por Luis04 » Mié Feb 01, 2012 2:57 pm
Bernanke: seis años, seis causas para hacer historia en la Fed
Pedro Calvo11:56 - 1/02/2012
Hace justo seis años, el 1 de febrero de 2006, Ben Bernanke relevó al entonces venerado Alan Greenspan en la presidencia de la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos y el más influyente del mundo. En este tiempo, la crisis más virulenta desde la Gran Depresión de los años 30 del pasado siglo le ha llevado a tomar decisiones que no encuentran precedente en los casi 100 años de historia de la institución.
En efecto, Bernanke ha ido más lejos con sus decisiones que ninguno de sus 13 predecesores al frente de la Fed desde su fundación en 1913. Todo un examen práctico para un académico como él, que dedicó buena parte de sus estudios al análisis de las causas y las consecuencias de la Gran Depresión. En su sexto aniversario al frente del banco central norteamericano, seis son las actuaciones principales por las que, sin duda, los profesores estudiarán su mandato.
1. Tipos al 0%
En la última reunión de 2008, celebrada los días 15 y 16 de diciembre, la Fed se citó con la historia. El cónclave se saldó con un tijeretazo en los tipos de interés que les llevó desde el 1% hasta una horquilla situada entre el 0 y el 0,25%. Con este recorte, el noveno ejecutado desde el inicio de la crisis en 2007, no sólo situó los intereses en el nivel más bajo de siempre, sino que instauró por vez primera el dinero gratis en EEUU, un síntoma evidente de la magnitud de los problemas y de la voluntad de Bernanke de hacer cuanto esté en su mano para erradicarlos. En particular, el presidente de la Fed tenía entre ceja y ceja evitar los errores que condujeron a la Gran Depresión, cuando la Fed no fue lo suficientemente proactiva, e impedir que la deflación -caída continuada de los precios- arraigara en EEUU como lo había hecho en Japón.
Más de tres años después, los tipos permanecen entre el 0 y el 0,25%, y aún seguirán bastante tiempo en ese nivel. Así lo anticipó la entidad en su primera reunión de 2012, mantenida los días 24 y 25 de enero, en la que la institución anticipó que no tiene previsto elevar el precio del dinero "hasta finales de 2014".
2. Lluvia de dólares
El lado más académico y aventurero de Bernake ha emergido tras situar los tipos en el 0%. De forma visionaria, ya anticipó en un discurso pronunciado en 2002 que un banco central cuenta en su arsenal con más munición para luchar contra la deflación incluso aunque los tipos se encuentren en el 0%. Y ha demostrado que es así... en varias ocasiones. Bajo su batuta, la Fed, tomando el helicóptero de Milton Friedman como argumento inspirador, ha creado dinero para intentar restañar las heridas del sector financiero y reactivar la economía.
Primero entre noviembre de 2008 y marzo de 2010, en el denominado QE1, y luego entre noviembre de 2010 y junio de 2011, que dio lugar al QE2, la Reserva Federal ha metido 2,3 billones de dólares nuevos en la economía mediante la compra de deuda hipotecaria, financiera y pública. La última variante en este sentido se produjo en septiembre de 2011. Desempolvando una estrategia ya empleada por la Fed medio siglo antes, Bernanke anunció que la institución modificaría la estructura de su balance para vender deuda pública a corto plazo y comprar deuda a largo plazo. Este recurso, bautizado como Operación Twist, provocará el trasvase de 400.000 millones de dólares en la cartera de la Fed hasta finales de junio de 2012. Y aún puede haber más, porque Bernanke aseguró la semana pasada que la posibilidad de activar un tercer estímulo cuantitativo (QE3) "sigue sobre la mesa".
3. La comunicación como herramienta monetaria
Si por la vía ortodoxa (tipos de interés) y por la heterodoxa (imprimir dinero), Bernanke ha roto todos los registros, a la hora de aportar transparencia a la institución sus medidas tampoco encuentran parangón. Siguiendo la estela dejada por su predecesor (entre otras medidas, Greenspan introdujo la publicación de comunicados oficiales al término de las reuniones y de las actas de cada reunión), Bernanke ha entendido que el modo en que se comunican las decisiones y se anuncian las previsiones económicas también es una poderosa herramienta monetaria.
