por admin » Mié Sep 07, 2011 8:28 am
Agricultores de EE.UU. presionan por reformas para contratar indocumentados
Por MIRIAM JORDAN
Combatir la inmigración ilegal ha sido desde hace tiempo un asunto prioritario para el Partido Republicano. Pero el frente unido en esta materia está mostrando grietas bajo la presión de grupos de agricultores y ya hay dos legisladores republicanos que están proponiendo programas que facilitarían a los extranjeros trabajar legalmente en los campos y huertos de Estados Unidos.
Investigadores laborales dicen que más de 1,4 millones de personas son empleadas como trabajadores agrícolas en EE.UU. cada año, y el Departamento de Trabajo calcula que más de la mitad de ellos son indocumentados. Los grupos de productores dicen que el porcentaje es superior a 75% y sostienen que otras medidas en consideración en el Congreso podrían disminuir la fuerza laboral y privar a los estadounidenses de alimentos producidos localmente.
El representante Lamar Smith, republicano de Texas y uno de los principales partidarios de limitar la inmigración, quien ahora encabeza el Comité Judicial de la Cámara de Representantes, planea presentar una ley este miércoles que revisaría un programa existente de trabajadores invitados y permitiría hasta medio millón de trabajadores agrícolas extranjeros al año trabajar en EE.UU. temporalmente.
El representante Dan Lungren, republicano de California, que proviene de un distrito agrícola, también busca la creación de una nueva categoría de visas para trabajadores agrícolas. Dijo que permitiría a "cientos de miles" de empleados agrícolas extranjeros trabajar en EE.UU. 10 meses por vez, el mismo plazo previsto en la propuesta de Smith.
La intensificación de la campaña de presión por grupos agrícolas representa un reconocimiento sincero de su dependencia de una fuerza laboral nacida en el extranjero, sea legal o no. Su argumento es que la mayoría de los trabajadores estadounidenses han evitado los empleos agrícolas porque muchos son de naturaleza estacional o migratoria, como también físicamente ardua.
Pero también crece la inquietud para una cantidad cada vez mayor de empresas estadounidenses sobre la necesidad para una racionalización de la política inmigratoria más afín a los negocios. Otros sectores como la comida rápida, los hoteles y la construcción, los cuales también emplean a trabajadores no calificados, han estado sujetos a acciones de leyes federales que han resultado en la pérdida de trabajadores que están en el país sin documentos.
Los dos proyectos de ley del Congreso vinculados con la agricultura son un intento por tranquilizar a los agricultores, que han estado acudiendo a Washington desde junio para luchar contra otra propuesta del representante Smith. Los grupos de agricultores dicen que esa iniciativa, conocida como el proyecto E-Verify, llevaría a una severa escasez de mano de obra en un sector que depende de los trabajadores indocumentados.
"Si no tenemos una solución para este demostrado problema laboral en la agricultura, no creo que podamos lograr la aprobación del programa E-Verify", dijo Lungren en una entrevista.
El representante Doc Hastings, republicano del estado de Washington, quien dijo que ha escuchado los planteamientos de productores agrícolas que dependen de los inmigrantes en su estado y que ha hablado con Smith sobre sus preocupaciones, dice que "ahora se reconoce que los empleados agrícolas que recogen frutas y verduras tienen que ser tratados de manera diferente" a los de otros sectores.
Desde que el presidente Barack Obama asumió su cargo, el sector agrícola ha sido golpeado por auditorías federales de inmigración, lo cual ha forzado a algunos cultivadores a despedir a cientos de trabajadores. Los productores dicen que la "Ley de Mano de Obra Legal" de Smith devastaría su actividad. Requeriría que todos los empleadores utilicen una base de datos electrónica, denominada "E-Verify", para constatar si sus empleados pueden trabajar en EE.UU.
En medio del alto desempleo, la verificación electrónica de E-Verify había tenido eco en muchos legisladores y parecía tener una probabilidad sólida de ser aprobada en la Cámara de Representantes que controlan los republicanos. Pero los agricultores, que tradicionalmente respaldan al Partido Republicano, han estado presionando a sus congresistas para que se opongan al proyecto de ley. Ha estallado tensión por el E-Verify entre líderes del Partido Republicano, según personas vinculadas con las negociaciones.
