por Fenix » Mié Dic 31, 2014 11:22 am
Oil Crash: año 9
por The Oil Crash •Hace 1 día
Hace ya 9 años que la producción de petróleo crudo convencional llegó a su máximo histórico, el temido peak oil. Desde entonces, los problemas asociados a la escasez de la fuente de energía más abundante, versátil y hasta entonces barata que haya utilizado nunca la Humanidad han desencadenado toda una serie de procesos económicos, financieros y sociales - todos ellos con una fuerte raíz energética- que hemos analizado en este blog durante los últimos años. Ahora que se cumplen 9 años desde ese evento transcendental que marca y marcará a las generaciones futuras, y siguiendo la costumbre establecida en este blog desde su inicio, he preparado un post resumiendo los hechos -a mi entender- más relevantes que han acaecido durante el año que pronto tocará a su fin, y que estén relacionados directamente con la escasez de energía o indirectamente, como los problemas económicos y sociales que se puedan derivar. Este año el resumen tiene un fuerte acento político y geopolítico. He aquí el resumen.
- Hundimiento y deriva del sistema político de España: España ha entrado en una profunda deriva política e institucional que sólo podría mejorar si la bolsa de desencanto y exclusión que genera la crisis económica, de la que ahora se cumplen 7 años, amainase, cosa que no parece que vaya a suceder en un futuro próximo a pesar de los cantos de sirena del Gobierno español, el cual comienza la gran carrera electoral que ha de culminar en las Elecciones Legislativas de finales de 2015. Los continuos escándalos de corrupción salpican a prácticamente todos los partidos, siendo frecuente la aparición de una nueva noticia sobre la reciente imputación judicial de algún destacado cargo político, miembro de alguna alta institución del Estado o incluso de algún personaje vinculado a la Casa Real Española. Si la orgía de sobornos, apropiaciones indebidas y dispendios suntuarios a expensas del erario publico que destilan estas noticias ya serían mal recibidos por la opinión pública en una época de bonanza económica, dada la actual situación de precariedad creciente y gran incertidumbre respecto al futuro que ahoga a la clase media hace que ésta los perciba como un insulto y una afrenta. El descontento en la calle es palpable y probablemente nunca antes la clase política había llevado aparejada un nivel tan alto de descrédito y desprecio. La actual situación en España guarda ciertos paralelismos con otros momentos históricos vividos en otras coordenadas geográficas, y por tanto no es de extrañar los fuertes movimientos que se van configurando, movimientos que representan un auténtico terremoto en el panorama político en España. Dado que el problema que la mayoría de la población percibe como el principal del país es la corrupción, los movimientos propiciados por una ciudadanía harta de abusos y cansada de una crisis que parece eterna (porque lo es) van dirigidos a una regeneración radical de la vida pública; son movimientos que aspiran a eliminar lo que hay y volver a comenzar de cero. Ése es el contexto en el que en España aparece Podemos, un partido de orientación izquierdista cuya andadura comenzó en Marzo de este mismo año y que fue capaz en Mayo de conseguir 5 escaños en las elecciones al Parlamento Europeo, por delante de algunas otras fuerzas minoritarias en teoría más consolidadas, mientras que los dos partidos mayoritarios experimentaron un fuerte retroceso (sobre todo el socialista) que hace anticipar una debacle si no hay un cambio de rumbo. Probablemente como consecuencia, durante el pasado mes de Junio en España se produjeron dos movimientos políticos de gran calado. Por una parte, el partido socialista designó a un nuevo líder, mientras el anterior quedó en apariencia relegado a un olvido prácticamente absoluto, su legado siendo completamente silenciado.
Por otro lado, el Rey Don Juan Carlos, cuya imagen había quedado muy deteriorada al difundirse ciertas veleidades de su vida personal poco compatibles con las normas de austeridad que atormentan a sus súbditos, decidió abdicar en su hijo Don Felipe, el cual es proclamado Rey Felipe VI una semana más tarde en unos discretos, precipitados y algo deslucidos fastos. Se intenta así contener la sangría de popularidad que los múltiples escándalos y cotilleos estaban causando a la Casa Real (por ejemplo, la hermana menor del actual Rey, que con el ascenso de éste al trono ya no pertenece a la Casa Real, sigue su viacrucis judicial - este mismo lunes hemos sabido que será procesada por los dudosos negocios de su marido). Todos estos movimientos cosméticos no impiden que el descrédito de los partidos tradicionales continúe, al tiempo que las perspectivas electorales de la nueva formación, Podemos, suben como la espuma, hasta el punto de que cada vez más encuestas apuntan a que es ya la primera fuerza por intención de voto.
