por admin » Jue Oct 07, 2010 5:58 am
El próximo gran salto adelante de China
Por Gary S. Becker
Acabo de pasar dos semanas dando clases en China y Hong Kong y analizando el desarrollo económico chino con muchos economistas, hombres de negocios y funcionarios gubernamentales. El progreso de China desde mi primer viaje allí en 1981 ha sido verdaderamente notable y espero que siga con un considerable crecimiento en la próxima década. Sin embargo, todavía enfrenta muchos desafíos si quiere moverse más allá de su estatus de país de ingresos medios al exclusivo club de los países de altos ingresos per cápita.
Ningún país en el mundo moderno ha logrado obtener un crecimiento económico persistente sin depender considerablemente de la empresa privada y de mercados privados descentralizados. Todas las economías planificadas centralmente no lograron un desarrollo sostenido, incluyendo a la Unión Soviética antes de que colapsara, China antes de las reformas de mercado de la década de los años 70 y Cuba desde la revolución de Castro a fines de la década de los años 50.
.El sector privado de China ha obtenido una posición líder en el mercado de los textiles, electrónicos y otros bienes de consumo. Siguió el modelo de los "tigres asiáticos"- Hong Kong, Singapur, Corea del Sur y Taiwán- y dependió fuertemente de las exportaciones producidas con mano de obra barata. Durante este proceso, China ha acumulado enormes reservas, como hicieron otras economías de rápido crecimiento en décadas pasadas como Taiwán y Japón.
Los países pobres como China no necesitan hacer todo bien para crecer rápidamente en base a sus exportaciones a los más ricos. Solamente necesitan tener sectores fuertes que utilicen los mercados mundiales para impulsar el crecimiento de toda la economía. La rápida expansión de Japón entre los años 60 y 80 fue liderada por un sector manufacturero altamente eficiente.
Sin embargo, al mismo tiempo Japón tenía un gran e ineficiente sector de servicios y uno agrícola que estaba repleto de subsidios e incentivos ineficientes.
En forma similar, la economía de China todavía tiene un exceso de empresas de propiedad estatal (EPEs) con demasiado personal y baja productividad. Su importancia se ha reducido con el tiempo, pero los economistas chinos creen que todavía controlan la mitad del Producto Interno Bruto no agrícola. Un ejemplo crucial es el sector financiero, controlado por el estado, que otorga créditos baratos a otras empresas controladas por el sector público grandes, ineficientes y poco rentables. La economía de China también sufre por los amplios controles de precios, las restricciones a la migración y muchas otras barreras estructurales al crecimiento eficiente.
Algunas democracias, como el Japón de la posguerra, han aplicado las reformas económicas necesarias para lograr un crecimiento económico sostenido. India, por ejemplo, experimentó un rápido crecimiento luego de que comenzó en 1991 a dejar atrás su orientación socialista y alentó a la inversión y la iniciativa privadas. Pero el progreso económico ha sido rápido también bajo gobiernos autocráticos, incluyendo el caso de Chile bajo Augusto Pinochet, Singapur bajo Lee Kuan Yew y Taiwán bajo Chan-Kai-shek. Normalmente, sin embargo, la libertad personal ha crecido junto con el rápido progreso económico en los gobiernos autocráticos. Chile, Taiwán y Corea del Sur, por ejemplo, se convirtieron en vibrantes democracias luego de crecer rápidamente por varios años.
Algo similar ha ocurrido en China. El nivel de libertad personal en China hoy es enormemente más grande que en 1981, cuando la gran mayoría de la población esencialmente no tenía libertades personales. Internet, en particular, le ha dado a cientos de millones de chinos acceso a todo tipo de información, incluyendo lo que ocurre en las democracias y las críticas a las políticas de su gobierno. El gobierno intenta activamente censurar Internet, pero estos bloqueos son fácilmente eludidos. Los estudiantes y otros dicen que "trepan el muro" utilizando un software barato (apropiadamente, fabricado en Estados Unidos) que les da acceso directo a Internet en Hong Kong, evitando así a los censores.
