Las rápidas manos dominicanas conquistan a los afros de EE.UU.
Por Corey Dade
CAPITAL HEIGHTS, Maryland— Del shawn Rollins confiaba antes en afroamericanos como ella para la delicada tarea de peinar y alisar su rizado pelo castaño. Pero para eso tenía que soportar horas de chismes, pedir el almuerzo (y a veces la cena) y los ocasionales problemas, como la vez en la que las puntas de su cabello se quebraron ser tinturadas.
Harta, la terapeuta respiratoria de 35 años sacó del bolsillo un anuncio de un nuevo salón que prometía "hacer magia" usando "peinados dominicanos". En menos de dos horas entró y salió de The Hair Co. USA, con un peinado liso y suave por US$20 menos de lo que había estado pagando en su antigua peluquería.
"Mi pelo está muy suelto", dice. La gente le pregunta dónde se lo hizo.
Armadas con cepillo y secador, veloces movimientos de muñeca y astutas tácticas promocionales, inmigrantes de República Dominicana están arrebatando cuota de mercado a los estilistas afroamericanos cuya maestría capilar les aseguró durante generaciones la lealtad de sus clientes. Las promesas de un servicio más rápido, un cabello más saludable y precios mucho más baratos atraen a un creciente número de mujeres negras.
Rollins y la mayoría de las mujeres afroamericanas usan un "relajante" químico para alisar su cabello y después reciben tratamiento adicional cada seis semanas más o menos. Rollins y muchas otras clientas dicen que otro de los beneficios de la técnica dominicana es que amplía la vida de los químicos alisadores, reduciendo la frecuencia de las aplicaciones y posiblemente sus efectos dañinos.
Las deserciones han enfurecido a las estilistas afroamericanas que insisten en que sus métodos son seguros y que están mucho más capacitadas que las dominicanas. "Ya de por sí es difícil en estos tiempos, pero están presionando nuestros precios y se llevan a nuestros clientes", se queja Jannifer Jackson, una peluquera de Atlanta.
Tim Hussin para The Wall Street Journal
Los estilistas afroamericanos utilizan una plancha rizadora para alisar el pelo, mientras que los dominicanos recurren a un método a dos manos con un cepillo redondo.
Muchos estilistas negros que usan métodos tradicionales acusan a los dominicanos de mentir sobre sus servicios al calificarlos de "naturales". Los tradicionalistas dicen que la técnica dominicana puede causar serias roturas capilares. Tanto los afroamericanos como los dominicanos lavan, ponen rulos y sientan a sus clientes bajo grandes secadores de pelo.
Los estilistas negros usan un plancha rizadora para desplegar el cabello, mientras que los dominicanos usan un método de dos manos: con una, desenredar los mechones con un cepillo redondo y luego, con la otra, utilizan un secador para alisar los cabellos rizados. Los dominicanos estiran desde la raíz, a menudo con fuerza. Estos estiramientos, junto con la aplicación de una segunda ronda de calor intenso, causan las roturas capilares, afirman los rivales negros y algunas clientas.
La mayoría de los dominicanos también es negra y, al igual que los afroamericanos, aprendieron el oficio peinándose ellos mismos. El impacto financiero de la incursión dominicana en los salones afroamericanos de EE.UU. es difícil de calcular. Pero expertos de la industria, dueños de salones y estilistas dicen que es incuestionable. Los dominicanos, una parte integrante de Nueva York desde los años 80, se están expandiendo rápidamente por otras ciudades estadounidenses.
Los servicios de peluquería generaron en 2009 US$50.300 millones en ingresos, principalmente de negocios pequeños con propietarios independientes, según la firma de estudios del sector Professional Consultants & Resources. La mayoría de los salones frecuentados por negros es de propietarios independientes y estilistas autónomos. Las mujeres negras son, en su mayoría, las principales consumidoras de productos "étnicos" para el cabello, cuyas ventas subieron 3,2% en 2009, a US$1.500 millones, pese a la caída general de las ventas de productos para el cuidado del cabello, según el grupo de investigación del consumidor Packaged Facts. Las ventas totales en EE.UU. de productos capilares totalizaron US$9.700 millones el año pasado, según la investigadora de mercado Kline & Co.
Los salones y las barberías llenan de orgullo a la población negra de EE.UU. en parte porque fueron de los primeros negocios propios de la minoría negra, proporcionando uno de los pocos caminos para el mejoramiento de su situación económica después de la abolición de la esclavitud. Para principios del siglo XX, la empresaria Madame C.J. Walker se había hecho millonaria haciendo productos de belleza y capilares para negros.
Ahora, en lugar de intentar batir a los dominicanos, algunos propietarios de salones afroamericanos se están uniendo a ellos. Jennifer Drew comenzó RoundBrushHair.com en 2007 para ayudar a promocionar los salones dominicanos ante los negros después de adoptar la técnica dominicana y ver cómo crecía el interés entre las mujeres negras. La base de datos de RoundBrushHair.com ha aumentado hasta incluir a cientos de peluquerías dominicanas en todo el país. Casi todas abrieron en los últimos cinco años, afirma Drew.