En Cataluña, este proceso de ruptura y regeneración ha tomado un aspecto propio, y es que allí una gran parte de la población ha optado por la vía secesionista como solución a los problemas de esta comunidad. El movimiento a favor de la independencia de Cataluña culminó su demostración de poder con una gran manifestación el 11 de Septiembre, y con una consulta sobre la secesión el 9 de Noviembre que fue torpemente boicoteada por el Gobierno español. Sin embargo, las maniobras políticas de los principales partidos a favor de la independencia de Cataluña después del 9N están favoreciendo que Podemos se apropie, también en esa comunidad, de un espacio político creciente que le puede convertir en árbitro de todo cambio que se quiera hacer allí.
El odio contra la clase política tradicional ("la casta", según la terminología más empleada por Podemos) sigue creciendo, lo que se manifiesta en pequeños hechos cotidianos y, de vez en cuando, en sucesos violentos muy preocupantes (el último ejemplo, el de un tipo que estrelló hace unos días su coche cargado de material explosivo contra la sede madrileña del gubernamental Partido Popular), a veces con tristes consecuencias fatales (como el asesinato a sangre fría de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, cuando paseaba tranquilamente por la ciudad). Es cierto que los autores materiales de los hechos más luctuosos son individuos que han perdido su equilibrio mental, pero no es menos cierto que quien está inconscientemente designando los blancos a los más dementes es la angustia de una clase media que se resiste a desaparecer, y que apunta una y otra vez contra nuestros responsables políticos, haciéndoles colectivamente culpables de una situación que en realidad es ingestionable desde una perspectiva tradicional. En España se vive ahora una calma tensa, en espera de las elecciones municipales y autonómicas del próximo mes de Mayo de 2015, que están llamadas a consagrar un vuelco en la estructura del poder en este país, y probablemente a inaugurar un nuevo tiempo políticamente más complicado.
- El hundimiento de las democracias liberales: Pero en realidad el problema de España no es ni mucho menos exclusivo de España. En Grecia el movimiento Syriza, en algunos aspectos similar a Podemos, se prepara para tomar el poder, a pesar de las poco veladas amenazas de Goldman Sachs. En Italia, el voto de confianza otorgado a Mateo Renzi se está disolviendo, una vez vista su incapacidad de aportar soluciones eficaces a la crisis económica que atenaza al país. El Presidente de Francia, el socialista François Hollande, vive sus horas de más baja popularidad, mientras que las encuestas muestran que la populista de extrema derecha Marine Le Pen podría estar a un paso del Elíseo. En Bélgica la ciudadanía se moviliza contra los recortes en prestaciones sociales, que por fin han llegado al país. El panorama político presenta también algunos nubarrones en el Reino Unido (con un déficit rampante) y en Alemania (con el crecimiento de la xenofobia y la disminución del salario medio), que podrían agrandarse durante el año que viene. En Japón los gobiernos se suceden sin conseguir sacar al país de la inmovilidad y el estupor por la pérdida de su esplendor industrial de antaño. Y así en todo Occidente sólo EE.UU. vive una situación de relativa tranquilidad, que podría verse pronto destrozada por la inminente grave crisis financiera producida por el impago de la deuda basura asociada a la burbuja del fracking. Muchos países latinoamericanos están entrando en situaciones financieras y económicas bastante incómodas, que intentan compensar con profundas reformas legislativas de su estructura económica (por ejemplo México y su reforma energética), cuya eficacia está por demostrar. Las protestas contra la escasez, la precariedad y los recortes se van generalizando (como botón de muestra valgan las masivas protestas que se vivieron en Brasil durante el mundial del fútbol, precisamente contra el dispendio que suponía el evento en un país con tantas carencias, y eso en el país más futbolero del mundo). Y en democracias menos homologadas al estándar occidental las cosas van todavía peor, debido fundamentalmente a las malas perspectivas económicas (p.ej., en Rusia o Venezuela). El previsible auge de todos los problemas que ya se han manifestado este año durante el año que viene podría sellar un destino fatal para muchas de estas democracias.
