por admin » Mié Oct 27, 2010 3:17 pm
La Unión Europea presiona a China para que abra sus licitaciones
Buscando el acceso a los contratos públicos, el bloque urge a Beijing a firmar un tratado de 1996
Por John Miller
BRUSELAS- En medio de la reyerta global por la política cambiaria de Beijing, la Unión Europea (UE) está encabezando una carga contra China en otro frente: los contratos públicos.
China limita las ofertas en la mayoría de los contratos públicos a las compañías cuya marca y tecnología están registradas en China, una categoría que incluye a muchas empresas extranjeras, pero que también puede ser utilizada como una herramienta para mantenerlas afuera.
Esa es la razón por la que un pilar fundamental de la nueva estrategia para el año 2020 de la UE, que se presentó este miércoles a altos funcionarios del bloque, es una exigencia para que las firmas europeas reciban un trato justo en las denominadas compras públicas.
Las reglas para las compras públicas son parte de un amplio esfuerzo por parte del gobierno chino para promover la "innovación local" y para ayudar al país a volverse menos dependiente de las manufacturas baratas.
Pero han provocado protestas entre las compañías tecnológicas extranjeras, muchas de las cuales se quejan de que el tablero está inclinado en su contra y a favor de las empresas chinas, particularmente en el sector estatal. Las firmas extranjeras dicen que enfrentan crecientes obstáculos cuando tratan de vender en China, incluyendo estrictas regulaciones sobre estándares, pruebas y ensayos y certificaciones.
.Aunque el gobierno central de China sostiene que no discrimina contra las empresas extranjeras en las compras públicas, las reglas han alentado a las administraciones locales a dejar fuera a las firmas foráneas de las licitaciones por miles de millones de dólares.
Los países europeos han sido tradicionalmente más conciliadores respecto a China en los asuntos comerciales que Estados Unidos pero esto está cambiando en medio de las crecientes exportaciones del gigante asiático a una región que está luchando contra un alto desempleo. Los funcionarios de la UE, así como los líderes empresariales, están crecientemente dispuestos a criticar abiertamente a China, dejando de lado las preocupaciones por la posibilidades de que ataques abiertos puedan generar represalias.
El año pasado, se difundieron reglas para las compras gubernamentales, que indicaban que las compras de equipos de alta tecnología serían limitadas a la tecnología desarrollada localmente. Esto llevó a empresas de Estados Unidos, Europa y Asia a dar un paso sin precedentes y hacer una protesta conjunta.
El gobierno luego revisó las reglas, retirando parte del lenguaje más restrictivo, pero las empresas y las asociaciones de firmas extranjeras continuaron protestando.
Los funcionarios europeos dicen que esperan presionar a China a conceder una mayor apertura urgiendo a ese país a firmar el Acuerdo para Compras Gubernamentales (GPA, por su sigla en inglés), un tratado poco conocido de 1996 firmado entre los 41 miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC). China integra un grupo de importantes economías emergentes que están negociando para sumarse al pacto en un momento en el que los paquetes de estímulo económico está hizo que el rol de los gobiernos ganara más importancia.
Con la ronda de Doha de conversaciones comerciales en un segundo plano, "la única negociación comercial global con algún latido es el GPA", dice Simon Evenett, un economista especializado en comercio de la universidad de Saint Gallen, en Suiza. "Es un acuerdo con claros ganadores empresariales y no es amorfo", comentó. La ronda de Doha, que se concentró en la agricultura y en abrir los mercados a los países en desarrollo, nunca obtuvo apoyo de las empresas más grandes del mundo, recordó.
Estados Unidos también ha pedido a China que se sume a este acuerdo pero la UE puede permitirse ser más agresiva porque la disposición Compre Estadounidense (una cláusula que exige que los proyectos financiados con dinero del estímulo económico empleen materiales fabricados en EE.UU.) en el reciente paquete de estímulo económico debilita la posición del país norteamericano, dicen los funcionarios de la OMC.
Las reglas de la UE impiden a sus 27 miembros proteger sus mercados del ingreso de empresas de sus socios en el bloque y por extensión de las que provienen de países que no forman parte de la unión como Estados Unidos y China. Solamente la industria militar está eximida de esta normativa.
La nueva estrategia europea llama a que haya más "simetría en acceso al mercado de las compras públicas en los países desarrollados y en las grandes economías emergentes". Esto último refiere a China.
La recesión ha incrementado la presión sobre la UE para abrir los grandes mercados de los países en desarrollo a sus propias empresas. Los proyectos de infraestructura de China –cuyo reciente paquete de estímulo económico alcanzó los US$586.000 millones- hacen a ese país el objetivo principal de compañías como la alemana Siemens AG, la francesa Alstom y la Compañía Europea Aeronáutica de Defensa y el Espacio, la casa matriz de la fabricante de aviones Airbus.
El GPA garantiza la no discriminación en los contratos que superan un umbral – de US$7,6 millones en los proyectos de construcción y de US$500.000 en los acuerdos de servicios. Alrededor de US$2 billones (millones de millones) en contratos públicos son licitados cada año, de acuerdo con una investigación publicada este año por Business Europe, un grupo de presión con sede en Bruselas.
En julio, China presentó una oferta ante la OMC que fue considerada insuficiente porque incluía solamente al gobierno central y eximía a ricos gobiernos provinciales y a las más importantes empresas estatales, explicaron funcionarios de la OMC. Los funcionarios chinos dicen que revisarán la oferta antes del plazo límite de junio de 2011, pero advirtieron que la nueva propuesta debe tomar en cuenta en forma realista la situación económica del país.
Andrew Batson contribuyó con este artículo