por admin » Dom Dic 21, 2014 9:00 pm
Las penurias de emprender en Europa
Juan Pedro Mellinas formó una empresa de cuidado de tumbas en Cartagena, España, pero no le alcanza para contratar personal.
MADRID— Juan Pedro Mellinas es un emprendedor accidental. Formó Eternalia, una compañía dedicada al cuidado de tumbas, en 2011 tras perder su empleo como ejecutivo de marketing. Eternalia ahora tiene franquicias en seis ciudades. Sin embargo, otros españoles despedidos están invadiendo su territorio y Mellinas aún no tiene suficientes clientes como para contratar personal que realice la limpieza en el cementerio local.
César Martín fundó una empresa de educación digital, Sapeando, tras perder su trabajo como editor fotográfico. El sitio fue un éxito y un video que enseñaba a bailar hip-hop logró 2,5 millones de vistas. De todos modos, no pudo encontrar suficientes anunciantes ni un banco que le otorgara un préstamo. Así que tiró la toalla.
Gerard Vidal lanzó una firma de cifrado de datos, Enigmedia, cuando no podía conseguir trabajo con su doctorado en física. Pero incluso un físico quedó atónito ante el papeleo requerido para registrar una empresa en España y el lanzamiento se retrasó varios meses debido a un proceso que califica de “ilógico, ineficiente y totalmente frustrante”.
Para muchos en la zona euro, donde los recortes en los presupuestos fiscales y los despidos han dejado a más de 18 millones de desocupados, la única forma de encontrar empleo es crearlo. Pero estos emprendedores sin experiencia afrontan serios obstáculos.
La escasez de capital, una densa burocracia, una cultura profundamente adversa al riesgo y un mercado de consumo muy golpeado atentan contra las empresas nuevas o startups en Europa. El Global Entrepreneurship Monitor, una encuesta sobre la actividad de las startups, halló que el porcentaje de la población adulta involucrado en las primeras etapas de actividades emprendedoras el año pasado fue de 5% en Alemania, 4,6% en Francia y 3,4% en Italia. En Estados Unidos, en cambio, la tasa es de 12,7%. Una vez establecidas, las compañías europeas son, en promedio, más pequeñas y de crecimiento más lento que en EE.UU.
Los problemas de los emprendedores son uno de los motivos por los que la economía de Europa sigue postrada tras seis años de crisis. La Unión Europea recortó en noviembre sus pronósticos de crecimiento para la región para este año y el próximo ante el desempeño más débil al previsto en las mayores economías de la zona euro: Alemania, Francia e Italia.
Europa ha generado empresas innovadoras y prósperas, como Inditex SA, la mayor cadena minorista de indumentaria del mundo por ventas y dueña de la marca Zara, y la telefónica Skype, que fue adquirida por Microsoft en 2011 por US$8.500 millones. No obstante, un estudio de la Comisión Europea el año pasado reconoció la necesidad de muchas más historias de éxito y pidió un “cambio radical de la cultura europea hacia (…) el emprendimiento”. Recomendó mejor educación, programas de microfinanzas y menos regulación.
Para los españoles que sufren una de las tasas de desempleo más altas del mundo industrializado —23,7%— el cambio es cuestión de supervivencia.
Luego de que Miguel Ángel Fuentes, de 32 años, perdiera su empleo en una fábrica de helados hace unos años, decidió lanzar el bambú como cultivo para usar en la producción de biodiésel y muebles, en el corazón de la zona productora de naranjas en Valencia. Pero no encontró el asesoramiento que podría haberlo ayudado a evitar los errores clásicos de un primerizo. Compró, por ejemplo, tierras en una reserva de pájaros, donde estaba prohibido plantar. Su primera cosecha en tierras arrendadas fue un fracaso y una campaña de financiación colectiva no atrajo ni un solo inversionista. Acudió al gobierno regional en busca de consejos y apoyo para su firma Bamboo Energy SL, pero todo lo que logró fueron respuestas de email automáticas. Reunió fondos como pudo y cultivó plantas madre de bambú en terrenos arrendados. Ahora intenta conseguir compradores.