Si a finales de 2007 ya mostró sus intenciones al reforzar la cantidad, la calidad y la frecuencia de las proyecciones económicas que formula la entidad, la revolución comenzó en marzo de 2011. Fue entonces cuando anunció que, al igual que hace el Banco Central Europeo (BCE), el presidente de la Fed iba a comparecer ante los medios de comunicación al término de cuatro de las ocho reuniones de política monetaria que celebra cada año para explicar mejor y con más detalle la política de la institución.
Esta aperturista política ha tenido continuidad en la primera reunión de 2012, en la que la Fed ha mostrado los pronósticos de cada uno de sus miembros acerca de cuándo creen que podrá subir los tipos y en qué nivel terminarán los intereses en 2012, 2013, 2014, 2015 y 2016. Como con las ruedas de prensa, la entidad ofrecerá esta información cuatro veces al año.
4. Objetivo de inflación: un deseo cumplido
Cuando Bernanke desembarcó en la Fed, lo hizo con un propósito académico bajo el brazo: instaurar un objetivo de inflación en el banco central estadounidense. Era una vieja idea que había compartido con Frederic Mishkin en un artículo publicado en 1997. Aunque Bernanke se trajo a Mishkin a la Fed en 2006, tal vez con ese propósito, la dimisión de su colega en 2008 le invitó a retrasar ese deseo para centrarse en la crisis.
Pero la idea seguía en su cabeza. Y la ha hecho realidad en enero, puesto que en la primera reunión del año la Fed definió que su propósito es mantener la inflación en el 2%. Por vez primera, la institución concretaba un objetivo explícito para los precios.
5. Ayudar... o no ayudar
Aunque las novedades anteriores resultan controvertidas, porque todas ellas contienen riesgos, sin duda la actuación más polémica de Bernanke tiene que ver con los hechos sucedidos en septiembre de 2008. Aquella histórica secuencia, en la que en menos de una semana quebró el banco Lehman Brothers y otra entidad, Merrill Lynch, y una aseguradora, AIG, fueron rescatadas, el papel de la Fed fue muy discutible.
Primero, porque mientras que intercedió para que Bank of America comprara Merrill Lynch y evitara así su caída -como meses antes había hecho con JPMorgan para que comprara Bear Stearns-, no actuó del mismo modo con Lehman Brothers, cuya defunción se produjo el segundo fin de semana de septiembre. Y segundo, porque sólo tres días después de la pasividad mostrada con Lehman, acudió al rescate de AIG, una compañía que, en principio, estaba fuera de su jurisdicción. Aunque Bernanke justificó esta intervención con el argumento de que lo hizo para evitar un "riesgo sistémico", la asimetría que mostró esos días dejó una profunda huella de sospecha -y favoritismo- en su gestión.
6. La independencia ante todo
La sexta causa por la que Bernanke está dejando huella en la Fed consiste en su defensa a ultranza de la independencia del banco central estadounidense. Como la Reserva Federal, bajo la dirección de Greenspan, ha sido señalada como una de las principales culpables de la crisis al mantener una política monetaria demasiado laxa durante demasiado tiempo y como, además, Bernanke desempeñó un papel tan controvertido en la crisis de septiembre de 2008, la entidad ha sufrido duros ataques políticos. En particular, el Partido Republicano ha presionado -y lo sigue haciendo- para atar más en corto a la institución. Esta tensión incluso estuvo a punto de costarle su continuidad en la Fed. Y es que Bernanke también quedará para el recuerdo por ser el presidente que más votos en contra recibió en su reelección. Cuando ésta se produjo en 2010, hasta 30 de los 100 senadores se opusieron a su segundo mandato.
Bernanke, consciente de que esta batalla amenaza con acabar con la independencia de la Fed, ha hecho de este asunto una cruzada particular para preservar su autonomía y no caer en manos políticas. Para ello, no ha dudado en crear en la web de la Reserva Federal (federalreserve.gov) un apartado dedicado a explicar que la entidad ya es suficientemente auditada.
Con esta trayectoria a sus espaldas, Bernanke alcanza el ecuador de su segundo mandato. Por delante tiene dos años más seguir reuniendo méritos para entrar en la historia. Aunque, sobre todo, habrá una prueba que determinará la calificación que obtenga al final como presidente de la Fed: derrotar la crisis de una vez por todas. Por el momento, ha ido más lejos que nadie para lograrlo... con todos los riesgos que ello conlleva.