Frustrados, los agricultores han lanzado una campaña llamada "Salve a los agricultores y la economía de EE.UU." (SAFE, por su sigla en inglés), para crear consciencia sobre los riesgos de la aprobación de E-Verify. El sitio web del grupo advierte que si el Congreso aprueba la inciativa, "encontraremos a nuestro sector agrícola en derrumbe y nuestro país tendrá que recurrir para su suministro de alimentos a países como China y México".
Mientras tanto, los productores agropecuarios de varias zonas de EE.UU. ya están padeciendo la escasez de mano de obra debido a una serie de leyes adoptadas por los estados para limitar la inmigración ilegal.
Georgia y Alabama recientemente aprobaron severas leyes que llevaron a que muchos indocumentados abandonaran esos estados, perjudicando la cosecha de tomates, arándanos y otros cultivos. En Michigan, algunos productores de manzanas están preocupados por una menor llegada de trabajadores migratorios, que normalmente vienen desde Georgia y Alabama para la cosecha que comienza en septiembre.
"Seguimos escuchando que deberíamos estar contratando a los desempleados o a los presos", dice Julia Rothwell, ex presidenta de la Asociación de Manzanas de EE.UU. Pero esas personas o no están buscando empleo o bien dejan de hacerlo al cabo de poco tiempo, aún cuando los sueldos pueden llegar a US$15 por hora, dijo.
"No vamos a ser los que mágicamente bajemos el desempleo", dijo Barry Bedwell, presidente de la Liga de Uvas y Frutas de Árboles de California, grupo que representa a productores de uvas, duraznos y ciruelas producidas.
La propuesta de Smith se centra en revisar el existente programa de visas H-2A para traer a EE.UU. trabajadores agrícolas, entre ellos para la industria láctea, y sería conocido como H-2C. Pero muchos empleadores del sector agrícola creen que el programa H-2A es irreparable. Actualmente, menos de 5% de todos los trabajadores agrícolas de EE.UU. son empleados a través del programa.
Bajo el programa H-2A, los empleadores que prevén una escasez de trabajadores agrícolas locales pueden solicitar contratar extranjeros en forma temporal. Los agricultores dicen que tienen que realizar las solicitudes con meses de anticipación, antes de que puedan calcular con precisión sus necesidades de mano de obra para la cosecha. También tienen que publicar anuncios primero para trabajadores estadounidenses, lo que resulta en que haya gente que se anota y luego no se presenta o no permanece en el trabajo, dicen.
Alrededor de la mitad de los empleadores que utilizan el H-2A están totalmente insatisfechos o solo ligeramente satisfechos con el programa, según una encuesta encargada por el Consejo Nacional de Empleadores Agrícolas que se difundirá en poco tiempo y que fue realizada por la Washington State University. Solamente alrededor de 45.000 trabajadores agrícolas vienen al año a EE.UU. en el marco de este programa, que involucra a los departamentos de Estado, Trabajo y Seguridad Nacional. "Teóricamente, la cantidad de visas es ilimitada pero las actuales restricciones del programa hacen que se autolimite", dijo Frank Gasperini, vicepresidente ejecutivo del consejo.
Sin embargo, ninguna propuesta aborda el destino de alrededor de un millón de trabajadores agrícolas que ya están en EE.UU., que los productores dicen que son vitales para la estabilidad a largo plazo de su actividad. "Al final, para resolver el problema tenemos que lidiar con la fuerza laboral experimentada que está aquí", dijo Craig Regelbrugge, presidente de la Agriculture Coalition for Inmigration Reform. "Ninguno de esos enfoques hace eso", sostuvo.
"Necesitamos tierra, agua y mano de obra para producir los alimentos del país", dijo Tom Deardorf, un agricultor de cuarta generación en el sur de California, que está en la junta directiva de Western Growers, un grupo de empresas agrícolas. "Han estado intentando que se vaya nuestra fuerza de trabajo", sostuvo.
No está claro si la propuesta de Lungren, que representa a los productores californianos de almendras, arroz y uvas, sería aceptable para Smith, ahora que el republicano de Texas tiene la suya propia.