- Las guerras del petróleo: A los conflictos armados con transfondo teñido de petróleo vividos en Sudán y Siria, se le ha añadido ahora el surgimiento del denominado Estado Islámico de Irak y del Levante (ISIS) en Irak, en lo que es por un lado la internacionalización indeseada del conflicto en Siria y por el otro lado el estallido de una guerra civil larvada durante muchos años en Irak. La irrupción de ISIS ha sido aprovechada por los kurdos iraquíes para establecer algo parecido a un estado por su cuenta, mientras que los chiíes del sur de Irak intentan aumentar su cuota de poder. De ese modo, hay cuatro facciones sobre el terreno en Irak (ISIS, Gobierno, kurdos y chiíes no oficialistas) y todas ellas explotan el petróleo que controlan para sufragar sus propios gastos, y Occidente les compra a todos porque necesita desesperadamente ese petróleo. Mientras tanto, las revueltas internas siguen siendo moneda común en dos productores de petróleo no tan menores como Libia y Egipto, el primero de los cuales aún exporta una cantidad significativa de oro negro. Y por si todo lo anterior fuera poco, la guerra civil en Ucrania sigue su curso, con la implicación más o menos disimulada sobre el terreno de los países occidentales y de Rusia; en este caso, más que el acceso al petróleo, los grandes países se disputan el control del suministro de gas ruso hacia Europa y posiblemente más allá.
- Nacen nuevas alianzas en un mundo que se repolariza: EE.UU. decide poner fin a 5 décadas de bloqueo a Cuba, las sanciones a Irán se dulcifican mientras este país ataca abiertamente a ISIS en Irak, Rusia recurre a China para mantener el rublo a flote, Alemania llama al diálogo con Rusia... Por la naturaleza e intensidad de sus intercambios comerciales Rusia y Europa deberían entenderse, pero si Europa no está dispuesta a tender la mano a Rusia ésta tiene una segunda opción, China, la cual es la fábrica del mundo y exporta a todos. A EE.UU. un acercamiento Europa-Rusia no le interesa porque pondría fin a su hegemonía de décadas, pero la unión Rusia-China podría ser tanto o más peligrosa. En Oriente Medio la necesidad ha creado extraños compañeros de viaje, y así vemos a cazas israelíes bombardeando Siria e iraníes bombardeando posiciones de ISIS. Mientras tanto, Arabia Saudita y otros países de la OPEP le ofrecen a China su petróleo con descuento y Rusia cierra un inmenso contrato de suministro de gas natural con el Imperio del Medio. Y el proceso de reconfiguración estratégica parece estar cogiendo aceleración. En este momento, EE.UU. y Europa parecen estar más aislados que nunca, su única gran iniciativa consistente en la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión, la infausta TTIP.
- La espiral de las materias primas: No sólo es el petróleo; la mayoría de los precios de las materias primas se están desplomando desde hace varios meses.
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El actual desplome de precios del petróleo se debe, como ya hemos explicado, más a la caída de la demanda que a un gran aumento de la oferta. De hecho, en esta época del año, más fría, la demanda de petróleo debería ser más elevada que en primavera u otoño, pero no pasa tal cosa. Y no pasa, como con el resto de materias primas, debido a que China no tira con tanta fuerza como antes y el consumo en Japón y Europa, e incluso en los EE.UU., está deprimido. La súbita bajada de precio de las materias primas hace que muchos derivados en manos de bancos y grandes fondos de inversión no sean rentables en absoluto, y eso hace que el dinero esté huyendo a toda velocidad. En el caso particular del petróleo esto es gravísimo: cada vez más explotaciones, sobre todo de petróleo no convencional, requieren precios altos para ser viables; y muchos de los países productores tradicionales también requieren de precios altos para mantener su balanza fiscal equilibrada.
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En la actual situación, algunos importante productores podrían ir a la quiebra. No sólo ello: ya analizamos el sobreendeudamiento de las empresas más grandes de este sector y las más atrapadas en esta trampa son las empresas que se dedican al fracking. Dada la gran cantidad de deuda basura asociada a la explotación del fracking, la actual bajada de precios hace vaticinar un estallido de esta burbuja financiera, lo que desencadenaría una crisis financiera a escala global. Esto hundirá la producción de hidrocarburos líquidos, lo cual disparará el precio, pero las dificultades financieras y económicas destruirán aún más la demanda, lo cual hará después bajar el precio de nuevo, y así sucesivamente en una espiral de destrucción de oferta - destrucción de demanda caracterizada por precios del petróleo rápidamente oscilantes, síntoma inequívoco del Oil Crash, como ya anunciábamos al principio de la andadura de este blog. Lo más triste de todo esto es que muchos analistas profesionales y no pocos Gobiernos (el español incluido) ven el actual descenso de precios como una fabulosa oportunidad para crecer económicamente con más fuerza, cosa que aunque cierta durará muy poco y que comportará nefastas consecuencias en el medio plazo.
