por admin » Mié May 26, 2010 9:09 am
En Goldman Sachs, los conflictos de interés son oportunidades de negocios
Por Dennis Berman
Los conflictos no son un problema, son una oportunidad.
En momentos en que el Senado de Estados Unidos debate un proyecto de ley que obligaría a los bancos a proteger mejor los intereses de sus clientes, pocos dentro de Goldman Sachs Group Inc. se atreverían a mencionar tal filosofía, sobre todo después de que su presidente ejecutivo, Lloyd Blankfein, se comprometiera a examinar cómo el banco de inversión más influyente del mundo hace sus negocios.
Blankfein no necesita buscar demasiado para ver que los conflictos a veces han estado en el centro del éxito de Goldman. Esto no tiene relación con la transacción Abacus que es el blanco de acusaciones de fraude de la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU., la SEC. Esta es una estrategia legal y totalmente aprobada por los clientes que Goldman utiliza, en la que el banco crea ecosistemas enteros para ganar comisiones y retornos.
Un ejemplo son los fondos de capital privado de la firma, a los que los banqueros de Goldman han llevado negocios, posiblemente a expensas de sus propios clientes de asesoramiento. Una portavoz de Goldman no quiso hacer comentarios.
Considere un fondo de Goldman de US$4.000 millones conocido como Whitehall Street Global Real Estate Limited Partnership 2007. Ofrecido a inversionistas externos a fines de 2006, el fondo se encontraba en una larga lista de negocios de bienes raíces también respaldados por el banco y sus empleados.
Documentos de ofertas de Whitehall muestran a Goldman en el auge de su influencia, ya que incluye casi todas las partes de la empresa en la acción de comprar, estructurar, financiar y vender bienes raíces en todo el mundo. El banco y sus empleados más tarde se convertirían en propietarios de una tercera parte del fondo Whitehall. Inversionistas externos tomarían el resto.
Ciertamente, otras empresas se dedican a actividades similares. Y los inversionistas de Goldman no fueron engañados. El fondo atrajo una serie de inversionistas sofisticados, entre ellos algunos clientes de la división de gestión de riquezas del propio Goldman.
A fines de 2008, Goldman tuvo que reestructurar su deuda después de grandes pérdidas, dando inicio a negociaciones con acreedores, que incluían el mismo Goldman. A los inversionistas de Whitehall les preo cupaba que el fondo pudiera hacer concesiones que beneficiasen a otro fondo de deuda de Goldman.
Goldman históricamente ha entregado tan buenos resultados que la mayoría de los inversionistas externos estaba feliz de formar parte de la acción. ¿Los conflictos? No son un problema en sí mismos. Como afirmó Blankfein en una entrevista reciente: "Es la forma que uno gestiona los conflictos lo que muestra su calidad y su carácter."
Actualmente, el fondo Whitehall vale menos de US$800 millones. Los inversionistas se enfurecieron después de que contabilizaron las comisiones pagadas al fondo Whitehall, que alcanzaron unos US$200 millones, según documentos revisados por The Wall Street Journal. Empleados de Goldman también perdieron grandes sumas. Pero recibieron algo de alivio de la empresa, que retiró su inversión en el fondo, a un descuento sobre el valor neto de los activos. La misma oferta no se hizo a los inversionistas externos. El banco no estaba obligado a hacerlo, como reveló desde el principio.
Blankfein, en un discurso reciente, dijo que la empresa revisaría todas sus prácticas empresariales. Sin dudas, los inversionistas también están haciendo su propia revisión: ¿puede un conflicto ser neutralizado simplemente al revelar su existencia?