por admin » Lun Sep 24, 2012 10:11 am
Brasil tiene que definir un modelo de cooperación con el sector privado - WSJ.com
Por MATTHEW COWLEY y LUCIANA MAGALHAES
São Paulo—Las vacilación del gobierno brasileño sobre cómo involucrar al sector privado en la economía ha causado retrasos en programas de infraestructura, de acuerdo al ex presidente Fernando Henrique Cardoso.
Las demoras "se han registrado a causa de problemas ideológicos, ya que no han podido definir un modelo de cooperación entre el sector público y privado", dijo esta semana el ex presidente durante una entrevista en su oficina de São Paulo.
Aunque se ha visto un nivel importante de continuidad desde el gobierno de Cardoso (de 1994 a 2002), a las dos administraciones del Partido de los Trabajadores (PT) que lo sucedieron, el ex mandatario dijo que su perspectiva del sector privado sigue siendo una diferencia clave.
"El gobierno del PT tiene una visión (que promueve) más la intervención en la economía y tiene una orientación mucho más partidista", señaló Cardoso.
Sin embargo, el antiguo mandatario dijo que sí ve diferencias entre su sucesor, Luiz Inacio Lula da Silva, y el método empleado por la actual presidenta, Dilma Rousseff. Mientras que da Silva hizo énfasis en el consumo, Rousseff tiene una "perspectiva más objetiva" y se da cuenta de que se debe hacer más para impulsar las inversiones a largo plazo necesarias para resolver algunos de los problemas estructurales que enfrenta Brasil. Pero su gobierno aún se tropieza con los mismos obstáculos.
"A veces los modelos que ellos (el PT) inventan no entusiasman al sector privado, y por eso no hay inversión suficiente", dijo Cardoso.
El uso que Lula da Silva le dio al Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social, BNDES, un gigante financiero que presta más créditos cada año que el Banco Mundial, fue blanco de duras críticas. El banco presta a tasas de intereses más bajas que las del mercado y el costo termina siendo pagado por los contribuyentes brasileños. Da Silva lanzó un programa para estimular la creación de empresas locales con capacidad y estatura para competir a nivel global.
BNDES ha invertido en compañías grandes como las empacadoras de carne JBS y Marfrig, y la compañía de celulosa Fibria. Para Cardoso, este enfoque hace que el gobierno escoja a ganadores y perdedores, en vez de crear una fuente más equilibrada de financiamiento para una gama de empresas más amplia.
Un programa más equilibrado, sugirió, incrementaría la posibilidad de que el financiamiento se utilice con mayor productividad por empresas con las mejores ideas y gestión.
"Por supuesto, el gobierno tiene que proporcionar apoyo, pero creo que el grado de interferencia es muy alto", dijo Cardoso. "Existe una transferencia muy alta de recursos del sector público al sector privado a través de subsidios indirectos".
"Yo soy más igualitario", dijo. "No me gustan las medidas que aplican para algunos pero no para otros". El ex presidente elogio el éxito de Rousseff en una reforma parcial de las pensiones del sector público. También apoyó los esfuerzos del gobierno de reducir las tasas de interés, diciendo que es un logro importante. Además, apoya la intervención del gobierno en el mercado cambiario, para prevenir que el real se aprecié demasiado y afecté la industria doméstica.
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Fernando Henrique Cardoso, ex presidente de Brasil.
Pero, los problemas de Brasil son más profundos, dijo. "Creo que (el gobierno) tenía la expectativa de que estabilizar la moneda y reducir las tasas de interés solucionaría todos los problemas", dijo. El ex mandatario señaló que el Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil es volátil, con grandes altibajos de un año para otro. Una senda de crecimiento más estable sería mejor para el país, dijo. "Si Brasil pudieran lograr un crecimiento continuo de 4% a 5% por 20 años, sería respetable", afirmó Cardoso.
También anotó que en años recientes, los ingresos públicos se han incrementado de forma dramática y el gobierno tiene dinero para gastar. Hoy en día, el debate no es acerca de la cantidad que gasta del gobierno, si no de mejorar la calidad.
Menos que la tasa de crecimiento, el verdadero reto es la "calidad de crecimiento", agregó. Cardoso dijo que el juicio ante la Corte Suprema de Justicia sobre un supuesto complot de corrupción para comprar votos políticos es un importante giro en el sistema judicial del país.
"El hecho es que está funcionando y el país lo puede ver", afirmó Cardoso. "Ya no ocurre que los poderosos no pagan el precio".
Cardoso puede parecer ser la única voz de oposición en Brasil. La semana pasada, escribió un artículo en dos periódicos brasileños criticando el legado de Da Silva, el cual recibió una respuesta fuerte de Rousseff en la forma de un comunicado oficial. Nadie de la oposición apareció para apoyar a Cardoso.
El ex presidente de 81 años de edad dijo que intenta provocar debates, pero minimiza su influencia, diciendo que no es activo en la política, no es candidato a ningún cargo público y por lo tanto no tiene la oportunidad de subir al poder, lo cual debilita su voz.
De cualquier forma, el ex mandatario estuvo bastante dispuesto a recontar datos de encuestas recientes. Hace poco apareció al lado de Jose Serra, el candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), en un sondeo para la alcaldía de São Paulo, la ciudad más grande y afluente y una fortaleza del PSDB.