- Jeremy Grantham, una vez más. El fundador del fondo de inversiones GMO, que sorprendió al mundo de las finanzas hace unos años hablando claramente de peak everything, vuelve a la carga en su última carta trimestral a sus inversores. Aunque decide poner una nota de tecnooptimismo poco justificado en las energías renovables, su análisis sobre el futuro de los hidrocarburos líquidos es impecable, y tiene la osadía de calificar al fracking como "La mayor maniobra de distracción de la Historia". Para Grantham, el reajuste drástico de toda la deuda asociada a la producción de hidrocarburos caros es inevitable, pero para no tener que aceptar el marasmo en el que vamos a caer Grantham necesita recurrir a su fe en lo renovable.
- La Agencia Internacional de la Energía anuncia entre dientes la llegada del Peak Everything: Ya lo comentamos con detalle en el post correspondiente: el último informe anual de la Agencia Internacional de la Energía pone en evidencia que no sólo el petróleo sino que también el carbón y el uranio estarían llegando a sus máximos productivos y pronto empezarán a declinar. Encima, el análisis de la energía neta que nos va a llegar del petróleo, incluso en las mejores previsiones de la AIE, nos indica una caída rápida de la disponibilidad de esta materia prima esencial. Y eso suponiendo que las inversiones necesarias se hacen a tiempo, cosa de lo más dudosa.
- Año sin verano: Como comentamos en el post más popular y probablemente más tergiversado de este blog, algunas agencias meteorológicas europeas anunciaron el año pasado que había un 75% de probabilidades de tener "un año sin verano". Sus previsiones se referían a una parte del Hemisferio Septentrional, y más en particular a Europa Occidental (no es, por tanto, un fenómeno de alcance global). Afortunadamente sí que hubo verano: en 2013 las temperaturas fueron un poco más frescas y las precipitaciones algo más abundantes de lo normal hasta finales de Junio, pero después la situación meteorológica volvió a la normalidad y fue un año bastante caluroso. Sin embargo, la razón de esta extraña previsión (la desestabilización de la corriente de chorro polar) continúa siendo vigente, y así este año 2014, sin ser propiamente un año sin verano, sí que ha sido un año con un verano más fresco y húmedo de lo habitual en el tercio norte peninsular. Y en consonancia con el posible cambio de los patrones climáticos, una vez más las temperaturas más templadas de lo habitual se han extendido hasta las puertas del inverno, con un episodio de lluvias intensísimas a finales de otoño en la costa mediterránea española absolutamente insólito (del que ya comentamos), el cual, por cierto, causó graves destrozos en la calle más céntrica de mi localidad de residencia.
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Para el conjunto del planeta, 2014 ha sido el año más caluroso desde que hay registros, y aunque afortunadamente la extensión superficial de la capa de hielo ártico no ha llegado a los mínimos de 2012 (ver figura a continuación) su espesor sí que está en mínimos.
De hecho, el centro experto para el cual tengo el honor de trabajar tiene la intención de producir en los próximos meses un producto de espesor de capa de hielo obtenido de la combinación de dos satélites de observación de la Tierra, CryoSat y SMOS, y a partir de entonces podremos tener una imagen más clara de la evolución del volumen de hielo marino ártico. Entre tanto, tendremos que mantenernos vigilantes sobre la evolución de los cambios que de manera cada vez más sensible se están produciendo en los patrones climáticos de nuestro planeta.
