por admin » Lun Mar 02, 2015 11:36 pm
Análisis: El mayor éxito de Estado Islámico ha sido seducir a jóvenes occidentales
Amedy Coulibaly, quien llevó a cabo un atentado en París, nació y creció en Francia. Associated Press
La capacidad del Estado Islámico de atraer miles de ciudadanos de Occidente no tiene precedentes en la historia moderna, y podría ser su logro más preocupante. Lo que hace la situación especialmente perturbadora es que una gran parte de estas mujeres y hombres que están dirigiéndose a Siria son creyentes relativamente nuevos del Islam, un indicio de que el sangriento grupo está generando interés mucho más allá de sus raíces ultraconservadoras.
Se trata de personas que se convirtieron del cristianismo o personas que crecieron en hogares no practicantes o ateos, rebeldes en busca de un lazo auténtico, dicen los investigadores del terrorismo. Al rechazar la sociedad moderna y sus reglas, muchos de estos yihadistas se han adherido al culto genocida del Estado Islámico simplemente porque es el contrapunto más obvio a Occidente.
Mathieu Guidere, un experto de la Universidad de Toulouse que lleva cuenta de combatientes occidentales, estimó que más de la mitad son “idealistas desilusionados y revolucionarios”.
“Quieren cambiar el mundo, y encuentran en el yihadismo la única ideología alternativa porque no queda nada más”, dijo Guidere. “Lo que en realidad buscan es una lucha armada y, en el Estado Islámico, la encuentran”.
Cerca de un tercio de los 20.000 combatientes extranjeros que viajaron a Siria e Irak provienen de Europa, Norteamérica y Australia, según personal de inteligencia. La gran mayoría son ciudadanos nacidos en esas regiones y no inmigrantes. Este influjo occidental es mucho mayor que las batallas previas de la yihad, como Afganistán, Bosnia, Chechenia o Irak durante la ocupación estadounidense.
El jueves, un militante enmascarado del Estado Islámico, conocido como “John el Yihadista”, y quien ha aparecido en varios videos de ejecución de rehenes, fue identificado como el ciudadano británico Mohammed Emwazi de Londres, según fuentes familiarizadas con el caso.
Los motivos de los combatientes occidentales usualmente guardan poca relación con Siria hoy en día.
“La razón por la que vienen aquí es porque odian a sus propios países”, dijo Nidal Salem, un comandante del grupo rebelde Ejército Libre Sirio, respaldado por Estados Unidos, que ha enfrentado algunos yihadistas europeos en la provincia de Alepo.
Los seguidores del Estado Islámico que nunca llegan a Medio Oriente pueden ser incluso más peligrosos. Un ejemplo es Amedy Coulibaly, el ciudadano francés que mató a cinco personas en París en febrero, cuatro de ellas en una tienda de productos kosher. El miércoles, las autoridades estadounidenses arrestaron a tres residentes de Brooklyn, en Nueva York, todos residentes legales de EE.UU. oriundos de Uzbekistán y Kazajistán, acusados de trazar planes para llevar a cabo ataques en suelo estadounidense y unirse al Estado Islámico en Siria.
Analistas de terrorismo destacan similitudes sorprendentes entre los seguidores occidentales del Estado Islámico, que usualmente provienen de estratos sociales altos, y los hombres y mujeres jóvenes que se afiliaron a grupos terroristas de origen local como las Brigadas Rojas de Italia o la Fracción del Ejército Rojo en Alemania Occidental en los años 70 y 80.
En ese entonces, la ideología comunista, a pesar de todos los horrores de vivir en países comunistas, parecía aún ofrecer la promesa de una mejor sociedad, más justa y pura. La mayor conquista de la propaganda del Estado Islámico es su capacidad de tocar hoy en día una vena similar con su propia visión utópica, atrayendo a los idealistas aburridos, los inadaptados sociales y los aventureros de Europa. Como los comunistas, el Estado Islámico promete bienestar universal, medicinas gratuitas y justicia social.
