por admin » Vie Mar 13, 2015 6:16 am
La caída del euro anima a las firmas europeas y golpea a las de EE.UU.
El derrumbe del euro y las políticas de crédito barato aumentan el optimismo entre las empresas europeas de que la región empieza finalmente a experimentar una recuperación económica digna del nombre. La buena suerte de Europa, no obstante, es un dolor de cabeza para sus competidores estadounidenses, que tienen que aprender a convivir con el alza del dólar.
“Estamos sacando rédito”, reconoce Massimo Vian, presidente ejecutivo del gigante italiano de gafas Luxottica, LUX +0.91% cuyo mayor mercado es América del Norte. Las ventas del cuarto trimestre crecieron 12% en dólares, cuya fortaleza se traduce en mayores ganancias en euros. “De seguir así, evaluaremos la posibilidad de disminuir los precios o incrementar la cantidad de inauguraciones de locales o incluso elevar las inversiones”.
Al cierre de esta edición, la moneda común se cotizaba a 1,064 unidades por dólar, un alza de 0,87% frente al día previo, cuando marcó un mínimo de 12 años.
No está claro si el debilitamiento del euro, el estímulo monetario y el abaratamiento de la energía bastarán para sacar a la zona euro de su prolongado letargo. De todos modos, líderes empresariales, economistas y autoridades están convencidos de que la región al menos comienza a doblar la esquina.
Las empresas estadounidenses que generan buena parte de sus ingresos en el exterior, no obstante, afrontan más problemas para competir en los mercados internacionales y a algunas les preocupa que el debilitamiento del euro apenas esté empezando. “El tipo de cambio se ha vuelto un viento en contra importante”, dijo John Kritzmacher, director financiero de John Wiley & Sons. JWA -1.10% Puesto que cerca de la mitad de la facturación de la casa editorial especializada en textos académicos proviene de fuera de Estados Unidos, los “resultados sienten el impacto adverso del fortalecimiento del dólar, en particular frente al euro y la libra esterlina”, manifestó Kritzmacher el martes durante una conferencia telefónica con un grupo de inversionistas.
Una fuerza poderosa detrás de la caída del euro es el programa de estímulo del Banco Central Europeo anunciado en enero. El BCE imprimirá más de un billón de euros para comprar bonos soberanos y otros activos con la esperanza de elevar la tasa de inflación, que ahora es negativa. “El impacto del programa y de las medidas monetarias previas del BCE es visible”, indicó el martes el presidente de la entidad, Mario Draghi.
Por el contrario, el veloz ascenso del dólar debilita la inflación en EE.UU., alejándola de la meta de 2% en 12 meses fijada por la Reserva Federal. Eso podría hacer que la Fed lo piense dos veces antes de empezar a subir las tasas en los próximos meses. La presidenta del banco central de EE.UU., Janet Yellen, señaló en su comparecencia ante el Congreso en febrero que el organismo subirá las tasas una vez que se sienta “razonablemente seguro” de que la inflación se encamina a la meta de 2% anual, después de pasar casi tres años por debajo de esa cifra.
Alemania, una potencia exportadora, sería uno de los principales beneficiarios de la devaluación del euro. “El ánimo de los consumidores alemanes es el más positivo que ha existido en años”, asevera Oliver Bartels, portavoz de la cervecera Brauerei Becks & Co., con sede en Bremen. “Estamos lanzando al mercado más productos premium y de precios altos, puesto que están teniendo una buena acogida en este momento”, agrega.
El envión económico es incluso más bienvenido en Francia e Italia, la segunda y la tercera economías de la zona euro, que a duras penas se expanden. “Obtenemos un aumento importante de los márgenes”, dice Eric Rumeau, presidente ejecutivo de Mapaero, un fabricante francés de pinturas para el sector aeronáutico.
La aerolínea Air France-KLM SA AFLYY +0.66% no está del todo conforme. Cerca de 40% de sus costos son en dólares, en su mayor parte combustible, de modo que el fortalecimiento de la divisa estadounidense cancela el efecto positivo de la caída del petróleo. La línea aérea, no obstante, espera que la depreciación del euro revitalice la economía europea y sus ventas en la región. También está reforzando sus campañas publicitarias para que los turistas estadounidenses pasen sus vacaciones en Europa.
La casa italiana de moda Salvatore Ferragamo SFER.MI +1.40% está logrando un impulso tanto de sus ventas globales como de los turistas que llegan a Europa desde América del Norte o Asia, subraya su presidente ejecutivo, Michele Norsa. “Hemos visto que los chinos gastan dinero en todo el mundo”, asevera. “La dinámica de nuestros locales minoristas en Italia (…) también ha sido extraordinaria”. Los visitantes de China gastaron en Europa 34% más en enero que en igual mes del año pasado, informa Marie Bergfelt, vocera de Global Blue, una empresa suiza que procesa devoluciones de impuestos para los turistas.
Las compañías estadounidenses, en cambio, ven más que nada efectos negativos. El descenso del euro “nos perjudica”, afirmó Jeffrey Jacobson, vicepresidente ejecutivo a cargo de la división de tecnología de Xerox Corp. XRX -1.55% en un reciente encuentro con inversionistas. Xerox generó alrededor de 20% de sus ingresos del año pasado, de US$19.500 millones, en Europa.
Mondelez International Inc., MDLZ +1.92% el conglomerado que fabrica los chocolates Cadbury y las galletas Oreo, obtiene 80% de su facturación en monedas que no están vinculadas al dólar. El grupo anunció la semana pasada un aumento de los precios en Europa para compensar la devaluación del euro. Su presidenta ejecutiva, Irene Rosenfeld, reconoció en una conferencia telefónica con analistas que los consumidores habían optado por alternativas más baratas y que las ventas habían caído. “No cabe duda. En Europa, en particular, enfrentamos vientos en contra de corto plazo conforme los consumidores y los clientes se adaptan a los nuevos precios”, dijo.
Las fluctuaciones en los mercados de divisas demorarán en impactar los precios y las ganancias de muchas compañías. El vitivinicultor francés Gilles Crochet, por ejemplo, dice que todavía no siente el impacto de la devaluación del euro. Aunque exporta 65% de su producción y EE.UU. es su principal mercado, sus pedidos se realizan y sus precios se fijan con un año de antelación. “No pienso mucho en la moneda”, sostiene. “Somos artesanos, no comerciantes”.