- Difusión del peak oil: Poco a poco, la idea de que existen ciertos límites al crecimiento de la economía, principalmente dados por los límites físicos, se va imponiendo en todos los círculos. Este año tuve la oportunidad de acudir, en dos ocasiones diferentes, a dos jornadas sobre los límites al crecimiento organizadas por el Club de Roma en colaboración con la Fundación La Caixa en el Palau Macaya de Barcelona. Sobre todo la segunda fue demoledora: la gran mayoría de los ponentes, cada uno de ellos centrado en aspectos diferentes del mismo problema - la insostenibilidad de nuestra modelo económico- dejaron muy claro cuál era el problema y cuál no es la solución. Gracias a la continua difusión en las redes sociales y en determinados foros, cada vez se habla de peak oil, peak everything y los límites del crecimiento. No pocas de las opiniones que se encuentran por internet son muy negativas, acusando a los que hablamos de límites de ser catastrofistas, malthusianos o de tener una (inconcreta) agenda oculta; pero a pesar de eso cada vez más gente se interesa sobre estos problemas, va más allá de la autocomplacencia oficial y busca datos y se informa. Incluso los medios de comunicación generalistas comienzan a dar un poco de voz a la gente que alertamos sobre estos problemas: personalmente, en lo que va de año he aparecido tres o cuatro veces en la televisión (siempre brevemente) y un número indeterminado de veces en la radio, y sé de otras personas de estos círculos que también han visto incrementada su presencia mediática. Determinados eventos han ayudado a acrecentar esa conciencia sobre los graves problemas de sostenibilidad que tenemos por delante y el posible colapso de la sociedad si no se corrije el mal rumbo actual. Por un parte, la aparición del manifiesto "Última llamada" en Julio generó una cierta repercusión mediática que se ha sabido explotar bastante bien, incluyendo la creación de un blog en un conocido diario digital español. Justamente por el último artículo que publiqué (y publicaré) en ese blog se produjo un pequeño encontronazo con el profesor Juan Torres, que tenía como telón de fondo su designación, al alimón con el profesor Vicenç Navarro, como responsable del programa económico de Podemos. A pesar de lo desagradable que fue para mi ese malentendido (afortunadamente ya solventado), gracias a él la cuestión del decrecimiento adquirió una relevancia mucho más central - y por lo menos tengo ese consuelo.
También este año ha sido el de la celebración de la segunda edición del Congreso Internacional sobre el Pico del Petróleo de Barbastro, una iniciativa encomiable y casi heroica de la sede de la UNED de esa pequeña ciudad del Somontano oscense; el congreso fue una oportunidad fantástica para poder escuchar en vivo a los mayores expertos mundiales sobre el peak oil (y circunstancialmente y por aquello del cupo patrio, también a un servidor). La palabra que más se repitió durante todo el congreso, como ya expliqué, fue "colapso". El congreso sirvió para demostrar que la comunidad peakoiler tiene cada vez más fuerza y predicamento, y que en España se están organizando grupos muy potentes en torno a tres líneas principales: la académica, la activista y la transicionista. Respecto a la primera, el Grupo de Energía, Economía y Dinámica de Sistemas de la Universidad de Valladolid, a parte de la alta calidad de su trabajo, organizó este otoño un curso sobre uno de los aspectos que serán críticos durante el descenso energético: el transporte. Según me han referido, la experiencia del curso fue muy satisfactoria, y espero que se repita en futuros años.
Por mi parte, por primera vez yo fui convocado a una audiencia pública en una administración del Estado español. Se trató de una comparecencia delante de la ponencia de energía e industria del Parlamento Vasco, que tuvo lugar el pasado mes de Septiembre a instancias de Bildu (por cierto que su representante parecía ser el único consciente del problema de los límites del crecimiento), y la verdad es que yo no fui el primero que compareció allí para hablar de los serios problemas de sostenibilidad que se nos vienen encima. Esperemos que en los próximos años otras administraciones se avengan a discutir estos problemas.
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Y así concluye mi resumen de este año 2014, en lo que se refiere al Oil Crash. A nivel más personal este año ha sido realmente crucial para mi: en Abril tuve un serio problema de salud que casi me cuesta la vida, y aunque conseguí salir adelante y sin secuelas estuve casi dos meses de baja. Después de eso no he conseguido ponerme completamente al día por diversos motivos: en primer lugar, porque he decidido cuidarme un poco más (respetando las horas de sueño, intentando comer un poco mejor) y también dedicarle un poquito más tiempo a mi sufrida familia. Además, la situación en el trabajo es cada vez más compleja (algún día escribiré un nuevo post sobre la situación del CSIC) y requiere cada vez más de mi tiempo, incluyendo numerosos viajes. Por ese motivo y por los que ya expliqué el año pasado me prodigo menos en charlas y otras actividades públicas, aunque intento fomentar otras menos públicas y conocidas pero importantes para mis planes de transición personales. Quizá Vd. debería hacer lo mismo, querido lector.