por admin » Jue Abr 28, 2011 7:51 pm
....Extraido del libro La revolucion Capitalista en el Peru de Jaime De Althaus
La redistribucion economica y territoria de los privilegios
En el Peru, la ideologia socialista, que prometia el Eden sin haber trabajado para conseguirlo, ha alimentado la impaciencia popular. La ideologia llego antes que el mercado. La idea de que se podia conquistaar el paraiso social estatizando la economia y protegiendo a la industria, que se aplico rigurosamente en los setenta, solo sirvio, por supuesto, para llevarnos, al cabo, al finfierno de la hiperinflacion y de la descapitalizacion del pais. Velaslco logro efectivamente romperle el espinazo a la "oligarquia", pero con ello decapito el proceso de acumulacion de capital. Por eso, dicho proceso se convirtio en una prioridad vital a partir de los noventa.
Reconstruir la acumulacion, sin embargo, no implicaba anular las fuerzas redistributivas o inclusivas, sino todo lo contrario, porque de lo que se trataba era mas bien de suprimir privilegios rentistas que desviaban ingresos de la sociedad a vafor de los sectores urbano-industrales y burocraticos protegidos. Se trataba de cortar el circulo vicioso empobrecedor que consumia su propio mercado interno al extraerle rentas y no comprarle nada, porque lo que teniamos era una industria ensambladora-importadora sobreprotegida que no compraba insumos del interior, un Estado que se financiaba con el impuesto inflacionario a costa de los mas pobres, y un aparato empresarial del Estado que beneficiaba a unos pocos con tarifas bajas a costa de excluir a las mayorias de los servicios.
Las reformas economicas buscaban precisamente romper ese circulo vicioso suprimiendo los privilegios rentistas que lo habian engendrado. Su ejecucion debia permitir un efecto de redistribucion inmediata de esas ganancias rentistas en favor de los consumidores en general y del sector rural y andino en particular. La reforma liberal debia ser, en ese sentido, basicamene redestributiva e inclusiva, tambien en el corto plazo, ya que en el largo plazo la economia de mercado es incluyente por definicion: puesto que el mercado no es un juego de suma cero, nadie puede vender si no tiene mercado y nadie puede acumular crecientemente sin que todos acumulen.
De hecho, la reforma comercial, que bajo y tendio a uniformizar los aranceles a la importacion, redujo las ganancias rentistas de la industria nacional a favor de los consumidores. Esto, sumado a los efectos del contros de la inflacion - que afecta mas a los pobres - produjo una inmediata redistribucion de los ingresos de las clases altas a los sectores populares, como veremos mas adelante, efecto que, sumado a otras reformas, sento una tendencia a la reduccion sostenida de la desigualdad entre niveles socioeconomicos en el pais.
Pero eso no es todo. La reforma comercial tambien transformo la estructura industrial en una mucho mas articulada a los recursos naturales del interior del pais, a la agricultura y a la minera, y mucho mas exportadora, generando mas empleo en provincias y ayudando a reducir la brecha centralista y la desigualdad urbano-rural. Mas aun, al apuntar a aranceles uniformes, impuso, por primera vez, un arancer a la importacion de alimentos, lo que contribuyo a restituir a los productores del campo los ingresos que de manera rentista otros sectores les habian confiscado. Ahora la produccion agricola gozaba, como la industrial, de una cierta proteccion arancelaria. La desigualdad se acortaba. El efecto fue tanto mas importante cuanto que, desde los setenta, los prodctores locales, particularmente los de papa, debieron afrontar la competencia desleal del fideo elaborado con trigo importado que no solamente no pagaba aranceles sino que resultaba doblemente subsidiado: tanto en sus paises de orgen -Estados Unidos - como, por razones de populismo alimentario, en el Peru (De Althaus, 1987)