por admin » Jue Nov 03, 2011 6:35 am
SPANISHNOVEMBER 2, 2011, 8:01 P.M.
ET.Ollanta Humala enfrenta su primera prueba como presidente de Perú
Por MATT MOFFETT y ROBERT KOZAK
LIMA, Perú—Acuciado por problemas, un vicepresidente del líder izquierdista peruano Ollanta Humala se preparaba para enfrentar un severo interrogatorio del Congreso sobre el tráfico de influencias, a la vez que el gobierno lidia con su primer escándalo significativo.
Los analistas políticos peruanos predecían que Omar Chehade, el segundo de los dos vicepresidentes que en julio asumieron con Humala, podría ser destituido de su cargo para limitar el daño al presidente del gobierno nacional, quien destacó durante su campaña una plataforma anticorrupción.
Chehade ha estado bajo una nube de sospecha desde que un oficial de la policía dijo el mes pasado que el segundo vicepresidente había convocado a una reunión con él y otras dos autoridades policiales de alto nivel para impulsar el desalojo de un grupo de trabajadores que disputa la propiedad de la central azucarera con dos poderosos grupos empresariales. En este contexto, el fiscal general y dos comités del Congreso investigan a Chehade, quien niega cualquier tipo de mala conducta.
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CloseEuropean Pressphoto Agency
Ollanta Humala (der.) con Omar Chehade, al presentar su candidatura presidencial en diciembre de 2010.
.Lo que está en juego para Humala es su índice de aprobación de 62% y la credibilidad de su promesa de limpiar la política peruana. Hizo campaña con el lema "honestidad para hacer la diferencia".
Humala, un ex oficial militar que comenzó su carrera política como discípulo del populista venezolano Hugo Chávez, se ha desplazado hacia el centro y conquiestó a muchos críticos de antaño. Desde que asumió el cargo, el nacionalista de 49 años ha expandido una serie de programas sociales que han ayudado a aumentar su popularidad. También ha conseguido mantener buenas relaciones con el sector privado, a pesar de elevar los impuestos a las empresas mineras para financiar sus planes sociales. "Es un presidente muy popular, sorprendentemente aprobado por la comunidad empresarial y esta será una buena prueba para ver cómo se maneja en un caso de corrupción", señala Cynthia Sanborn, politóloga de la Universidad del Pacífico, de Lima.
Los tres policías presentes en la reunión testificaron el miércoles ante el Congreso.
Humala ha dicho muy poco sobre el caso en público, más allá de pedir que el sistema de justicia haga su trabajo. Su mujer, Nadine Heredia, una influyente asesora, expresó su evidente frustración con las acciones de Chehade en un mensaje de Twitter que decía: "¿Tan difícil es caminar derecho?".
Al principio, Chehade recibió el apoyo de Gana Perú, el partido del presidente Humala, pero el respaldo se redujo cuando surgieron informes de otro caso de presunto tráfico de influencias. A las promesas de Chehade se sumaron las revelaciones de que en junio se había reunido con el ministro de gabinete del gobierno saliente para presionar a favor de una empresa brasileña que buscaba un contrato en el proyecto de un tren eléctrico.
Cada vez más, los funcionarios del gobierno se han esforzado por distanciar al gobierno de Chehade, quien también es miembro del Congreso. "El caso de Omar [Chehade] es lamentable, en especial para un gobierno que ha hecho de la lucha contra la corrupción una de sus banderas", declaró el jefe de gabinete de Humala, Salomón Lerner Ghitis.
Durante los años previos a unirse al gobierno de Humala, Chehade era un fiscal anticorrupción del gobierno con alto perfil, que en 2007 participó de la extradición del ahora encarcelado ex presidente Alberto Fujimori. Chehade también trabajó como abogado personal del presidente Humala, a quien defendió de las acusaciones de violaciones contra los derechos humanos durante su tiempo en el ejército.
Julio Carrión, politólogo de la Universidad de Delaware, señaló que las acusaciones contra Chehade son relativamente suaves para los estándares latinoamericanos de corrupción, ya que hasta ahora no hay evidencia de que se haya beneficiado personalmente de sus supuestos esfuerzos de lobby. Sin embargo, Carrión añadió que "en el contexto de la muy baja confianza ciudadana en las instituciones políticas y el hecho de que Humala hiciera de la anticorrupción el eje de su campaña, el presidente no puede dejar que esto ocurra".
De hecho, el cinismo profundamente arraigado sobre el gobierno es una de las razones por las cuales los anteriores presidentes peruanos han tenido que soportar bajos niveles de aprobación, pese a una economía robusta, explica Carrión. Una encuesta recién publicada por la empresa de investigación Latinobarómetro, muestra que los peruanos tuvieron la segunda mayor opinión negativa, sólo superados por los guatemaltecos, sobre lo que el Estado les había dado a ellos y a sus familias.
Los políticos de la oposición, especialmente los del APRA, el partido del ex presidente Alan García, han solicitado en voz alta la renuncia de Chehade. "Creo que (el partido Gana Perú) está manejando muy mal el problema", opinó el miércoles Mauricio Mulder, un miembro aprista del Congreso.
El Congreso, asimismo, investiga también a un número de gobernadores por supuesta inconducta, incluyendo a un miembro del partido del presidente Humala, quien habría pirateado señales de televisión por cable para luego revenderlas.