SPANISHSEPTEMBER 25, 2011, 7:50 P.M. ET
Desde el cobre a China, las señales de enfriamiento global
Por GREGORY ZUCKERMAN y LIAM PLEVEN en Nueva Yorky JAMES T. AREDDY en Shanghai
Durante meses, la atención de los mercados se ha centrado casi exclusivamente en Europa y Estados Unidos. Pero ahora, súbitamente, los inversionistas tienen razones para preocuparse por la salud del resto del mundo.
Pero en lugar de concentrarse únicamente en la deuda griega, los bancos europeos y la economía estadounidense, muchos inversionistas se están poniendo nerviosos ante un nuevo conjunto de indicadores que podría presagiar un enfriamiento global.
El derrumbe del cobre y el descenso de las bolsas de Shanghai, Hong Kong y São Paulo tienen a algunos al borde de un ataque de nervios. Otros están pendientes de un bajón en los bonos basura y el repentino debilitamiento en las acciones de empresas siderúrgicas y mineras.
"El cobre está cayendo, Brasil está cayendo, China está cayendo", dice Michael Aronstein, presidente de Marketfield Asset Management, que gestiona fondos de más de USS$1.000 millones. "La gente está contando con que mercados remotos impulsen el crecimiento", añadió. "Es ahí donde va a surgir la decepción".
El desplome de 22% en el precio del cobre en septiembre ha sido particularmente alarmante. La demanda de este metal está muy ligada a la actividad económica. El cobre se usa en la construcción de viviendas y en la fabricación de electrodomésticos y vehículos y su cotización está muy expuesta a cualquier caída en el gasto de las personas, empresas y gobiernos.
El reciente declive del metal rojo es evidencia "convincente de una desaceleración global de la actividad manufacturera", dijo John Lonski, economista jefe de Capital Markets Group, de Moody's. Los problemas del cobre también pueden identificar debilidades en los mercados emergentes, particularmente China, el mayor consumidor del metal a nivel global.
Un descenso de casi 10% en la Bolsa de Shanghai desde fines de julio, y una caída de 21% en el índice Hang Seng de la Bolsa de Hong Kong subrayan la forma en la que los inversionistas se están volviendo cada vez más nerviosos acerca del crecimiento en esa parte del mundo.
La evolución de las bolsas chinas no siempre ha sido un indicador de la actividad económica del país, de modo que los inversionistas debieran interpretar su desempeño con cautela. De todas formas, algunos economistas creen que es probable que el crecimiento chino esté perdiendo fuerza. La demanda de petróleo del país en agosto alcanzó su nivel más bajo desde octubre del año pasado, de acuerdo con una estimación de Platts, una firma de investigación del sector energético y metalúrgico, aunque acumula un alza de 7% en los últimos 12 meses.
El cambio de ritmo es consecuencia en parte de la decisión del gobierno de relevar el motor de la economía, que hasta ahora han sido los proyectos de infraestructura del Estado, como el sistema de trenes de alta velocidad.
Pero las exportaciones también parecen sentir la presión, dicen los inversionistas, a medida que se desacelera el crecimiento en otros países. El mercado de vivienda chino también muestra señales de avanzar a un ritmo más lento.
Cabe aclarar que existe la posibilidad de que China simplemente esté reduciendo la marcha desde un ritmo insostenible. La caída del cobre, a su vez, puede ser una corrección respecto de niveles demasiado altos. Kevin Norrish, director ejecutivo de investigación de materias primas de Barclays Capital, dijo que la estimación de consumo de cobre por parte de China en agosto fue las más alta en años.
La debilidad del cobre y las acciones chinas también pueden indicar que los especuladores están sintiendo una restricción de su financiamiento, dicen algunos.
De todas formas, cualquier desaceleración de China tendría un impacto en el crecimiento global, especialmente en economías emergentes como Brasil, que venden materias primas y otros productos al gigante asiático.
De hecho, los mercados que hasta hace poco resistieron bien muestran grietas, lo que sugiere que puede haber menos motores de crecimiento de los previstos. El índice Ibovespa, que agrupa las principales acciones de la Bolsa de Sao Paulo, por ejemplo, cayó más de 7% la semana pasada.
La caída la semana pasada de las acciones de empresa mineras, siderúrgicas y carboníferas es otra evidencia del enfriamiento global, ya que estas industrias dependen en gran medida del crecimiento internacional.
Al mismo tiempo, los precios de los bonos basura están a niveles que sugieren que las cesaciones de pago llegarán a 8% de los emisores en el próximo año, dicen analistas. "El mundo está ahora en medio de una desaceleración sincronizada", dice Mohamed El-Erian, presidente ejecutivo de Pacific Investment Management Co., la firma de bonos más grande del mundo.