por admin » Mar Abr 05, 2011 3:14 pm
El dilema de Siemens en Irán
El conglomerado alemán prometió retirarse del país, donde sus ingresos se han disparado
Por David Crawford y Vanessa Fuhrmans
Una protesta en Munich contra los negocios de Siemens en Irán en enero de 2010
.Un año después de que el gigante alemán de ingeniería Siemens AG se comprometió a retirarse de Irán debido a presiones internacionales, la empresa afronta un problema espinoso: un incremento de casi 50% en sus ingresos en la república islámica.
Siemens mantuvo su promesa de no emprender nuevos proyectos en Irán, pero sus negocios existentes ponen de relieve cómo los intentos internacionales por limitar las ambiciones nucleares de Teherán han tenido un impacto limitado en la capacidad del país para captar la tecnología y el conocimiento que necesita para mantener su infraestructura general.
El Departamento de Estado de Estados Unidos y la Unión Europea declinaron referirse al tema.
Las actividades de Siemens en Irán revelan que Teherán depende de una herramienta poderosa para preservar sus vínculos comerciales con conglomerados internacionales.
Aunque Siemens tratara de salir por completo de Irán, las reglas que gobiernan el comercio internacional dificultan que la compañía pueda hacer una clara separación. "De otra manera podríamos ser acusados de violar contratos y encarar pagos indemnizatorios", dijo el presidente ejecutivo de Siemens, Peter Löscher, en la reunión de accionistas de la compañía en enero.
En el último ejercicio fiscal de Siemens, que terminó el 30 de septiembre, los ingresos de la compañía provenientes de Irán treparon más de 20% frente al año anterior para alcanzar 680 millones de euros, unos US$967 millones, dijeron fuentes familiarizadas con el asunto.
Siemens no ha violado ninguna sanción impuesta por EE.UU. ni la UE dirigida a incapacitar el programa nuclear de Irán y el desarrollo de nuevos ingresos por concepto de petróleo y gas. Sus actuales negocios en Irán derivan de contratos existentes desde años anteriores.
Hasta que dejó de participar en las licitaciones para nuevos proyectos el año pasado, Siemens buscó vigorosamente y se adjudicó contratos de largo plazo por miles de millones de dólares en Irán.
.En 2006, por ejemplo, Siemens ganó un contrato de 294 millones de euros para suministrar 150 locomotoras para los ferrocarriles de Irán. En los dos años siguientes, asimismo, obtuvo numerosos pedidos por varios millones de euros para proveer turbinas de gas y compresores a empresas eléctricas del país.
Una evaluación de los abogados de Siemens estimó que las multas legales potenciales por anular los contratos existentes de la compañía en Irán podrían ascender hasta un máximo de 4.000 millones de euros, si fueran juzgados en un tribunal de arbitraje suizo, como especifican muchos contratos de Siemens con socios iraníes, dijo una fuente cercana.
La decisión de Siemens de seguir cumpliendo tales contratos, sin embargo, amenaza con complicar sus relaciones con otro cliente importante: el gobierno de EE.UU.
Durante dos décadas de expansión, EE.UU. se ha convertido en el mayor mercado de la compañía alemana y representó un quinto de sus ventas globales de US$103.000 millones en el ejercicio fiscal de 2010. Buena parte de los ingresos proviene de contratos gubernamentales grandes y muy publicitados, como un acuerdo por US$466 millones firmado en octubre con Amtrak para proveer al operador ferroviario estatal con 70 locomotoras eléctricas.
Siemens no está sola en su dilema legal. Otras multinacionales que han tenido libertad bajo las regulaciones de sus propios gobiernos de hacer negocios en Irán ahora se preocupan sobre la amenaza a sus intereses en EE.UU., dicen expertos legales.
"Es un tema importante para algunas de estas empresas que ahora tienen que decidir si deben retirarse de Irán", manifestó David Lorello, socio del estudio de derecho internacional Steptoe & Johnson, especializado en casos de anticorrupción y derecho comercial.
Otras grandes empresas alemanas, como Thyssen-Krupp AG y Linde AG también han anunciado planes para retirarse de Irán en los últimos 12 meses, a medida que se ha intensificado la presión política nacional e internacional. Aclaran, sin embargo, que su salida podría demorarse.
Algunas compañías de EE.UU. también tienen lazos empresariales vigentes en Irán por vía de subsidiarias extranjeras.
Honeywell International Inc., un fabricante diversificado con grandes actividades de contratos en el sector aeroespacial y en el de defensa, dijo que se comprometió a dejar de aceptar nuevos proyectos iraníes el año pasado.
"Completaremos el trabajo existente que se asumió bajo contratos preexistentes sólo en la medida autorizada bajo la nueva ley (de sanciones de 2010 en EE.UU.)", dijo un portavoz en un comunicado.
Deseosos de proteger el ingreso anual de US$20.000 millones de la compañía en EE.UU., ejecutivos de Siemens han estado trabajando entre bambalinas para minimizar el daño potencial que los encargos iraníes pendientes podrían causar a la reputación de Siemens en Washington.