por admin » Mar Ago 13, 2013 9:55 pm
La fuerza laboral agrícola de EE.UU. envejece por falta de nuevos inmigrantes
Cuando Bruce Frasier le da una mirada a su extensa granja en el sur de Texas, ve "un grupo de abuelos cosechando cebollas", afirma.
En el Valle Central de California, el agricultor David Cox dice que ve estadounidenses jóvenes apilando sus árboles que son menos productivos que los trabajadores de más edad, predominantemente mexicanos, que perdió por una auditoría inmigratoria.
Desde Vermont a Michigan, y desde Texas hasta California, la histórica mano de obra agrícola de Estados Unidos está envejeciendo.
David Cox, presidente de L.E. Cooke Nursery observa a su empleado Domingo Cortez, de 58 años.
"Debe recordar que la última amnistía se produjo hace 27 años", señala Frasier, en referencia a la reforma inmigratoria en 1986 que legalizó a 2,7 millones de inmigrantes. "La edad promedio se acerca a los 50 años", agrega.
Datos del gobierno confirman que los trabajadores que obtuvieron un estatus legal hace casi tres décadas ahora tienen un promedio de 49 años. La edad promedio de los trabajadores agrarios en general ronda los 37 años, según los datos, un aumento desde los 31 en 2000.
La fuerza laboral que envejece, señalan los agricultores, es sólo uno de los problemas que ponen de manifiesto la urgente necesidad del sector agricultor estadounidense de una reforma del sistema migratorio de ese país. La mayor cantidad de patrullas y la violencia del narcotráfico en la frontera con México desalientan a los potenciales migrantes que podrían emprender viaje hacia EE.UU. Y, cuando el petróleo protagoniza un auge en Texas y la construcción se recupera en California, otras industrias compiten por las mismas fuentes de trabajadores menos calificados.
El endurecimiento de las autoridades con la inmigración ilegal, en tanto, llevó a muchos agricultores, como Cox, a usar el sistema del gobierno E-Verify para asegurarse de que los nuevos empleados tienen documentos para trabajar, sólo para descubrir que la calidad de su fuerza laboral bajó.
"Si tenemos seguridad en la frontera y E-Verify sin darles a los trabajadores (ilegales) que ya están aquí una forma de pasar el control, la agricultura está en problemas", sostiene Cox, cuyo negocio de cultivo incluye árboles frutales y de adorno que les vende a granjeros, paisajistas y minoristas de centros de jardinería.
Es así porque la migración neta de México, que provee desde hace tiempo el grueso de la mano de obra de campo en EE.UU., se ha estancado, según Pew Hispanic Center. No sólo se volvió más peligroso cruzar la frontera para estos inmigrantes en su mayoría sin documentos, sino también la economía estadounidense se mantuvo relativamente débil mientras el mercado laboral mexicano ha mejorado.
Los trabajadores agrarios que se beneficiaron de la amnistía en 1986 representan sólo alrededor de 10% de los trabajadores de campo activos. Desde entonces, muchos de esos trabajadores consiguieron empleos en otras partes de la economía, regresaron a su país de origen o fallecieron. De todos modos, alrededor de tres cuartos de todos los trabajadores de cosecha nacieron fuera de EE.UU., y más de la mitad de ellos trabajan en ese país de forma ilegal, según estimaciones oficiales.
Un proyecto de ley redactado por demócratas y republicanos aprobado por el Senado ofrece un camino acelerado a la residencia legal para trabajadores indocumentados que permanezcan en el rubro agricultor durante un mínimo de días durante tres a cinco años. Para garantizar un flujo futuro estable de trabajadores legales, el proyecto también incluye dos clases de visas para trabajadores agrícolas visitantes. Si ese proyecto es aprobado por las dos cámaras del Congreso de EE.UU. podría "brindar la seguridad laboral" que falta desde hace años, señala Philip Martin, un experto en trabajadores agrícolas de la Universidad de California en Davis.
Sin embargo, los líderes de la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, prometieron ignorar el abarcador proyecto de ley del Senado y adoptar un enfoque escalonado que comenzaría por ocuparse de la seguridad en la frontera. La situación genera preocupación entre los agricultores, que temen que no se llegue a un acuerdo antes de las elecciones de mitad de mandato el año próximo.
La cantidad de trabajadores disponibles es más restringida para los agricultores que usan el sistema electrónico del gobierno para verificar la documentación de potenciales empleados.
Cox comenzó a usar ese sistema luego de perder 25% de sus trabajadores por una inspección inmigratoria en noviembre de 2010. Desde entonces, dice, tuvo que emplear 10% más de trabajadores para completar la cosecha, aunque en general son más jóvenes que los trabajadores que tuvo que despedir.
"Sólo una reforma inmigratoria puede ampliar mi fuerza laboral", asegura Cox. "Lo necesitamos, y lo necesitamos rápido".