Las iniciativas del gobierno para asistir a los emprendedores no son consistentes y suelen estar dispersas entre distintas agencias, con gran parte de la responsabilidad en manos de gobiernos locales o instituciones educativas, señalan expertos en el rubro.
Mariano Rajoy, presidente del gobierno español, ha prometido una “alfombra roja a los emprendedores”. El gobierno aprobó leyes para estimular el empleo al abaratar los costos de despido y una Ley de Emprendedores que incluye exenciones tributarias, pasos para limitar las pérdidas en caso de bancarrota y programas de emprendimiento en las escuelas. Aunque los economistas afirman que las medidas son insuficientes, están ayudando a que España se expanda más rápido que otras grandes economías de la zona euro.
Un programa tradicional del gobierno permite que los desocupados cobren la totalidad o una parte de sus beneficios de desempleo en un pago para fundar una empresa. Cerca de un millón de españoles han usado este beneficio desde que el país cayó en recesión en 2008, según el Ministerio de Trabajo.
Algunos emprendimientos están teniendo éxito. Francisco Javier Gómez, de 38 años, y su hermano usaron unos 30.000 euros de su seguro de desempleo para lanzar Qualica-RD, una empresa que exporta tecnología de identificación automática.
Sin embargo, las historias de éxito podrían ser más la excepción que la regla.
Un estudio de 2012 realizado en toda la Unión Europea encontró que las compañías formadas por personas que habían perdido sus empleos tenían una probabilidad 42% mayor de fracasar que las formadas por personas que renunciaron voluntariamente.
En España, así como en Italia y Portugal, más de 40% de la fuerza laboral trabaja en empresas con menos de 10 empleados, frente a 11% en EE.UU. y 19% en Alemania, según la OCDE. En Grecia, la cifra supera el 50% de la fuerza laboral. Las economías del sur de Europa dominadas por firmas tan pequeñas suelen tener una menor productividad por empleado que los países de mejor desempeño del continente, según las estadísticas de la UE.
Europa produce menos firmas de alto crecimiento —las empresas de élite que generan casi la mitad de todos los empleos nuevos— que EE.UU., indica Albert Bravo-Biosca, economista del centro de estudios Nesta, en Londres. El resultado es que Europa ha quedado rezagada a la hora de crear campeones corporativos.
En 2013, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo, OCDE, ubicó a España como el segundo peor país en una encuesta sobre barreras para el emprendimiento entre 29 países. Abrir un negocio en España demora 13 días, según el Banco Mundial. El promedio para países de la OCDE es de 9,2 días.
“Las medidas para reducir la burocracia avanzan, pero muy lentamente, y España es un país en una emergencia, donde no hay tiempo que perder”, afirma Robert Tornabell, economista de la Escuela de Negocios ESADE, en Barcelona.
Los bancos, por su parte, no prestan demasiado, conforme apuntalan sus balances dañados durante la recesión. El Banco Central Europeo indicó recientemente que los préstamos bancarios a empresas de la zona euro siguieron cayendo en octubre.
Cuando David Fito intentó abrir una panadería con productos sin gluten tras ser despedido por un banco hace unos años, dijo que 30 bancos le negaron un crédito de 100.000 euros. Obtuvo el dinero luego de que sus padres presentaran su apartamento como garantía y siete otras personas con empleo acordaran cofirmar el crédito. Indica que ahora su negocio está creciendo.
Una señal alentadora es el aumento de las aceleradoras y las incubadoras de empresas. Entre 2007 y 2013, la cantidad de ese tipo de plataformas creció casi 400%, a 260, en 10 de las principales economías europeas, según un estudio de Telefónica SA .
“Nos estamos poniendo al día en emprendimiento, al empezar de cero hacia donde de repente tenemos aceleradoras, incubadoras, programas de televisión y una cantidad de eventos para hacer contactos”, dice Lucas Carné, cofundador de Privalia Group, una firma de modas en línea que factura 400 millones de euros al año.
Mellinas, de 39 años, logró el año pasado ganar lo mismo que en su antiguo empleo de ejecutivo de marketing. Este año no será tan bueno. Los franquiciados de Madrid y Barcelona renunciaron porque limpiar tumbas no era lo suyo. “No dejes que nadie te diga que es fácil ser un emprendedor en España”, sentencia.