por admin » Mar Dic 15, 2015 7:55 am
La crisis de los bonos chatarra en EE.UU., con riesgo de contagio
Oficinas de Pacific Investment Management Co (Pimco) firma, cuyos fondos de bonos emergentes han estado bajo presión este año. ENLARGE
Oficinas de Pacific Investment Management Co (Pimco) firma, cuyos fondos de bonos emergentes han estado bajo presión este año. Photo: mike blake/Reuters
Por Mike Cherney, Lesley Josephs y Sarah Krouse
Lunes, 14 de Diciembre de 2015 23:40 EDT
La fuga masiva de inversiones en deuda chatarra se profundizó el lunes en Estados Unidos, cuando los bonos de decenas de empresas de baja calificación cayeron a nuevos mínimos y las acciones de algunas de las grandes firmas de gestión de activos fueron arrastradas en la misma dirección.
Los descensos reflejan la acumulación de preocupaciones sobre el acceso al financiamiento de empresas de riesgo, la capacidad para vender bonos de baja calificación sin descuentos y el efecto dominó del cierre de un fondo de bonos basura. En conjunto, esas preocupaciones alimentan el temor de los inversionistas de que el sector de fondos mutuos de EE.UU. enfrente una salida de capitales que ponga a prueba su capacidad de atender los pedidos de reembolsos.
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El mercado de bonos de alto rendimiento de EE.UU. ha sido castigado desde que la semana pasada Third Avenue Management LLC impidió a sus inversionistas retirar dinero de un fondo de deuda chatarra de US$789 millones, para luego decidir su cierre.
La venta masiva de deuda corporativa estadounidense encendió las alarmas en el mercado global de bonos y ha reavivado la atención sobre los mercados emergentes como la siguiente área de mayor vulnerabilidad.
La ola de ventas de bonos chatarra estadounidenses se inició en el sector energético, que representa alrededor de 13% del mercado de deuda como resultado de la masiva toma de crédito de la industria para alimentar el auge del esquisto, según Henderson Global Investors.
Esos bonos han estado bajo presión en medio de la caída del crudo. El rendimiento promedio de estos bonos se ubicaba el viernes en torno a 8% anual, según Markit, frente a un mínimo de 5,8% a finales de abril.
Los crecientes signos de tensión en EE.UU. han repercutido al otro lado del Atlántico. Muchos inversionistas europeos están preocupados de que los fondos globales de deuda chatarra tengan que vender bonos europeos para cumplir con los pedidos de reembolsos de sus ansiosos clientes.
El mercado de bonos basura de Europa equivale aproximadamente a un tercio del de EE.UU., que es de alrededor de US$1,4 billones, según Henderson Global Investors. El derrumbe del precio del petróleo ha tenido un menor impacto en Europa, dado que sólo cerca de 6% de esos papeles son del sector de energía.
El rendimiento promedio de los bonos chatarra europeos se ha incrementado de 4,6% al inicio de diciembre a 5,4% el lunes, según Markit. Los rendimientos aumentan a medida que los precios caen.
La volatilidad de los bonos en EE.UU. acentúa los temores de que eso pueda acelerar la retirada de capitales de los bonos emergentes. Los emitidos por empresas de esas economías se han más que cuadruplicado en los 10 años hasta 2014, según datos del Fondo Monetario Internacional. Este año, los inversionistas ya han estado retirando capitales de esos países, inquietos por signos de que el endeudamiento se estaba disparando a niveles difíciles de sostener ante la perspectiva de un alza de tasas de la Reserva Federal de EE.UU., que en su reunión de este martes y miércoles puede tomar la decisión de ajustar las tasas de referencia.
En EE.UU., las acciones de algunos fondos que cotizan en bolsa (ETF, por sus siglas en inglés) basados en deuda de alto rendimiento cayeron nuevamente el lunes después de sufrir el viernes. Las acciones del ETF iShares iBoxx $ High Yield Corporate Bond retrocedieron 0,87% el lunes tras una caída de 2% el viernes, la peor desde 2011.
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Muchos de los bonos individuales más negociados también tuvieron un lunes en rojo, incluyendo la deuda de la empresa de servicios de electricidad Dynegy Inc., el conglomerado de cable Charter Communications Inc. y la energética Oasis Petroleum Inc.
Las acciones de las empresas de gestión de activos que cotizan en bolsa también sufrieron por las preocupaciones que disparó la situación de Third Avenue Management. Los títulos de Waddell & Reed Financial Inc. cayeron más de 7,7%. Las acciones de Franklin Resources Inc., el operador de fondos de inversión con la mayor cartera de bonos basura, bajaron 3,3%. Los títulos de Affiliated Managers Group Inc., que posee una participación en Third Avenue, bajaron 6,7%, mientras que los del gigante de los fondos BlackRock Inc. bajaron 1,5%.
“Parece una reacción un poco exagerada en las acciones sobre la base a las noticias específicas, pero alienta cierta preocupación de que podríamos estar en el final de un ciclo económico”, dijo Luke Montgomery, analista de Sanford Bernstein.
La sangría del mercado ha puesto un renovado enfoque en la liquidez del mercado de bonos, así como en la posibilidad de comprar y vender deuda fácilmente sin sufrir importantes descuentos. Muchos inversionistas dicen que los bancos, que tradicionalmente servían como corredores, han reducido sus inventarios de bonos en respuesta a las nuevas regulaciones posteriores a la crisis, y que ese cambio ha hecho más costosas las transacciones con deuda empresarial.
Wil Stith, gerente de portafolio de Wilmington Trust, dijo que era una suerte que su firma no necesitó vender deuda del sector energético o minero la semana pasada. “Si hubiésemos tenido que hacerlo, habría sido muy difícil”, dijo. “La liquidez es terrible”.
