por Fenix » Lun Jun 03, 2013 3:46 am
Leo con interés, hasta esperanza, que el Gobierno alemán ha liberado hasta 25 bn.EUR en asistencia para las familias a través de diferentes conceptos. Sí, la realidad es que cualquier repunte del consumo en la zona EUR pasa por fuerza por Alemania.
Pero, soy algo escéptico sobre la posibilidad de una repunte importante que actúe como motor de una recuperación económica fuerte a corto plazo. La alternativa ya la conocen: continuidad de la asistencia financiera a los países con problemas. Siempre resultará más políticamente menos costoso que sea a través del ECB. Pero esto tampoco es fácil.
Aunque ya nos vamos acostumbrando a la dificultad.
¿Qué les parece si vemos algunos números? Los tomo del último Informe Mensual del Banco de España. Aquí les dejo algunos párrafos. Léanlos con calma…
En 2012, los ingresos corrientes de los hogares de la zona del euro volvieron a presentar una notable debilidad. La renta bruta disponible (RBD) del sector creció un 0,2 % en términos nominales, frente al 2,1 % del ejercicio anterior. Por otra parte, el encarecimiento de las materias primas y el aumento de los impuestos indirectos presionaron al alza el IAPC, que mantuvo una tasa de crecimiento interanual algo superior al 2 %. Como resultado de ello, la renta real cayó un 2,3 % en 2012, lo que supone un retroceso acumulado del poder adquisitivo de las familias de más del 4 % desde 2008. La reducción de la renta en términos reales en 2012 afectó a los cinco mayores países del área, salvo Alemania.
El escaso crecimiento de la renta nominal de las familias fue el resultado de la caída del empleo y de la evolución moderada de salarios y beneficios en un entorno de atonía económica, factores a los que se añadió el aumento de la presión fiscal. En efecto, el principal componente de los ingresos —la remuneración de los asalariados— mostró un crecimiento del 1 %, frente al 2,6 % de 2011, fruto de la caída del empleo (de más del 0,6 % en 2012), del aumento de la remuneración por asalariado de un 1,8 % (frente al 2,2 % en el ejercicio anterior) y del comportamiento del excedente bruto de explotación, que genera cerca del 25 % de los ingresos del sector, y que también mostró un crecimiento reducido del 0,2 %, frente al 2,6 % de 2011. Asimismo, los intereses pagados se redujeron en mayor medida que los recibidos, de manera que en términos netos los hogares percibieron intereses que representaron un 1,5 % de su RBD, valor ligeramente superior al de los años anteriores. En cambio, el aumento de los pagos de impuestos determinó que, a pesar del mantenimiento de las transferencias netas del Estado, el sector público restara casi 1 punto porcentual (pp) de dinamismo a la renta en 2012.
El consumo de las familias creció un 0,7 % en términos nominales, frente al 2,7 % en el ejercicio anterior, gasto que representó algo más del 87 % de la renta anual de los hogares, una proporción relativamente elevada que llevó aparejada una caída del ahorro bruto en torno al 3 % con respecto al año anterior. La tasa de ahorro se situó en el 12,8 % de la RBD, frente al 13,2 % en 2011 y por debajo de la media histórica desde 1999, que se sitúa en torno al 14 %. La caída de esta tasa se observó en todos los países, salvo en Alemania, Austria, Bélgica, Portugal e Irlanda. En Alemania se mantuvo en el 16,5 % de la RBD, el nivel más elevado dentro de la UEM y en línea con la media de los últimos años.
En ausencia de datos microeconómicos, resulta complicado explicar los factores que habrían contribuido a la caída de la tasa de ahorro. Su evolución se produjo en un contexto económico de gran incertidumbre, de pérdida de confianza y de caída del valor de los activos inmobiliarios en un gran número de países, situación que suele venir acompañada de un incremento del ahorro por motivo de precaución. La caída del ahorro podría ser el resultado de un mantenimiento de los niveles de consumo en el caso de las familias que perciben la debilidad de la renta nominal como algo temporal. En este sentido, podría estar relacionada con las políticas de austeridad que algunos Gobiernos tuvieron que introducir a mediados del año para cumplir con el ajuste del déficit público, en un contexto de fuertes turbulencias en los mercados. Adicionalmente, el menor ahorro de los hogares ha podido también venir condicionado por la falta de ingresos en familias afectadas por el paro de larga duración —situación con una incidencia creciente a lo largo de la crisis y que afectaba al 53 % de los desempleados en el cuarto trimestre de 2012—.
En todo caso, a pesar de la caída del ahorro bruto, la capacidad de financiación del sector se mantuvo en niveles cercanos al 4 % de la RBD, lo que se explica por la reducción de la inversión no financiera del sector (principalmente, residencial). La formación bruta de capital fijo de los hogares registró un disminución del 2 % nominal de acuerdo con las cuentas nacionales.
Las dificultades del área del euro para resolver la crisis económica financiera en que se halla inmersa, la incertidumbre sobre la renta futura de las familias que dicho entorno implica y la necesidad del sector de reducir el endeudamiento tenderán a seguir conteniendo la expansión del gasto y a que no se prolongue la reducción de la tasa de ahorro.
La demanda de financiación por parte de los hogares siguió moderándose, lo que, en general, es coherente con la posición cíclica del conjunto de la economía, el deterioro del mercado de trabajo, la reducción de la riqueza y el elevado endeudamiento del sector en algunos países. Además, como también se desprende de la Encuesta sobre Préstamos Bancarios (EPB) presentada en los últimos paneles del gráfico 1, los criterios que aplican los bancos para la concesión de préstamos continuaron endureciéndose en 2012 como consecuencia de una mayor aversión al riesgo en un contexto cíclico adverso y de las perspectivas desfavorables del mercado de la vivienda en algunos países. En cambio, la contribución de los factores de oferta relacionados con el coste de los fondos y otras restricciones en el balance bancario se vio mitigada a lo largo del período.
La riqueza total de los hogares no experimentó cambios en 2012, aunque el comportamiento fue heterogéneo por componentes. El valor de los activos no financieros —principalmente, inmobiliarios— cayó un 3 %. En términos medios del año, el precio de la vivienda se redujo un 2 % en la UEM.
El valor de los activos financieros de los hogares, que representan un 43 % del total de la riqueza bruta del sector, se incrementó por encima del 4 %. La cartera está materializada en gran medida en instrumentos con una vocación conservadora —más líquidos y menor riesgo—. El efectivo y los depósitos son el componente de mayor peso en el balance (36 %), seguido de las inversiones en productos de ahorro previsión, recogidos en el cuadro 1. bajo la rúbrica de reservas técnicas de seguros, que representan el 30 %. No obstante, fueron las tenencias de acciones y otras participaciones, que suponían algo más del 20 % del total de activos financieros a finales de 2012, las que generaron las ganancias patrimoniales del sector. Su revalorización —incluyendo las acciones no cotizadas— hizo que este componente aumentara su valor más de un 7 %, tras pérdidas del 8 % en 2011.
El incremento —aunque moderado— del crédito y el estancamiento de la renta nominal de los hogares no permitieron avances significativos en la corrección del endeudamiento de las familias. La ratio de deuda sobre la RBD se redujo ligeramente por segundo año consecutivo en la UEM, situándose en el 98 %, nivel todavía superior a los registros de 2009.
¿Lo ven? el futuro debe ser mejor. Por fuerza.
José Luis Martínez Campuzano