por admin » Mié Dic 28, 2011 2:38 pm
SPANISHDECEMBER 23, 2011, 2:06 P.M. ET.¡Al infinito y más allá!, con Richard Branson
El magnate británico aspira a hacer realidad los viajes comerciales a la subórbita a fines de 2012; pasajes por US$200.000
Por MARY KISSEL
Nueva York
Quería crear una nave espacial en la que yo, mis hijos y mis amigos pudieran ir al espacio", dice el multimillonario empresario británico Richard Branson con su característica sonrisa que expone sus dientes. Si alguien más lo dijera, uno pensaría que está alucinando, pero en el caso de Branson es difícil no creer en la creatividad del capitalismo para mejorar el mundo en formas inesperadas. Branson está en la misma categoría de empresarios de Steve Jobs: cree que si crea la nave, los clientes vendrán.
En la moderna oficina de Virgin Group en Nueva York, la cual está adornada con un gran mural del metro de Londres y arte moderno, Branson se dio a la tarea de hablar de su nuevo libro Screw Business as Usual. (algo como Al diablo con los negocios tradicionales). Después de una prolongada exposición de uno de los empresarios más reconocidos del mundo sobre la legitimidad de gastar el dinero de los accionistas en los "aparentemente inextricables problemas del mundo", lo desvié para que hablara de sus compañías de turismo extremo, Virgin Galactic y Virgin Oceanic.
Ken Fallin
."Las mejores ideas vienen de personas que simplemente quieren crear, como Larry Page (cofundador de Google) que quería crear en su garaje un producto con el que pudiera jugar y luego usted hace el esfuerzo de que sea rentable", dice Branson. "Si le hubiera pedido a mis contadores que por favor calcularan las pérdidas y ganancias de fundar una empresa espacial —especialmente cuando ni siquiera teníamos una nave—, se habrían reído de mí".
Y con razón. Desde hace tiempo que los gobiernos dominan el espacio, empezando con la Unión Soviética que en 1957 lanzó el Sputnik 1. Pronto Estados Unidos la siguió.
"Si le hubieran dado una pequeña parte de sus presupuestos como premio en efectivo a las mejores empresas comerciales, ese dinero habría sido mejor empleado", agrega Branson. "El Ansari X PRIZE de US$10 millones fue lo que nos llevó al sector de viajes espaciales", señala, en referencia al premio de la Fundación X PRIZE para naves espaciales manejadas por el sector privado, que el empresario de origen griego Peter Diamandis lanzó en 1996.
Branson lleva décadas soñando con explorar el espacio.
"Creo que todo se remonta a cuando vi la llegada a la luna en una televisor borroso en blanco y negro. Yo era un adolescente y pensé, algún día iré a la luna. Pero luego me di cuenta de que los gobiernos no están interesados en nosotros como individuos ni en crear productos que nos permitan ir al espacio", observa.
En 1995, después de amasar miles de millones de dólares en los sectores de la aviación comercial y la música, Branson incorporó una nueva empresa: Virgin Galactic (el nombre "sonaba bien", explica). Luego, la empresa empezó a buscar científicos espaciales y la tecnología correcta.
Varios años después, en julio de 2002, el equipo de Virgin viajó a California para revisar el progreso del diseñador aeroespacial Burt Rutan en el Virgin Atlantic Global Flyer, un avión creado para "circunnavegar la tierra sin parar y con un solo tanque de combustible", de acuerdo con el sitio web de Virgin.
Virgin se enteró de que Rutan, un estadounidense, tenía la intención de competir por el X Prize con el SpaceShip One, la primera nave espacial desarrollada por el sector privado y financiada por el cofundador de Microsoft Paul Allen.
Branson selló rápidamente un acuerdo: Virgin licenciaría la tecnología de Rutan si ganaba la competencia. En 2004, Rutan hizo justo eso y Virgin Galactic despegó.
Este octubre, Branson y sus hijos Sam y Holly, bautizaron Spaceport America, que promociona como el primer puerto espacial de orden comercial, y está localizado a unos 90 kilómetros al norte de Las Cruces, en el estado de Nuevo México.
Fiel a su estilo, Branson, de 61 años, descendió del techo del hangar, ahora llamado el Virgin Galactic Gateway to Space (Puerta al Espacio del Virgin Galactic) y, mientras pendía en el aire, bebió de una botella de champán en medio de un público numeroso para celebrar.