“Es básicamente el mismo malestar que inspira también a los activistas de la izquierda extrema”, dijo Thomas Hegghammer, director de investigación de terrorismo del Norwegian Defence Research Establishment, un instituto que realiza estudios y desarrollo a nombre de las fuerzas armadas noruegas. “Mucha gente joven tiene la misma idea de que el sistema occidental capitalista-céntrico no es para ella, y que otra sociedad está surgiendo”.
Para muchas de estas personas, añadió, el Estado Islámico es hoy el equivalente de la Unión Soviética o Cuba en los años 70, “un lugar radicalmente diferente donde puedes observar un modelo social diferente”.
A diferencia de Al Qaeda, que centró su mensaje en expulsar a EE.UU. y sus aliados del mundo musulmán, el Estado Islámico ofrece un proyecto incluso más ambicioso de conquista global. Usualmente presenta imágenes de la Basílica de San Pedro en el Vaticano transformada en una mezquita, un intento no muy sutil de atraer a reclutas con la idea de que el grupo hará de Europa parte de su califato. Algunos combatientes europeos en Siria e Irak parecen creer que en un futuro no muy lejano volverán a casa con ejércitos conquistadores del islam.
“Definitivamente volveremos y no será con pleitesías o algo por el estilo, sino con armas y con nuestros guerreros, y mataremos a quien no acepte el islam o no pague el impuesto protector”, dice Abu Qatada, un corpulento alemán convertido cuyo nombre verdadero es Christian Emde, en un video en una entrevista en diciembre con Jurgen Todenhofer, el único periodista no musulmán invitado a visitar el Estado Islámico.
Aunque los conversos como Emde representan solo una pequeña fracción de las comunidades musulmanas de Europa, conforman cerca de un tercio de los guerreros extranjeros de Francia, el país europeo que más militantes ha aportado a Estado Islámico, y casi un quinto en Alemania, según estudios de terrorismo.
Uno de ellos, el ex rapero alemán Denis Cuspert, más conocido por su nombre artístico Deso Dogg, fue declarado un terrorista global por el gobierno estadounidense este mes por su papel en los esfuerzos de reclutamiento del Estado Islámico, y por sostener una cabeza decapitada en un video del grupo.
Los otros seguidores occidentales del Estado Islámico, aunque criados en familias inmigrantes musulmanas, usualmente han encontrado la religión a una edad más avanzada, a menudo después de incursionar en el crimen, o pasar por crisis personales o depresión, dicen expertos en terrorismo.
Abdurasul Juraboev, de 24 años y uno de los tres supuestos seguidores del Estado Islámico de Brooklyn, se quejó con el representante del grupo vía Internet que sus hermanas ni siquiera saben cubrirse las cabezas según las reglas islámicas, y que sus padres participan en “idolatría”, según el FBI.
Un estudio reciente de jóvenes franceses radicalizados por grupos yihadistas en Siria, conducido por el centro de estudios CPDSI, se basó en información provista por familias de 160 de estos hombres y mujeres jóvenes. Cerca de 80% de estas familias se describen como ateas. En enero, el atacante Coulibaly en París, aunque de origen musulmán, también creció en un hogar no creyente.
“La mayoría de los yihadistas franceses no tienen un pasado musulmán real, ya sea porque son convertidos o porque rechazan, en una dinámica de “renacimiento”, la religión como la practican sus familias y amigos”, dijo Jean-Pierre Filiu, un especialista en islam político de la Universidad Sciences-Po en París.
Con mensajes diseñados para su objetivo demográfico en Occidente, la propaganda del Estado Islámico destaca la emoción de la vida en Siria e Irak frente a la vida apagada de trabajos sin futuro en Europa.
Un reciente artículo en la revista en inglés Dabiq condenó “la esclavitud moderna del empleo, horas de trabajo y salarios, etc.” y destacó, en cambio, la “ganancia más honorable” del botín que se puede obtener en guerras contra los infieles y heréticos.
“Muchos de los combatientes extranjeros son personas jóvenes que están buscando aventura y propósito. Sienten un deseo de hacer algo”, dijo Daniel Byman, coautor de un estudio reciente de los guerreros extranjeros del Estado Islámico en la Brookings Institution. “Para ellos, mucho del atractivo del Estado Islámico no es que tiene una teología sofisticada particular, sino es que es radical”.