “Es decir, pagamos y cobramos en dólares”, precisó. Aunque no indicó qué porcentaje de su estructura de costos está en soles, dijo que la empresa no ha sido afectada. En tanto, Manuel Gallofré, gerente general de Productos de Acero Cassado (Prodac), dedicada a la producción y comercialización de alambres de hierro, dice que el impacto de la caída del dólar es el 15% de sus costos. ¿Cómo así el impacto es tan pequeño? “Porque importamos los insumos y maquinarias y mi empresa, ya sea en el mercado local o en el extranjero, factura en dólares”, afirma el empresario. ¿QUÉ HACER?
Los entrevistados reconocieron que la caída del tipo de cambio es solo una de las variables que afectan la competitividad exportadora. También está la menor demanda por la recesión mundial, pero hay otras que son tarea del Estado como la adopción de políticas que restrinjan el ingreso de capitales especulativos; al menos así lo cree Otto Galindo, de la consultora Maximixe. Esto último, según uno de los empresarios entrevistados, tendría más lógica que permitir a los exportadores tributar en dólares, porque con ello no se ataca el principal problema: los dólares informales que circulan y crean burbujas. Del mismo modo, es necesario que se termine de definir qué va a pasar con la Ley de Exportación de Servicios, la cual fue parchada y muchos servicios con potencial exportador se quedaron sin beneficios, según anota Carlos García, de la Cámara de Comercio de Lima. El profesor Jorge Torres, de Centrum de la Católica, considera que es urgente tomar medidas, pues calcula que este año el tipo de cambio puede cerrar entre los S/.2,30 y S/.2,25 (aunque la estimación de la mayoría de analistas se acerca más a los S/.2,5). Esto significaría, según Torres, una caída del 10% del valor del billete verde, el mismo que sería amortiguado en un 5% por las compras que efectuaría el Banco Central de Reserva (BCR). Ello implicaría pérdidas en exportaciones de entre US$150 y US$200 millones al mes. Según dejó entrever el ministro José Luis Silva, estaría por anunciarse un nuevo paquete de medidas, el cual se espera contenga propuestas que mitiguen la situación.