por admin » Mar Sep 13, 2011 8:41 pm
El largo y arduo camino de la reducción de deuda de EE.UU.
Por DAVID WESSEL
Los economistas describen la economía en ecuaciones. Los columnistas prefieren las metáforas.
En la física, el apalancamiento es el factor por el cual una palanca multiplica la fuerza. En las finanzas, el apalancamiento permite al audaz o al tonto tomar prestado para hacer apuestas hoy que se supone rindan después. Pero el apalancamiento magnifica las pérdidas cuando las cosas salen mal. Los empachos con préstamos son seguidos de rachas de desapalancamiento en los cuales los prestamistas, inversionistas y consumidores toman prestado menos, ahorran más y asumen menos riesgos.
Estados Unidos se empachó con préstamos en la década de 2000 y ahora está en la fase de desapalancamiento. Para tomar prestada una metáfora del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, esto está creando "vientos en contra formidables" que están soplando contra el ímpetu natural de la economía y las políticas fiscales y monetarias destinadas a impulsarla.
Otra metáfora: piense en el desapalancamiento como si fuera un partido de fútbol. ¿En qué minuto estamos? La pregunta importa. Hasta que concluya el juego del desapalancamiento, la economía no puede recuperarse plenamente. Para responderla, uno advierte rápidamente que hay más de un partido en curso.
Para compañías grandes fuera del sector financiero, el partido ha terminado. Esta vez, no tomaron prestado en exceso; de hecho, tienen mucho efectivo.
Los bancos de EE.UU. están bien. A instancias de los reguladores, han recaudado capital, una manera de reducir el apalancamiento. Un par de los grandes —Citigroup y Bank of America— han estado vendiendo activos, otra manera de desapalancarse. Casi todas las mediciones de la Corporación Federal de Seguro de Depósitos muestran que los bancos estadounidenses tienen mayores colchones de capital y menos apalancamiento que antes de la crisis. Los bancos estadounidenses ya no están restringiendo las condiciones de préstamo. Póngalos en el minuto 70 del desapalancamiento; eso es bueno.
Sus pares europeos aún están en los primeros 15 minutos, quizás incluso en el puntapié inicial; eso no es bueno. No han reconocido plenamente pérdidas probables sobre algunas de sus carteras de bonos de la eurozona. No se han recapitalizado. Y aún están restringiendo las pautas de préstamo.
Para los hogares estadounidenses, es —en el mejor de los casos— el medio tiempo. Los estadounidenses están ahorrando más. O son incapaces o no están dispuestos a tomar prestado mientras pagan (o directamente dejan de pagar) sus deudas. Medida contra los ingresos después de impuestos, la deuda familiar comenzó a dispararse a finales de los años 90, tuvo su apogeo en 2009 y ha caído desde entonces, pero solamente a los niveles de 2004. Nadie sabe cuánto más lejos querrán ir los estadounidenses, pero es probable que les tome mucho tiempo llegar adonde sea que están yendo.
"A diferencia de los bancos", dice David Scharfstein, economista de la Universidad de Harvard, "las familias no pueden levantar capital para saldar sus deudas. Por ello, la única manera de conseguir el desapalancamiento es la apreciación del valor de las casas (lo cual no ha ocurrido), rebajas contables/modificaciones de deuda (un poco), o ejecuciones hipotecarias/ventas a menor precio de lo adeudado (un poco)".
Scharfstein señala la carga de deuda hipotecaria, y se estremece. Hasta finales de la década de 1990, la suma de todas las hipotecas estadounidenses era de alrededor de 40% del valor de las viviendas correspondientes. Los estadounidenses tomaron prestado mucho contra el valor de su capital hipotecario y luego los precios de las casas cayeron. Según esta medida, la carga de deuda subió a alrededor de 62%, y aún no ha bajado. (Esto es en promedio, por supuesto. Algunas personas no tienen deuda hipotecaria. Alrededor de uno de cada cinco propietarios de casas con una hipoteca debe más de 100% del actual valor de la vivienda.)
Mientras bancos y consumidores han estado desapalancándose, el gobierno ha estado haciendo lo opuesto. Si se la mide respecto al tamaño de la economía, la deuda federal está en máximos no vistos desde la Segunda Guerra Mundial. En parte, eso es deliberado: el plan era que el gobierno tomara prestado más por un tiempo para amortiguar los efectos sobre la economía del desapalancamiento de bancos y familias. Para el desapalancamiento del gobierno, aún estamos en el minuto 15.
Ahora mismo, el gobierno federal puede tomar prestado a tasas de interés extremadamente bajas, pero eso no durará para siempre. Los políticos reconocen eso. Pero a pesar de lo que dicen, no están cerca de llegar a un acuerdo sobre los límites a gastos de salud y otras prestaciones e incrementos de impuestos que son inevitables.
Haga la suma: el desapalancamiento de los bancos estadounidenses está en sus minutos finales, pero el de los bancos europeos está en el inicio del partido. En general, el desapalancamiento del consumidor estadounidense está en el medio tiempo y el sector de la vivienda está los primeros minutos. El desapalancamiento gubernamental apenas ha comenzado. Esto rezagará el crecimiento económico por mucho tiempo.