por admin » Mié Ene 19, 2011 12:28 pm
SPANISHJANUARY 19, 2011, 12:08 P.M. ET
Con Jobs en licencia médica, ¿se mantendrán saludables las acciones de Apple?
Por Brett Arends
Ay, Dios mío.
Las noticias de que Steve Jobs tomará otra licencia médica de Apple son un mal augurio.
Todos le desean lo mejor al presidente ejecutivo de Apple. Esperemos que eso sea temporal y que se recupere con rapidez. Apple afirma que Jobs planea continuar como presidente ejecutivo mientras está de licencia. Eso suena esperanzador.
Pero ahora los inversionistas avanzan a ciegas. ¿Cuán enfermo está Jobs? ¿Cuánto tiempo estará ausente? No lo sabemos. Apple no lo dice. Jobs pidió privacidad. En un nivel personal, todos pueden entenderlo. Pero no ayuda a los accionistas.
Las acciones de Apple cayeron alrededor de 6% en las operaciones fuera de EE.UU. el lunes luego de que se conociera la noticia. Pero era un día liviano para los mercados europeos. Wall Street estaba cerrada porque era feriado en EE.UU. Cuando los mercados reabrieron el martes, las acciones de Apple cayeron 2,3%. Los inversionistas tuvieron que digerir las noticias sobre el presidente ejecutivo así como las ganancias más recientes de la temporada de Navidad.
Sin embargo, el miércoles, luego de que la empresa anunciara un aumento en sus ganancias de 78% el martes por la tarde, los títulos de Apple avanzaban 2,94% a US$343,59. Algunos analistas indicaron que de no haberse conocido los quebrantos de salud más recientes de Jobs, la acción se habría disparado mucho más.
¿Qué se puede prever? Si esto resulta ser una licencia temporal, por motivos médicos comparativamente menores, entonces esto no debería tener mucho efecto en sus acciones a mediano plazo. A quién le importa si Jobs debe trabajar desde su casa por un par de meses.
Pero si la ausencia es más larga y el problema más severo, es otra historia.
¿Cuán importante es Steve Jobs para Apple? Pregúntese esto: si hoy se hubiera levantado y se hubiera enterado de que Steve Jobs se había alejado de Apple para trabajar en Sony como presidente ejecutivo, con una gran participación en esa empresa, se inclinaría por comprar acciones de Sony? Apuesto a que sí.
Si se hubiera despertado y se hubiera enterado de que Steve Jobs se había pasado a Motorola bajos términos similares, ¿querría salir y comprar acciones de Motorola? Apuesto a que la respuesta es la misma.
En los últimos 13 años, Steve Jobs ha probado ser el presidente ejecutivo más extraordinario del mundo y estar entre los más extraordinarios que se recuerden. Su liderazgo agrega un valor enorme. Por lo tanto su ausencia debe sustraer un valor enorme. Eso es básico, casi un axioma matemático. No hay forma de que sea distinto.
Mire dónde estaba Apple antes de que Job regresara a liderarla en 1997. Cuando su predecesor, Gilbert Amelio, se retiró en julio de 1997, las acciones valían el equivalente de US$3,34 cada una, según los términos actuales. El viernes valían US$342. Cien veces más.
Los verdaderos creyentes en Apple podrían sostener que la empresa continuará teniendo éxito, más allá de sus líderes, debido a su tecnología superior. Sin embargo las computadoras de Apple eran mejores que las PC en 1997, como lo eran en 1987 y como lo son hoy. Pero la empresa de todos modos iba camino a ser olvidada. La brillantez tecnológica no es suficiente para lograr que los accionistas se vuelvan ricos. También hace falta brillantez en la administración. Steve Jobs le ha dado a Apple un enfoque y una particularidad que tienen muy pocas otras empresas. Esta es una industria que avanza con rapidez y brutalmente competitiva. El aparato que el año pasado era de última tecnología es el pisapapeles del año próximo. La iPad ya se encamina a ser historia, aunque la iPad II está en camino, y una variedad de rivales está por aparecer.
La diferencia entre ganar y fracasar en esta industria es tan delgada como un papel. Empresas como Nokia y Sony han tenido problemas en los últimos años no debido a unos pocos, grandes y obvios errores que eran fáciles de evitar, sino debido a un efecto acumulativo de muchos pequeños errores a lo largo del tiempo. Tim Cook, el presidente ejecutivo interino, quizás haga un trabajo perfectamente bueno. Aún está por verse si resultará ser tan brillante como Jobs.
Hace dos años, cuando Steve Jobs tomó licencia para recibir un transplante de hígado, las acciones de Apple cayeron brevemente alrededor de 5%. Fue pasajero. Luego la acción rebotó con rapidez y alcanzó nuevos récords. Algunos inversionistas podrían pensar que la historia se repetirá.
Pero muchas cosas cambiaron desde entonces. La situación hoy es muy distinta, y más riesgosa.
En esa época, las acciones de Apple eran mucho más baratas. Cada acción salía sólo unos US$85, o alrededor de 2,3 veces las ventas y cinco veces el flujo de efectivo. Luego, Apple fue valorada en US$50.000 millones netos de efectivo. Hoy son US$294.000 millones.
Hoy, todos menos un analista en Wall Street califica a la empresa para "comprar", un grado de casi unanimidad que es de mal agüero. La historia no ha sido amable con las acciones que aman todos los analistas.
Naturalmente, la empresa disfruta de grandes fortalezas con o sin Steve Jobs en el timón. Efectivamente controla un ecosistema tecnológico completo: iPhones, iPad, Macs, iTunes y aplicaciones. A alrededor de 17 veces los pronósticos de ganancias, la acción no es costosa en bruto. Tiene efectivo neto y es una máquina de efectivo. Muchos clientes aparentemente son insensibles al precio, y sigue habiendo un potencial de crecimiento significativo, en especial fuera de EE.UU.
Sin embargo ahora Apple tiene un precio de US$300.000 millones. Es bastante difícil lograr que una empresa tan grande crezca. La semana pasada confesé que había sido demasiado cauteloso sobre las acciones de Apple en los últimos 18 meses. Y pregunté qué haría falta para seguir estando equivocado. Si Apple continúa subiendo al mismo ritmo, escribí, se encaminaría a US$1.000 por acción en un par de años. ¿Podría pasar? De ser así, ¿cómo?
Los números solos mostraron lo grande que es el desafío. Los inversionistas de Apple necesitarían un desempeño absolutamente heroico por parte de la empresa para que ocurra algo así. Honestamente, yo no apostaría a que suceda, aunque por supuesto muchos lo harán.
La salud de Steve Jobs ha sido una preocupación en segundo plano para los accionistas de Apple. Si usted es un inversionista de Apple, felicítese por su buena suerte, pero esté consciente de los riesgos. Son cada vez más, no menos. Y este, desafortunadamente, es otro.