Algunos operadores dijeron que los mayores descensos se limitaron a la deuda basura, aquella que tiene calificaciones por debajo de BBB-. Mary Talbutt, gerente de cartera y corredora de Bryn Mawr Trust Co., cuenta que no estaba teniendo problema en las transacciones con deuda de empresas que tienen calificaciones de grado de inversión.
En los años posteriores a la crisis financiera, los inversionistas se volcaron a la deuda basura aprovechando los bajos precios de los bonos y apostando a que la economía estadounidense se dirigía hacia la recuperación. Pero desde entonces, han retirado dinero de los fondos de inversión de alto rendimiento por tres años consecutivos, según datos de Thomson Reuters Lipper, incluyendo US$10.500 millones en lo que va de este año.
Los bonos estadounidenses de alto rendimiento y la deuda de los países emergentes, tanto soberana como empresarial, comparten varias características. Pueden ser lucrativas, ya que pagan cupones generosos para atraer a los inversionistas. Sin embargo, tales retornos reflejan el mayor riesgo de problemas potenciales, entre ellos un pobre gobierno corporativo o cambios bruscos en la rentabilidad.
Hasta hace poco, los beneficios potenciales de la deuda de mercados emergentes habían dominado el interés de los inversionistas. Ahora, parte de la preocupación es que los fondos que invierten en ese tipo de deuda puedan retraerse con la misma facilidad con que llegaron.
“La deuda de los mercados emergentes ha aumentado sustancialmente: un alto apalancamiento en un escenario de endurecimiento de las condiciones de financiación representa un desafío importante”, advirtieron en un informe reciente los analistas de Morgan Stanley.
Los 15 mayores fondos de deuda de mercados emergentes atrajeron una entrada neta de capitales de US$65.700 millones entre 2009 y 2014, según Morningstar, a pesar de las salidas netas en 2013 y una recuperación tibia en 2014. Uno de los mayores fondos de este tipo, gestionado por Stone Harbor Investment Partners Ltd., tuvo un momento de auge en el que los activos bajo gestión pasaron de US$880,8 millones a finales de 2009 a US$6.000 millones en noviembre pasado.
Esos mismos 15 fondos, incluidos los gestionados por Pacific Investment Management Co. (Pimco), T. Rowe Price y HSBC Global Asset Management, han estado bajo presión este año. Sus salidas netas de dinero hasta noviembre totalizaron US$4.900 millones, más de lo que salió en todo 2013.
En el último mes, el valor global de los bonos de mercados emergentes ha caído alrededor de 2%, según el J.P. Morgan Emerging Market Bond Index, aunque aún registra una mejora de 1,1% respecto de finales del año pasado.
Los volúmenes de operaciones en deuda emergente se encuentran en sus menores niveles en años, y la creciente dificultad y el costo de entrada y salida de estos mercados han dejado a muchos inversionistas con mucha disponibilidad de efectivo para el que no les resulta fácil encontrar destino.
“Cuanto más liquidez bombearon los bancos centrales, menos y menos líquidos se han vuelto los mercados”, dijo Ashley Perrot, jefe de renta fija para Asia de UBS Global Asset Management.
Los problemas de los fondos que invierten principalmente en deuda chatarra estadounidense podrían tener un derrame directo, ya que muchos de ellos asignan una parte de sus fondos —a veces hasta 20%— a deuda de mercados emergentes, dice Barclays. Incluso si parte de esa deuda tiene buen desempeño, los administradores de dinero podrían vender los valores que les generan ganancia si necesitan liquidez para atender los pedidos de reembolsos.
Al mismo tiempo, los fondos que están obligados a invertir sólo en deuda de alta calidad son forzados a deshacerse de sus tenencias a medida que la rebaja de calificación empuja a muchos de esos títulos desde grado de inversión a deuda chatarra.
Algunos gestores de activos argumentan que el efecto multiplicador de los problemas en los bonos de alto rendimiento de EE.UU. puede ser limitado a medida que los inversionistas nerviosos respecto de los mercados emergentes muevan su dinero.
“Ha habido fuertes salidas de fondos [de los bonos de mercados emergentes] al principio del año”, dijo Arthur Lau, codirector de renta fija de mercados emergentes en PineBridge Investments. “¿Puede la ola de ventas de bonos basura de EE.UU. desencadenar otra ronda de liquidación de deuda emergente? Podría ser posible, pero el margen de maniobra es limitado”.
En Europa, el nerviosismo de los mercados se reflejó en parte en el mayor costo del seguro contra el riesgo de default: asegurar por dos meses US$10 millones en bonos europeos de alto rendimiento con swaps a cinco años subió a un máximo de US$360.000 anual el lunes, según Markit, frente a US$339.000 el viernes y US$294.000 hace una semana.
La deuda relacionada con commodities fue golpeada con especial dureza. El costo anual de asegurar contra incumplimiento US$10 millones de la deuda de la siderúrgica ArcelorMittal pasó el lunes de US$87.000 a US$923.000, según Markit. Los inversionistas tuvieron que pagar US$310.000 para asegurarse contra un incumplimiento en los bonos de Thyssenkrupp AG , un alza de US$50.000 en un día.
Se trata de “un paso significativo. Muestra que definitivamente que se está sintiendo algún dolor”, dijo Simon Colvin, analista de Markit.
“Cuando la gente tiene salidas [de fondos], vende lo que puede vender, no lo que quiere vender”, dijo Antoine Cornut, director de inversiones de Camares Capital LLP, un gestor de inversiones de crédito con sede en Londres, con US$550 millones en activos.
—Fiona Law, Christopher Whittall, Anjani Trivedi, Matt Wirz y Corrie Driebush contribuyeron a este artículo.