El presidente de Mexico tuvo la sinverguenzeria de reclamarle al Congreso Americano acerca de la ley de Arizona y Obama y los democratas le dieron la razon.
La realidad es que el Gobierno de Mexico tiene una politica contra la inmigracion que es criminal, carcel y como vemos en este articulo hasta muerte es lo que se les da a los que tienen la osadia de cruzar las fronteras Mexicanas ilegalmente.
Si US hiciera eso todas las organizaciones mundiales se le vendrian encima, pero como no es US, no importa los demas pueden matar a quien quieran.
Una prueba mas del doble standard de la izquierda mundial. Las vidas no tienen el mismo valor.
Masacre deja al descubierto los riesgos que corren los migrantes ilegales en México
Por David Luhnow
The Wall Street Journal
CIUDAD DE MÉXICO—La masacre esta semana de 72 migrantes latinoamericanos pone de relieve una paradoja de la cual al gobierno mexicano no le gusta hablar: pese a que se queja del tratamiento de sus propios trabajadores indocumentados en Estados Unidos, México es a menudo un lugar mucho peor para los inmigrantes ilegales.
Militares mexicanos se desplegaron el jueves cerca de un remoto rancho a 150 kilómetros al sur de la frontera con EE.UU. donde 72 hombres y mujeres de Honduras, El Salvador, Ecuador y Brasil fueron atados, vendados y alineados contra una pared antes de ser ejecutados.
Un sobreviviente de la masacre dijo a las autoridades que los migrantes fueron secuestrados y que recibieron órdenes de trabajar como mulas de droga o como sicarios, según el diario Reforma. Las autoridades sospechan que la narcopandilla Los Zetas es la responsable.
La matanza ha estremecido a México, incluso tras una seguidilla de atrocidades por parte de bandas ligadas al narcotráfico que han dejado perplejos a los residentes. La situación generó una discusión nacional sobre cómo México es rápido en criticar el maltrato que reciben los inmigrantes ilegales en EE.UU., pero no toma suficientes medidas para proteger a migrantes de otros países que atraviesan su territorio.
Luis Fredy Lala, ciudadano ecuatoriano, único superviviente de la masacre.
.Unos 11 grupos mexicanos de derechos humanos emitieron una declaración el jueves, en la que condenaron la masacre de los migrantes, al decir que no era "un acto aislado" sino "una clara señal de cómo está creciendo la violencia contra los migrantes por parte del Estado y los individuos mexicanos".
"México —su gobierno, su sociedad— vive una bipolaridad atroz ante este fenómeno... Nos hiere y escandaliza la conducta de las instituciones norteamericanas, y de no pocos sectores de su sociedad... Pero un maltrato semejante, y aún peor, se asesta en México a los centroamericanos y sudamericanos que pretenden llegar a Estados Unidos", escribió el jueves Miguel Ángel Granados Chapa, un columnista de Reforma.
El Instituto Nacional de Migración de México, la agencia gubernamental a cargo de la migración, no respondió a pedidos de comentarios. Colaboradores del presidente Felipe Calderón tampoco estuvieron disponibles para realizar comentarios. Calderón, en su cuenta de Twitter, expresó un profundo dolor por la tragedia.
Grupos de derechos humanos afirman que el gobierno mexicano ha hecho poco para proteger a los migrantes ilegales en su territorio. Más de una decena de grupos mexicanos defensores de los derechos presentaron un caso en marzo contra el gobierno mexicano ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA), en el que sostuvieron que México violaba de forma sistemática los derechos de migrantes ilegales.
Unos 20.000 migrantes son secuestrados en México todos los años, según un estudio del año pasado de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México. En casi 200 casos, los secuestros fueron adelantados por policías locales o con la colaboración de las fuerzas policiales, dice el reporte.
Se ven señales de que México está prestando mayor atención al problema. Un funcionario de EE.UU. asignado a un puesto en la Ciudad de México afirma que ha dado un sinfín de talleres dirigidos a varias agencias federales mexicanas sobre cómo proteger a los migrantes ante la acción de las bandas criminales.
El viaje desde América Central hacia la frontera de México con EE.UU. es "uno de los más peligrosos del mundo", según un informe de abril de este año de Amnistía Internacional.
Los migrantes caminan por selvas remotas, duermen a la intemperie y viajan en los techos de trenes para evitar los controles migratorios. Policías, taxistas y funcionarios del gobierno les piden sobornos para dejarlos pasar. Y son el blanco de bandas que van desde criminales locales hasta organizaciones sofisticadas como Las Zetas.
Hasta seis de cada diez mujeres son víctimas de violencia sexual durante el viaje, según Amnistía Internacional. El año pasado, México deportó a 64.000 indocumentados, la mayoría procedentes de América Central y del Sur, según el Instituto Nacional de Migración.