por admin » Jue Ago 19, 2010 7:10 am
SPANISHAUGUST 13, 2010, 6:24 P.M. ET
El cliente más leal del Tesoro estadounidense
Por Mark Gongloff
Olvídese de China. En los últimos 20 años, el gobierno de Estados Unidos no ha tenido un comprador más leal de su deuda que Van Hoisington
Hoisington, de 69 años, es el fundador, presidente y jefe de inversiones de Hoisington Investment Management, una firma boutique de inversiones de Austin, Texas, que administra cerca de US$5.000 millones.
Aunque es pequeña y alejada de los centros financieros como Nueva York y Hong Kong, la estrategia de inversión de esta firma llega al corazón de lo que podría ser la pregunta más importante que enfrenta la economía global actualmente: ¿Está la inflación a punto de subir o se arraigará la deflación?
Durante cerca de 20 años, Hoisington ha apostado todo contra la inflación al invertir sólo en un tipo de activo: bonos a largo plazo del Tesoro estadounidense. Hasta ahora, ya sea por suerte o gran destreza analítica, ha tenido razón y sus retornos han superado los índices comparativos de bonos y acciones, a pesar del fuerte auge de las acciones de los años 90.
Las noticias recientes parecieron confirmar su perspectiva. La Reserva Federal de EE.UU. dijo la semana pasada que veía que el ritmo de recuperación económica era más modesto de lo esperado.
Hoisington no tiene planes de cambiar su apuesta en el futuro inmediato. Si aún está en lo correcto, las acciones y muchas otras inversiones, excluyendo los bonos del Tesoro, van a enfrentar tiempos aún más difíciles.
Hoisington, que nació en Paradise, Kansas, es tan discreto como su estilo de inversión. Sus clientes sólo tienen una inversión en el menú de opciones, deuda del Tesoro. Y esta tiene dos alternativas: deuda del Tesoro a muy corto plazo, es decir casi efectivo, o bonos del Tesoro a 30 años.
Hoisington y su economista jefe, el tejano Lacy Hunt, ex economista jefe de HSBC Securities Inc., deciden la opción de cada inversionista de acuerdo a la tendencia inflacionaria.
En octubre de 1990, diez años después de que fundara la firma, Hoisington vio que la inflación estaba en retirada y empezó a comprar bonos del Tesoro a largo plazo. Y los ha estado comprando desde entonces, a través de expansiones y recesiones, burbujas y crisis. "Hemos estado en este tren por mucho tiempo", dice Hoisington. El tren se ha llenado recientemente, lo que ha impulsado los precios de los bonos, y los rendimientos, que se mueven en la dirección opuesta, han caído a niveles históricamente bajos. Eso reduce el potencial de ganancias y eleva los riesgos de una caída súbita.
El enfoque de Hoisington ciertamente ha tenido años muy difíciles. Tenía todo en bonos del Tesoro a largo plazo en 1994 cuando la Reserva Federal elevó las tasas de interés de forma inesperada y los bonos fueron afectados. Ese fue uno de los cuatro años de resultados a la baja que la firma ha tenido en los últimos 25 años.
El año pasado fue otro a la baja en la medida en que los activos de mayor riesgo se recuperaron desde niveles muy bajos y los inversionistas redujeron sus posiciones en bonos del Tesoro.
También hubo períodos prolongados como durante el auge de las acciones tecnológicas en los años 90 o el subsiguiente auge inmobiliario, cuando la firma estaba ganando dinero, pero los demás estaban ganando mucho más.
Pero el método de Hoisington ha tenido su recompensa a largo plazo. Durante los últimos 20 años, su retorno anual promedio ha sido de 9,3%, después de comisiones, lo que supera el retorno promedio del Standard & Poor's, de acuerdo con la firma de investigación Bianco Research, de Chicago.
Aunque el estilo de inversión de Hoisington parece simplista, Jim Martin, director de inversiones de M.J. Murdock Charitable Trust en Vancouver, Washington, confía en la habilidad de la firma en cambiar de bonos del Tesoro de largo plazo a los bonos de corto plazo en el momento justo. "Puede ser fácil de entender, pero difícil o imposible de ejecutar", agregó.
El punto de vista de Hoisington está fuera del pensamiento generalmente aceptado. Mientras la mayoría de los economistas se preocupan por el riesgo de deflación, casi nadie cree que llegue a ocurrir realmente. Pero ante los signos de desaceleración en el crecimiento económico, la creencia general puede estar acercándose más a la de Hoisington.