por admin » Mar Ene 17, 2012 1:43 pm
SPANISHJANUARY 17, 2012, 2:09 P.M. ET
La desaceleración China plantea retos para la economía global
Por TOM ORLIK y BOB DAVIS
BEIJING— El Producto Interno Bruto de China se desaceleró a 8,9% en el cuarto trimestre de 2011, frente al mismo lapso del año anterior, mostrando que el motor de crecimiento más rápido del mundo está bajando sus revoluciones.
Aunque el desempeño del cuarto trimestre de China sería la envidia de cualquier otro país, es modesto en comparación a los 30 años anteriores, aunque cabe anotar que los analistas esperaban una caída más pronunciada. El PIB de China ha subido en promedio 10% al año en ese período.
Un mercado en Shangai, China
Cuando se compara al trimestre anterior, el crecimiento chino cayó con mayor velocidad a 8,2%, reflejando un menor crecimiento en las exportaciones y una debilidad en el mercado inmobiliario del país. A finales de la semana pasada, J.P. Morgan predijo que el crecimiento del PIB caería aún más en el trimestre actual, a 7,2%, frente al cuarto trimestre de 2011.
La economía global depende cada vez más de China para su crecimiento. Una expansión china crea demanda de los commodities de muchos países en desarrollo y de productos industriales y servicios de las economías desarrolladas. China, la segunda economía del mundo, también se ha convertido en uno de los principales destinos de la inversión extranjera.
Entre las grandes economías del mundo, se predice que Europa entrará en recesión este año, Japón continuará arrastrándose a un crecimiento de cerca de 1% y Estados Unidos tendrá suerte si alcanza un crecimiento de 3%. Las cifras aliviaron los temores entre los inversionistas asiáticos de que el crecimiento chino sufriría una caída más vertiginosa, dando un impulso al índice de referencia de la bolsa de Shangai de 4,2%, su mayor aumento desde octubre de 2009, mientras que Hong Kong subió 3,2% el martes. Los mercados de Japón, Australia e India también subieron.
La última vez que la economía china se desaceleró significativamente fue en el último trimestre de 2008, cuando el mundo entero estaba entrando en recesión. A lo largo de los siguientes dos años, China respondió con un plan de estímulo de cuatro billones (millones de millones) de yuanes (US$586.000 millones) que fue financiado por un aumento en los préstamos por parte de los bancos estatales. La respuesta ayudó a incrementar el crecimiento de la economía a 9,2% en 2009, pese al declive global.
No obstante, el estímulo también produjo un legado de inflación, una burbuja inmobiliaria y un nivel difícil de cuantificar de deudas incobrables. A lo largo de 2011, los líderes chinos pasaron apuros para contener los aumentos de precios y ahora no son dados a desatar una nueva ronda de préstamos que borre sus avances. "En general necesitamos prepararnos para el peor ambiente externo posible sin relajar nuestros esfuerzos para evitar que los precios suban demasiado rápido", dijo el presidente del banco central de China Zhou Xiaochuan a la revista Caixin.
Incluso si Beijing deseara pisar el acelerador, la tasa potencial de crecimiento de la economía china ya no es lo que era. Una fuerza laboral que ha alcanzado un nivel estable y que pronto comenzará a contraerse, además de una caída en los retornos en las nuevas inversiones sugieren que el crecimiento a dos dígitos de los años anteriores a la crisis es cosa del pasado.
Las predicciones del centro de estudios estadounidense Conference Board, ubican al crecimiento en China en 8% anualizado en 2012, bajando a un promedio de 6,6% entre 2013 y 2016.
Para todo 2011 China creció 9,2%, frente al 10,4% de 2010. Para el cuarto trimestre, el crecimiento de 8,9% del PIB, comparado con el año anterior, fue el más bajo desde el segundo trimestre de 2009.
China ha comenzado a suavizar su política monetaria para evitar una pronunciada caída del crecimiento. En noviembre, el banco central actuó antes de lo esperado para reducir los requerimientos de reservas de los bancos en 0,5 puntos porcentuales, abriendo el camino para una recuperación en el número de préstamos nuevos en los últimos meses del año.
No obstante, la política del gobierno está limitada por las consecuencias de los préstamos de estímulo, los cuales colocaron un gran peso sobre los gobiernos locales que tomaron prestado para proyectos de infraestructura. En 2011, un informe del auditor del gobierno reconoció 10,7 billones de yuanes (US$1,7 billones) en deudas asumidas por los gobiernos locales.