por admin » Sab Abr 09, 2011 8:23 am
WSJ
Ollanta Humala, un candidato que divide aguas en Perú
Por Matt Moffett y Robert Kozak
LIMA—En una plaza elegante y ligeramente dilapidada, el candidato presidencial Ollanta Humala promete pensiones para los ancianos, mayores salarios mínimos, menores precios para el gas de cocina y cárcel para los políticos corruptos, mientras seguidores con vinchas que dicen "Ollanta" agitan sus puños en el aire.
Tales promesas populistas han catapultado al militar retirado de 48 años al primer lugar en las encuestas de opinión, con poco más de del voto, entre 10 contendientes que se enfilan a la primera ronda de las elecciones el domingo.
Pero también inquietan a inversionistas, evocan comparaciones al presidente venezolano Hugo Chávez por parte de sus oponentes y analistas políticos y suscitan preocupaciones de que Perú podría apartarse de las políticas disciplinadas que lo han convertido en una de las economías de más rápido crecimiento del mundo.
También se cree que Humala llevaría a Perú de ser un bastión aliado de Estados Unidos a un país que mantiene su distancia de Washington, al estilo de los gobiernos populistas de Bolivia, Nicaragua y Venezuela.
Perú ha sido una historia de éxito económico en el pasado decenio gracias a sólidas políticas orientadas al mercado y altos precios para materias primas como la harina de pescado, el oro, la plata y el cobre. Desde 2001, el Producto Interno Bruto de Perú se ha triplicado y la tasa de pobreza se ha reducido a la mitad.
Humala, sin embargo, ha adoptado posturas que atraen a millones de peruanos, muchos de ellos de las altas zonas andinas, quienes no se han beneficiado de la bonanza económica.
Según las encuestas, Humala encabeza un campo fragmentado con más de un cuarto de los votos previstos, pero menos de una mayoría, lo que sugiere una probable segunda vuelta el 5 de junio. Los analistas dijeron que sus probabilidades de ganar una segunda vuelta estaban en duda si los partidarios de candidatos más moderados unían fuerzas en torno de un único portaestandarte.
Otros cuatro candidatos tienen probabilidades de pasar a una segunda ronda con Humala. Son Keiko Fujimori, hija del encarcelado ex presidente Alberto Fujimori y quien cuenta con de las preferencias en las encuestas, según un sondeo de Ipsos-Apoyo publicado el 13 de abril; Alejandro Toledo, un ex presidente que estudió en la Universidad de Stanford, con un respaldo de el ex primer ministro Pedro Pablo Kuczynski, quien dijo que renunciaría a su ciudadanía estadounidense si fuera elegido, con y Luis Castañeda, ex alcalde de Lima, con
Toledo, quien se rezagó de una inicial ventaja en medio de una campaña deslucida, tendría la mejor probabilidad de batir a Humala en una puja entre los dos, dijo el politólogo Julio Carrión, de la Universidad de Delaware. Toledo, de 65 años, lideró Perú a un período de fuerte crecimiento económico de 2001 a 2006. Pero muchos peruanos nunca sintieron simpatía por él, en parte debido a cuestiones personales, como su renuencia a reconocer una hija que tuvo con una mujer que no era su esposa.
Keiko Fujimori, de 35 años, ha prometido mantener las actuales políticas económicas de Perú. Algunos analistas temen que su elección podría volver a despertar la clase de corrupción y autoritarismo que malograron el gobierno de su padre. Ella responde que un gobierno que encabece ella respetará las normas democráticas.
Kuczynki, de 72 años, quiere aumentar la inversión en educación, infraestructura y seguridad. Castañeda, de 65 años, está destacando su experiencia administrativa y prometiendo un buen gobierno.
Los votantes peruanos son notoriamente impredecibles y 30% aún está indeciso, dicen los encuestadores.
Humala, con voz ronca que reverberaba en el aire frío de la tarde durante un reciente acto de campaña, dijo que su partido llevaría a cabo una "gran transformación" en la cual la riqueza del país se distribuiría más ampliamente.
"Ollanta está con el pueblo", dijo Víctor Uuihui, un trabajador de 49 años que estaba con otros simpatizantes del partido nacionalista en la plaza céntrica de Lima. "Los otros políticos sólo nos quieren engañar".
Humala ha moderado la imagen radical que presentó en la elección de 2006, cuando perdió por estrecho margen ante el actual líder de Perú, Alan García, a quien la constitución prohíbe postularse por dos mandatos consecutivos. Humala trajo asesores de campaña brasileños y ha seguido el manual del ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien perdió tres elecciones presidenciales porque los votantes lo consideraban demasiado radical, pero se reinventó como centrista y ganó luego dos elecciones.
En un intento por una metamorfosis similar, Humala ha abandonado la camiseta roja que llevaba puesta en 2006 a favor de trajes. En un cambio de políticas, ahora dice que acogería con beneplácito inversiones de Chile, una potencia económica regional que es el rival histórico de Perú. También prometió no entrometerse con la independencia del banco central de Perú. "El Perú de 2006 ha cambiado y yo también", dijo Humala recientemente, añadiendo que una transformación de la economía sería gradual.
Los detractores dicen que la transformación de Humala a un candidato moderado es meramente cosmética.
Fernando Rospigliosi, ex ministro del Interior durante la presidencia de Toledo y ahora analista político independiente, dijo que sería una catástrofe que fuera electo Humala, y agregó que su elección significaría un retraso en las inversiones que tendría un efecto inmediato en la economía.
El presidente García recientemente aludió de manera indirecta a Humala como un candidato "que propone un cambio radical, un cambio de sistema". Los analistas observan que Humala ha hecho declaraciones que parecen contradictorias sobre si buscaría cambios o no en un acuerdo de libre comercio que Perú firmó con EE.UU. en 2006, aunque no es explícitamente antiestadounidense. Humala ha prometido reformar la constitución de Perú para dar al Estado mayor control sobre los recursos. Critica duramente las exportaciones de gas natural de Perú y quiere un impuesto a las ganancias extraordinarias de las compañías mineras.
Durante la actual campaña, Humala ha tratado hábilmente de distanciarse de Chávez, también un militar retirado. La semana pasada, cuando Chávez calificó a Humala de "un buen soldado peruano", Humala explícitamente le pidió a Chávez que se mantuviera fuera de las elecciones. Los críticos de Humala temen que reformaría la constitución y se aferraría al poder, a la manera de Chávez, quien ha encabezado Venezuela desde 1999. Humala niega tales ambiciones, diciendo que ejercería el cargo por "cinco años, ni un día más".
Sostiene que las campañas de sus rivales buscan propagar el temor. "¿Quiénes son los que tienen miedo?", gritó Humala en su discurso de cierre. "Los corruptos", respondieron sus seguidores.