No sé cuán pronto China evolucionará a un sistema político con partidos que compitan entre sí o si continuará teniendo un liderazgo efectivo bajo su estructura de partido único. Pero en la medida en que la economía siga desarrollándose va a ser imposible evitar que las libertades personales se expandan, incluyendo la libertad de criticar las políticas económicas y sociales.
Los mercados globales permiten a los países pobres crecer rápidamente por un tiempo pero es mucho más difícil crecer más allá de los niveles de ingresos medios. Mucho se ha hablado de que hace un mes el Producto Interno Bruto agregado de China superó al de Japón. Pero todo lo que esto significa es que el ingreso per cápita de China es alrededor del 10% del de Japón, dado que su población es alrededor de diez veces más grande que la del país nipón. A pesar de sus grandes avances económicos, China tiene mucho camino por delante antes de transformarse en un país rico.
Las empresas chinas pertenecientes a los gobiernos locales han sido más eficientes que las nacionales. Esto principalmente se debe a que a que los gobiernos locales tienen que competir entre ellos, mientras que las compañías nacionales frecuentemente reciben posiciones monopólicas. Pero la competencia entre las empresas del gobierno es un sustituto parcial para la competencia entre compañías de propiedad privada. Si China quiere seguir creciendo rápidamente tendrá que reducir el alcance de las compañías del estado, especialmente las nacionales y expandir mucho el sector privado en el negocio financiero, el de las telecomunicaciones y en muchas otras áreas.
Los países en desarrollo mejoran su base tecnológica importando tecnologías y conocimiento generado en los países avanzados. China ha alentado la inversión extranjera directa en parte para obtener acceso a las tecnologías de Japón, Estados Unidos, Alemania y otros países. Usar las tecnologías desarrolladas por otros es todavía importante luego de que los países llegan a los niveles de ingresos medios, pero esas naciones también deben desarrollar más sus propias tecnologías si quieren avanzar mucho más.
Para lograr esta transición, China ha estado promoviendo las inscripciones a las universidades y a su creciente sector de investigación y desarrollo. La concurrencia a las universidades en China ha crecido mucho desde fines de la década de los años 90, impulsada por el veloz incremento en los ingresos de los individuos que acceden a la educación superior. China está innovando más, pero todavía está muy por detrás de Estados Unidos, Japón y otros países ricos.
En cuanto a la moneda china, es verdad que el yuan está considerablemente subvaluado debido a la continua intervención de Beijing en el mercado de divisas. Pero el subvaluado yuan es un regalo para los consumidores estadounidenses y de otros países debido a que hace a los productos chinos mucho más baratos.
En efecto, China vende productos baratos al resto del mundo y recibe a cambio bonos estadounidenses y otros valores que casi no pagan intereses y que se depreciarán una vez que la tasa de inflación se acelere en Estados Unidos. Esas son las principales razones por las que China debería avanzar hacia la flotación del yuan.
Muchos funcionarios chinos creen que una sustancial apreciación del yuan hará que las compañías públicas sean todavía menos competitivas, lo que incrementaría el desempleo y el descontento social a medida que esas empresas se contraen. Sin embargo, una moneda subvaluada no solamente conduce a una acumulación adicional de títulos sino que también debilita los incentivos que tienen las compañías chinas para abastecer la demanda doméstica – la cual es notablemente débil- y para incrementar sus exportaciones para que incluyan productos de mayor calidad.
Existe un tremendo entusiasmo y orgullo entre los chinos con respecto a sus logros económicos y una creciente confianza de que China está volviendo a su status de potencia de hace siglos. Esto se ve reflejado en la enorme energía de sus profesionales, emprendedores y trabajadores. También se refleja, de manera menos atractiva, en la postura más agresiva de China hacia Japón y otros vecinos.
Sin embargo, con un poco de liderazgo inteligente, junto con una mayor con una mayor fe en la competencia y los mercados privados, las perspectivas de China de obtener un crecimiento continuado – y una rápida mejora en la situación de los hijos y nietos de la presente generación- son fuertes.
Gary Becker, premio Nóbel de Economía en 1992, es profesor en la Universidad de Chicago y catedrático de la Hoover Institution.