La deuda, ese gran problema sin resolver
por 3MBolsa •Hace 1 día
Actualmente, el impacto de las políticas monetarias ultra expansivas, que han llevado a cabo los bancos centrales a largo plazo, ha generado numerosas dudas. Dichas políticas han permitido que las rentabilidades caigan hasta tasas muy bajas, lo que ha conllevado una emisión de deuda pública que alcanza máximos históricos en las economías desarrolladas (nunca en la historia el mundo había habido tanta deuda). Los bajos tipos de interés de la deuda pública hacen que, de momento, los intereses que se pagan por dicha deuda no repercutan de forma alarmante en el crecimiento de los países que han aumentado esta deuda. Aún así, una eventual subida de tipos de interés como la que está empezando a practicar la Fed sin antes reducir ese peso respecto a su PIB puede llegar a suponer un problema. En este sentido, la Reserva Federal ha dejado entrever en su última reunión que subirá los tipos de interés a un ritmo menor del que se esperaba tras la reunión de diciembre, condicionado al devenir del crecimiento de la economía estadounidense, por lo que se espera que, dada la incertidumbre que se está viviendo en el mercado, durante el 2016 se mantengan los tipos de interés sin cambios.
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En este sentido, el prolongado periodo de bajas tasas de interés está provocando que durante estos últimos años se esté viviendo una situación anormal, ya que la rentabilidad de los dividendos del S&P 500 se ha situado, en general, por encima de la rentabilidad del bono a diez años estadounidense, lo que aumenta el atractivo de la renta variable en relación a la renta fija.
Preocupa sustancialmente el seguimiento de políticas monetarias tan laxas. La monstruosa expansión monetaria que se está viviendo se basa en la excusa de que no hay inflación y, por tanto, aumentar el balance de los bancos centrales no tiene ninguna consecuencia. En la actualidad, los activos de riesgo se encuentran cerca de máximos históricos mientras la rentabilidad exigida a los bonos de alto riesgo es la menor en treinta y cinco años, se toma más riesgo por menor rentabilidad. Todo ello, muestra un escenario complejo a la hora de abordar la normalización de la política monetaria.
Habrá que acostumbrarse a un mal escenario para las bolsas
Carlos Montero
Lunes, 14 de Marzo del 2016 - 11:33:10
La pasada semana publicábamos en un artículo titulado “El motivo de las subidas en las bolsas está claro” que la recompra de acciones propias por parte de las compañías era la principal causa para los ascensos en la renta variable estadounidense (y en gran parte de la europea) en los últimos años, concretamente desde los mínimos alcanzados en 2009.
“Las empresas básicamente lo que han hecho es, dados los tipos de interés en mínimos históricos, emitir deuda y con lo recaudado parte lo han utilizado en financiar su negocio y parte en comprar acciones de sus compañías. Con esto conseguían dos cosas, sostener el precio de sus títulos a niveles altos para utilizarlas en operaciones corporativas o ampliaciones de capital, y por otra incrementar el beneficio por acción si amortizaban parte de esas acciones adquiridas.”
Esta compra de acciones propias ha provocado que la subida de los índices de renta variable no se haya apoyado en motivos fundamentales. Como mostramos a continuación el incremento anualizado del amplio índice estadounidense Wilshire 5000 fue de un 19,4% frente un incremento anual del BPA operativo del S&P 500 del 13%, del valor en libros del 7%, de ventas por acción y el PIB ajustado a inflación de algo más del 2% y del coste de reemplazamiento de cerca del 5%
Una de las razones de esta divergencia es la subida de los márgenes de beneficios, aunque como señalábamos anteriormente en mi opinión la recompra de acciones propias es la principal. Pero centrémonos en los márgenes operativos.
La reducción de costes, la mejora de eficiencia, la caída en los precios energéticos, junto con otros factores, ha posibilitado que los márgenes hayan alcanzado máximo de todos los tiempos. De ahí la divergencia entre el BPA operativo del S&P 500 y el PIB ajustado o las ventas por acciones.
Ahora bien, ¿qué margen de mejora tienen los márgenes de beneficio desde estos niveles? Robert Arnott, presidente de Research Affiliates, afirma que muy poco. Por tanto, el crecimiento adicional de los beneficios tendrá que venir del lado de las ventas.
Históricamente el incremento de ventas por acción se sitúa ligeramente por encima de los crecimientos del PIB ajustado. Y aquí tenemos un problema. El crecimiento estructural de las economías desarrolladas se ha reducido en las últimas décadas por motivos también estructurales, lo que implicará que las economías desarrolladas no puedan crecer a largo plazo más del 3% anual y que las ventas empresariales no suban mucho más de ese porcentaje. La tasa de crecimiento de los beneficios que hemos visto en estos últimos años no se repetirá en los siguientes.
Para que las bolsas suban entonces en porcentajes de más de un dígito o bien las compañías siguen recomprando sus propias acciones, o los ratios de valoración se incrementan. En un escenario de subida de tipos como se espera para los próximos ejercicios las compañías lo tendrán más difícil para sostener sus títulos vía recompra. Y en cuanto a los ratios de valoración ya están muy por encima de las medias históricas, por lo que ampliaciones adicionales es poco probable.
La conclusión es por tanto que la renta variable occidental tendrá un crecimiento muy moderado en los próximos años en el mejor de los casos. Es un escenario con el que tendremos que acostumbrarnos a trabajar a largo plazo.
Lacartadelabolsa
Asia y Latinoamérica
Lunes, 14 de Marzo del 2016 - 11:47:06
Hace unos días el Banco Mundial publicaba un Informe donde cuantificaba la desaceleración observada en la evolución de las importaciones a nivel mundial: desde el 3.0 % de crecimiento en 2014 frente al 1.4 % estimado en 2015. Sin duda esa cifra les inquietará. Pero, ¿realmente les sorprende? No lo creo. Y el mejor ejemplo de lo anterior lo tenemos en la relación comercial (y financiera) entre Asia y Latinoamérica…
http://www.imf.org/external/pubs/ft/sur ... 31016A.htmSeguro que de forma automática piensan en la demanda de materias primas desde China y la exportación, casi monocultivo, de las mismas materias primas de muchos países latinoamericanos. Pero, observando la relación comercial entre ambas zonas ya podemos construir que la afirmación anterior es demasiado simple.
Con todo, lo cierto es que por primera vez en muchos años el crecimiento del comercio mundial fue más bajo que el del PIB, lo que plantea enormes interrogantes a futuro para zonas económica en un proceso de transición económica (Asía) o que requieren cambios en su modelo de crecimiento (Latinoamérica).
Al final, si la relación entre ambas zonas ha descansado en el pasado en el comercio en el futuro debe ampliarse con la producción e infraestructuras. De otra forma, el 80 % de la financiación de los bancos chinos a Latam ha descansado en mayor medida en la producción de materias primas e infraestructura para su transporte y exportación frente a otras actividades como infraestructuras para el desarrollo, manufacturas y servicios. La relación financiera debería también acentuarse en el futuro para acompañar a esta mayor integración económica.
Y el aumento de los acuerdos comerciales también deben buscar esta mayor relación que vaya más allá de Latam como productor de materias primas. De hecho, es la misma recomendación que se extrae de la Crisis (no estoy seguro que sea ya superada) de los precios de commodities. Es una crisis de modelo de crecimiento que va a requerir reformas relevantes en términos de flexibilidad productiva y disciplina económica para ser superada.
José Luis Martínez Campuzano
Estratega de Citi en España