Branson todavía irradia entusiasmo.
"Tenemos casi 500 personas que se han inscrito para viajar, lo cual es más que el total de personas que han ido al espacio en la historia y esperamos llevarlas durante nuestro primer año de operaciones", cuenta.
El empresario predice que el primer vuelo comercial sería dentro de un año, aunque reconoce que ha habido muchos retrasos.
Branson espera "bajar los precios de modo que cientos de miles de personas tengan la oportunidad de convertirse en astronautas, no sólo las personas muy acaudaladas". Los pasajes valen actualmente US$200.000, con cuotas iniciales que empiezan en US$20.000. El sitio web de Virgin Galactic insta a los interesados a contactar a "uno de los Agentes Espaciales Acreditados alrededor del mundo".
Los alcances
Pero ¿qué tiene de especial un viaje suborbital costoso?
"Si se tratara sólo de un viaje divertido, sería suficientemente emocionante", dice Branson. "Pero lo fascinante de aventuras como esta es que cuando la gente se esfuerza al máximo y se da cuenta de lo que es capaz de hacer, suceden cosas que no habían considerado antes". Su lista impresiona.
"Podríamos poner satélites en el espacio a una fracción del precio actual", señala. Y Virgin está trabajando con una empresa "diminuta" para hacer eso (la identidad de la compañía no ha sido revelada).
Branson, un ambientalista, ve a los satélites como una especie de protector celestial que monitorearán la tala de árboles en el Amazonas, identificarán embarcaciones de pesca ilegal y examinarán si el calentamiento global es realidad o no. Incluso la NASA planea lleva a cabo experimentos con la SpaceShip Two. (Branson cree en el cambio climático)
Las aplicaciones científicas son enormes. La NASA ya compró un pasaje, con el objetivo de llevar a cabo experimentos en la subórbita, y por qué no. A diferencia del antiguo programa espacial estadounidense, que enviaba naves al espacio unas cuantas veces al año, los científicos podrían usar el SpaceShip Two para realizar varios experimentos a la semana. NASA se está convirtiendo en un cliente para las empresas privadas, dice Branson, pero "es obviamente una lástima, desde la perspectiva de los contribuyentes estadounidenses, que no lo haya sido hace 50 años".
Branson también se emociona con el potencial de desarrollar un medio de transporte más rápido.
"En años futuros, esperamos poder convertir nuestra tecnología en viajes aéreos intercontinentales súper rápidos", agrega. "No le puedo prometer que lo lograremos, pero le aseguro que lo intentaremos. Y de (viajes) suborbitales téngalo por seguro que avanzaremos a orbitales".
Branson no es el único empresario que está explorando los viajes espaciales como negocio. XCOR Aerospace, una compañía de California, está construyendo un cohete llamado Lynx, que también transportará pasajeros. Los vuelos, cuyos pasajes más baratos cuestan US$95.000, están programados para fines de 2012, y XCOR podría llegar al espacio suborbital antes que Virgin Galactic si la empresa de Branson continúa teniendo retrasos.
El espacio no es la única frontera que Branson está explorando. Virgin Oceanic planea lanzar en 2012 un submarino unipersonal para viajar a las partes más profundas de cada uno de los cinco océanos.
"Esperamos llegar a una profundad de 3.050 metros mayor a la altura del Everest (cuya elevación es de 8.848 metros). Así que será un viaje de seis o siete horas hacia abajo bastante espeluznante. Pero los científicos están botando espuma ante la posibilidad de lo que podríamos descubrir", dice Branson. "En la historia de la humanidad", sólo dos personas han bajado más de 5.487 metros y el océano es "el doble de profundo". Su idea a futuro es crear una empresa como Virgin Galactic, para llevar a pasajeros, llamados "acuanautas", a las profundidades del océano.
Con todos estos frentes de trabajo, ¿qué consejo les daría a los aspirantes a empresarios? "Piense en lo que lo frustra… y trate de hacerlo mejor. Puede empezar con algo muy pequeño, en cualquier sector, llenará un vacío y de repente podrá empezar un negocio". Quién sabe, a lo mejor puede terminar en el espacio.
—Kissel es miembro de la junta editorial del WSJ.