por admin » Lun Sep 26, 2011 7:25 am
El hombre del que depende la recuperación de AIG
Peter Hancock tiene el reto de reanimar el principal negocio de la aseguradora; su premio podría ser heredar el trono
Por SERENA NG
Peter Hancock está acostumbrado a explicar por qué el nuevo presidente ejecutivo de la mayor división de seguros de American International Group Inc. es la persona ideal para reencausar el negocio a pesar de que hasta el año pasado jamás había trabajado en el sector.
Al ex banquero de J.P. Morgan no lo abruma un negocio caracterizado por terminología críptica y prácticas misteriosas. Es más, destaca su pericia en un campo largamente ignorado en AIG y otras firmas: la gestión de riesgo que, dice Hancock, "es de lo que básicamente se trata el negocio de seguros".
Esa actitud ayuda a explicar el rápido ascenso de Hancock en AIG, que lo contrató en 2010 para sanear sus cuentas y en marzo lo puso al frente de su negocio insignia, una aseguradora de propiedades y contra accidentes con unos 40.000 empleados en más de 90 países. Ese negocio, llamado Chartis, es ahora la mayor fuente de dolores de cabeza para AIG, tras incurrir en grandes pérdidas por pólizas de seguros vendidas hace años.
AIG apuesta a que Hancock, en su calidad de alguien ajeno al sector con olfato para los números, puede reestructurar la compañía y elevar las ganancias mediante el control de los riesgos en vez de permitir que se acumulen descontroladamente. La ironía de la designación de Hancock es que en los años 90 fue pionero de una forma de derivados de crédito, los instrumentos cuyo uso inapropiado por parte de AIG casi causó el colapso de la firma hace tres años. El ejecutivo de 53 años tiene que demostrar que la aseguradora puede cambiar su cultura corporativa y volver a expandirse, lo cual probablemente es una precondición para que el gobierno de Estados Unidos venda con éxito su participación de 77% y recupere lo que invirtió en el rescate sin precedentes de la firma neoyorquina.
"Peter es un evaluador astuto del riesgo… y se da cuenta de las cosas muy rápidamente", dice Ajit Jain, jefe del negocio de reaseguros de Berkshire Hathaway Inc. y quien conoce a Hancock en entornos sociales y profesionales desde hace una década. "Reconocerá rápidamente las debilidades del sector de los seguros y estará en mejor posición de encontrar potencial sin explotar", dice.
Si Hancock tiene éxito, podría ser el candidato a suceder a Robert Benmosche en la presidencia ejecutiva de AIG cuando éste se jubile, probablemente en 2012 o 2013, según fuentes cercanas al plan de sucesión. Hancock "ha recibido la oportunidad de reparar el negocio y potencialmente heredar el trono", dice Jim Millstein, ex director de reestructuración del Departamento del Tesoro de EE.UU.
No será fácil. Las acciones de AIG han languidecido desde la venta de títulos de la firma en mayo y cotizan a la mitad del patrimonio neto de la empresa, lo cual refleja dudas sobre su rentabilidad y los niveles de las reservas de Chartis, o pasivos vinculados a pólizas de seguros.
En 2009, ejecutivos de PricewaterhouseCoopers y funcionarios del Banco de la Reserva Federal de Nueva York recomendaron Hancock a Benmosche, quien lo persuadió de incorporarse a la aseguradora, con un paquete de remuneración consistente mayormente de acciones por un total de US$8 millones en 2010, haciendo de Hancock el segundo ejecutivo mejor pagado dentro de AIG.
Hancock fue puesto al frente de finanzas, riesgo, auditoría, inversiones y la reestructuración general y la venta de activos de AIG.
Poco después de que EE.UU. concluyó su ayuda a AIG este año, la compañía conmocionó a inversionistas y funcionarios. Una revisión anual de las reservas de Chartis reveló una deficiencia de más de US$4.000 millones, haciendo que AIG emitiera una advertencia de ganancias en febrero que deshizo la mayoría de sus ganancias de 2010 y aceleró una prolongada caída del precio de su acción.
Benmosche, furioso, convocó a un grupo de ejecutivos de Chartis y exigió saber quién era responsable de ese resultado, según personas al tanto. Tras un silencio, Benmosche les dijo: "Yo soy el responsable", según una fuente. Unas semanas después, nombró a Hancock presidente ejecutivo de Chartis.
En una reunión con gerentes de Chartis en Londres, Hancock presentó su visión para la compañía. "Necesitamos asumir la responsabilidad colectiva del negocio", dijo. "Si tenemos la mentalidad de que el cambio es temible, terminaremos con un desempeño deficiente".